Reinita de closet

A mis 54 años es tan desesperante ser una leona dormida, y si dormida ante la sociedad y la familia, porque a solas mis deseos arden en mi piel. Desde joven el sexo lo disfrutaba al máximo. Me case con una mujer hermosa y de buen cuerpo, pero no tan ardiente en el plano sexual. Con el tiempo nació un hijo por cesárea y como podrán imaginar mi mujer siguió conservando su rica pepita cerradita y apretadita. Debo aclarar que mi verga apenas alcanza los 13 cm parada, y dormida no llega ni a 4 cm.

¡Un día pasado algunos años me nacieron fantasías de ver a mi esposa montada en una verga grande y eso me excitaba muchísimo! Con el paso de las semanas le confesé sobre mi fantasía y se enfurecio diciendo que ella no era una puta. Hasta ahí todo iba normal en mi vida matrimonial. Un día que ella había viajado vi su ropa de lencería y al tocarla comenzó la magia. Algo en mi despertó y me calenté solo de imaginar como me vería con lencería. Casi toda mi vida me he depilado mi vello púbico, así que como ella no estaba me puse sus medias, brasier y una tanga de hilo qué se amarraba por los costados.

Al mirarme al espejo y verme sentí fuego en mi cuerpo, mirar mi pitito dentro de esa tanga fue increible ese día no pude evitar masturbarme, a partir de ese día nació en mi unas ganas tremendas de sentir una verga en mi culo, por lo que me tomé a la tarea de improvisar un consolador con toallas enrolladas. Conforme pasaban los días ansiaba algo más parecido a una verga real. Por lo que me di a la tarea de buscar un consolador pero largo y delgado, ya que había tenido experiencias muy desagradables con mis consoladores artesanales jajaja. A veces demasiados gruesos para mi pequeño orificio.

Pues el día llego, lo encontré, me gustó las medidas y lo encargue. Al recibir la paqueteria parecía quinceañera de lo emocionada y caliente que yo estaba. Para mi suerte mi esposa se ausentaba por 1 semana de casa y yo quedaba completamente sola. Fui, recogí mi juguete, pase a comprar lubricante y condones. Mi emoción por estrenarlo era inmensa. Llegué a casa, lo desenvolvi y… ¡que hermosa verga de silicon de 24 cm!, casi real, me hizo tragar saliva ¡y mi culito se me calentó como quien sabe que va a comer rico!

Me bañe muy bien y lave mi hermoso juguete.

Luego me puse las medias, la tanguita de mi mujer y su batita roja de baby doll. La ocasión lo ameritaba, ya que iba a ser estrenada mi pepita anal.

Comencé besándola y chupandola, hablaba con esa verga como si tuviera vida, le preguntaba:

-Papito, quieres romperme el culo, ¿verdad? Yo también quiero que me lo metas, quiero disfrutar cada centímetro de ti.

Así jugué con el unos minutos, hice mi hilo de lado y me lo frote por mi culo ya con lubricante puesto. Lo coloque parado en el piso de tal manera que tenia que montarlo para disfrutarlo. Poco a poco mi culo lo fue aceptando hasta que sentí como se me fue enterrando, ¡Dios mío! cada centímetro me comenzó a volver loca, era una experiencia de otro mundo. Comencé a cabalgarlo disfrutando con frenesí y por primera vez sin tocarme tuve mi orgasmo más intenso, recuerdo que casi grito de placer y sudaba y jadeaba con intensidad. ¡Wow! Fue increíble. Al terminar adoraba mi juguete.

Lo use por mucho tiempo, siempre escondiendolo para que mi mujer no lo encontrará. Así lo he disfrutado por períodos.

Actualmente pienso más en vergas qué en mujeres, ya no quiero coger con mi mujer, ni con otra mujer. Se me antoja tener un puto delgado y vestirlo de mujer con medias y lencería para cogerlo y chuparle libremente su pito y que me coja también.

Mi mujer hace como 4 años comenzó a ser más caliente, pero ya no la deseo. Ella me pide que la coja pero ya no puedo, no se me para. Solo se me para cuando fantaseo con tocar y mamar una verga. Igual mi esposa se que le urge una buena verga porque se ha vuelto muy caliente jajaja.

Aconséjenme, ¿qué hago? ¿Salgo del closet o sigo escondiendo mi verdad?

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