Autor: admin

  • Elisa, la secretaria de mi marido

    Elisa, la secretaria de mi marido

    Una tarde yo acudí a la oficina de mi marido, quería darle una sorpresa quizá para aplacar mi mal conciencia por mis aventuras lésbicas, la puerta estaba entornada y a la que me acerqué oí la voz de mi marido que decía:

    -Que buena estas Elisa.

    Elisa era la secretaria de mi marido, era una chica de origen latino, aunque casi toda su vida había transcurrido en España, donde emigro, junto con sus padres siendo muy niña, intrigada, me acerqué y con mucha precaución abrí la puerta lo justo para ver lo que sucedía.

    Y pude ver como mi marido, que llevaba una camisa azul oscuro y unos pantalones negros, rodeaba con sus brazos la cintura de Elia, que llevaba, una blusa oscura de lunares que dejaba ver un sujetador precioso, que tapaba un par de tetas impresionantes, y una falda roja, más bien corta.

    Mi marido se lanzó sobre las tetas de la chica y se puso a sobárselas, mientras ella decía:

    -Jefe, me encanta.

    Él con un movimiento rápido desabrochó la blusa de la chica y la hizo caer al suelo, después hizo lo mismo con el sujetador, las tetas de la chica quedaron al aire, y la verdad es que tenía unas tetas impresionantes, no me extraña que mi marido babeara por ellas.

    El muy cabrón se agachó un poco y se puso a chuparle las tetas a la chica, que le decía:

    -Jefe sigue chupándomelas me encanta, me estas volviendo loca de gusto.

    Cuando la chica comprendió que mi marido estaba bien caliente, le apartó un poco, se arrodilló ante él, le bajó los pantalones y los calzoncillos, la polla de mi marido estaba durísima, la chica dijo:

    -Que polla más grande tienes.

    Eso no era del todo verdad, la polla de mi marido no es que sea de las más pequeñas, pero tampoco es que sea una superpolla, la chuca se la metió en la boca y comenzó a chupársela, mi marido se puso a gemir como u loco, pocas veces conmigo le había oído gemir así.

    Al cabo de un rato, mi marido se quitó la camisa y le pidió a ella que se levantara, al hacerlo él le quito la falda y las bragas, esto último de una manera tan rápida que casi ni las pude ver. Después él se sentó en una silla, después la sentó a ella encima y de espaldas a él y hizo que su polla entrara dentro del coño de la chuca, y después de repetirle:

    -Que buena que estas.

    Y mientras le decía esto, llevó su cabeza hacia uno de los pezones de la chica y se puso a chupárselo, mientras con una de sus manos le acariciaba la teta, los dos estaban gimiendo como unos cerdos, y poniéndome a mí cachonda. No se tía celos, solo envidia de no ser yo quien estuviera sobando a la chica.

    Al rato la hizo girarse la chica se quedó enfrente suyo y con sus manos comenzó a acariciarle el culo, que por cierto era fantástico, decididamente mi marido llevaba razón en que la chica estaba buenísima.

    Tras un tiempo así el la empujo sobre la mesa de su despacho y la hizo abrir bien las piernas y siguió follandoselas con ganas, mientras los dos emitían unos gemidos muy intensos, de repente mi marido paro y poniéndose de pie le ordenó:

    -Ponte de rodillas.

    La chica obedeció y casi inmediatamente después un gran chorro de leche salió de la polla de mi marido y fue a parar a una de las hermosas tetas de la chica.

    Yo decidí que lo mejor era irse de allí y mientras lo hacía me di cuenta de que no había sentido celos, sino excitación, en cierta manera mi marido me había quitado cualquier complejo de culpa por mi actividad extramatrimonial con otras mujeres, si él lo hacía ¿Por qué no iba a hacerlo yo? Y de otro lado no podía dejar de pensar en las impresionantes tetas de la chica, deseaba chuparlas.

    Por suerte las cosas salieron rodadas pocos días después, mi marido partió de viaje de negocios, después de lo que había visto en su oficina no pude dejar de preguntarme ¿Qué clase de negocios sería?, Pero Elisa no le acompañaba, debía de quedarse cuidando de la oficina, al cabo de unas horas mi marido me llamó por un lado para decirme que había llegado bien, de otro para contarme que se había dejado un pen con documentos, Elisa vendría a casa buscarlos y se los mandaríamos a su destino por un pc.

    Yo llevaba una blusa rosa y unos jeans azules, cuando Elisa llegó, llamó a la puerta y yo le abrí, llevaba una falda corta de color azul que dejaba al descubierto buna parte de sus piernas y una blusa pateada con un amplio escote que dejaba al descubierto sus impresionantes tetas.

    Encontramos fácilmente el pen y ella lo puso rápidamente en su ordenador, mientras yo cuando se agachaba no podía apartar la vista de su escote, en un momento determinado no pude contenerme las ganas y llevé una de mis manos hacia una de sus tetas y se la acaricié, mientras le decía:

    -Menudas tetas tienes, no me extraña que mi marido este loquito por ellas.

    Sentí que mis palabras no la sorprendían, y se dejaba hacer, así que eso aumentó mi atrevimiento, le saqué uno de sus pechos de la blusa, no llevaba sujetador y llevando mi boca hacia él me puse a chupárselo, mientras se lo acariciaba con una de mis manos, ell se puso a gemir y me preguntó:

    -¿La señora no está enfadada porque yo haga cosas con su marido?

    -Claro que no mi amor, le respondí, lo único que sentía era no ser yo quien te tocara.

    Seguí chupándole el pezón, ella gemía, y eso me excitaba aún más, seguí chupándole la teta, hasta que me anime a cambiar de pecho y pase a chuparle la otra teta, ella entre gemidos dijo:

    -La señora chupa muy bien, mejor que su marido.

    -Cariño, le dije yo, no me llames señora, llámame Milla.

    -De acuerdo Mila, dijo ella, pero a mi ahora me apetece una cosa, dijo ella, ¿Puedo pedirla?

    -Por supuesto mi amor, le contesté.

    -Quiero chuparte las tetas yo a ti.

    Me desabrochó la blusa y me bajó las hombreras del sujetador, mis tetas se quedaron al aire y al verlas ella dijo:

    -Mila, tienes unas tetas deliciosas, no entiendo como tu marido teniendo esto en casa busca cosas fuera.

    Y tras decir esto se puso a chupármelas, y me las chupaba deliciosamente, mucho mejor de lo que mi marido me las había chupado nunca, creo que las dos estábamos muy calientes, llevé mis manos hacia su falda, primero acaricié su culo encima de ella, y luego llevando una de mis manos hacia la cremallera de su falda, se la bajé y su falda cayó al suelo, quedándose como única ropa con un diminuto, y precioso tanga, ella reaccionó y me bajó los pantalones, dejándome también con un diminuto tanga, aunque el mío negro.

    Yo estaba muy caliente y reaccioné, le bajé el tanga y la deje completamente desnuda, pude comprobar que tenía un culo fantástico, no me extraña que mi marido estuviera loco por acariciárselo, le pedí que se pusiera encima del sofá, a cuatro patas y cuando lo hizo me puse detrás de ella, no sabía porque, pero me apetecía rozar mis tetas contra su culo y mientras hacía esto le dije:

    -Estas fantástica, comprendo que mi marido esté loquito por ti

    Tras un rato acariciándola con mis tetas, sentí la necesidad de lamer esa parte de su cuerpo, así que acerqué mi cabeza a su culo t sacado mi lengua me puse a lamérselo, ella se puso a gemir, mientras me decía:

    -Mila lo haces muy bien, tu marido no me da tanto placer.

    Seguí lamiéndola, hasta que me decidí, llevar tres de mis dedos hasta su coño, e introducirlos en su interior, después comencé a moverlos su coño estaba caliente y húmedo, de esta manera la masturbé hasta que se corrió, en ese momento me hizo una señal para que me levantara y me sentara en el sofá, ella se sentó a mi lado t me dijo:

    -Mila, muchas gracias por lo que me has hecho, este está siendo uno de los mejore momentos de mi vida sexual, quiero agradecértelo como te mereces.

    Y tras decir esto se puso a cuatro patas y arrimando su boca a una de mis tetas comenzó a chupármelas, de nuevo debía de reconocer que lo hacía increíblemente bien, en un momento dado, sin dejar de chupármelas, llevó u a de sus mansos hacia mi tanga, y, me acarició el coño por encima de él, después metió su mano por debajo de este y se puso a acariciarme el coño, lo hacía divinamente, y por último me fue bajando el tanga hasta dejarme completamente desnuda, y me dijo:

    -Pareces una diosa.

    Y mientras me seguía acariciando el coño. Me pidió que me pusiera en la misma postura que se había puesto ella hacia un momento, lo hice y como me había sucedido a mí, sentí como una de sus tetas rozaba mi culo, era una sensación increíblemente placentera, después ella dijo:

    -Tienes un culo de diosa y quiero tratarte como tal.

    Primero, como le había hecho yo a ella, lamio la zona de mi culo con su lengua, es de las cosas más deliciosas que alguien puede sentir. Después introdujo sus dedos en el interior de mi coño y dijo:

    -Supongo que son más pequeños que la polla de tu marido.

    Lo eran, pero ella sabía mover sus dedos mejor que mi marido su polla con sus movimientos dentro de mi coño me está haciendo sentir u a sensación increíble, y cuando sustituyó sus dedos por su lengua yo me sentí en el paraíso, de esta manera no tardó en lograr que me corriera. Descansamos un momento, pero las dos deseábamos seguir, lo que habíamos hecho hasta ese momento nos parecía poco, así que la dije:

    -Cariño, creo que en mi habitación estaríamos más cómodas.

    Aceptó mi propuesta y la llevé hasta mi habitación al llegar ella se sentó en la cama y me preguntó:

    -¿Así que este es el sitio donde follas con mi jefe?

    -Créeme, les respondí, ya poco, seguro que te beneficias tu más de su polla que yo.

    Mientras le decía esto yo me había agachado para chupar de nuevo sus deliciosas tetas, sentía que las tetas de Elisa eran especiales, chuparlas me resultaba especialmente delicioso y seguía chupándoselas un buen rato, hasta que ella me dijo:

    -Déjame un poquito a mí.

    Me hizo tumbarme sobre la cama y llevando su boca hacia una de mis tetas me la empezó a chupar como su estuviera mamando, eso me produjo un pacer increíble, mi marido alguna vez me lo hacía, pero lo que en ese momento estaba experimentando no tenía nada que ver era mucho más delicioso, y solo con eso me hizo correrme nuevamente, pero no se conformó con eso sino que se puso encima de mi a cuatro patas, e hizo que nuestros pezones entraran en con tacto, la pedí que se agachara un poco, al hacerlo nuestros coños se juntaron, mientras tenia sus delicioso pechos al alcancé de mi boca, nuevamente no pude aguantar las ganas de comérmelos, mi entras que cogiéndolas con mis manos me use a acariciárselas, en ese momento ella me dijo:

    -Chupas las tetas mejor que cualquiera de los tíos con los que he estado.

    Para mi eso era una gran honor, quería que mi adorada amante experimentara conmigo sensaciones más apetecibles que las que hubiera experimentado con cualquier tío, mi adorada princesa recibió mis caricias hasta que bajando sus manos hizo que nuestras bocas se fundieran en otro beso apasionado.

    Después la hice tumbarse sobre la cama y abrir bien sus piernas, cuando lo hizo llevé mi boca hasta su coño y sacando mi lengua se la introduje dentro de su coño, ella comenzó a gemir, mientras decía:

    -Mila, me estas volviendo loca, tu marido nunca me ha hecho sentir algo parecido.

    Era lo que quería, no sentía celos de lo que hacía con mi marido, pero en esos momentos pensaba en lo alucinante que sería que cuando nuevamente follara con i marido pensara en mi follando con ella, seguí lamiéndola el coño hasta que sentí como se corría, en ese momento cuando lo dejamos, ella me obligó a tenderme a su lado, y besándome con pasión me dijo:

    -Te amo.

    Luego comenzó a lamerme la cara, y me dijo:

    -Ahora me toca a mi comer chocolate.

    Me hizo abrirme de piernas, se colocó entre ellas, teniendo mi coño al alcance de su boca y dijo:

    -Ya que mi jefe parece incapaz de apreciar la cosita tan deliciosa que tiene en su cama, creo que me toca a mi hacerlo.

    Y tras decir esto introdujo su lengua en el interior de mi coño comenzó a comerme el coño de una manera magistral, desde luego si yo fuera la jefa y ella mi secretaria no dudaría en pedirle que todos los días me hiciera lo que me estaba haciendo en esos momentos, recorría cada centímetro de mi coño, sentía que me volvía loca, y no tardó en lograr que tuviera otro orgasmo.

    Tras ello se puso encima de mí, nuestros cuerpos estaban unidos era una sensación muy agradable, y nos dimos un nuevo beso apasionado. Pero ella seguía muy cliente y me dijo:

    -Quiero volver a comerme ese coño tan sabroso.

    Pero esta vez cambio de postura, aunque giro su cuerpo, este quedó al alcancé de mis manos, pero llevó las suyas y su cabeza hasta mi coño, primero con sus manos me lo acaricio, me estaba haciendo una masturbación increíblemente placentera, y esta se incrementó aún más cuando ella sacando su lengua comenzó a comerme el coño, nuevamente su lengua hizo diabluras con mi coño, mi excitación creía por segundos, y una vez más, por la acción de esa deliciosa mujer, me volví a correr.

    Y nuevamente nos volvimos a besar y nos volvimos a decir lo bien que lo estábamos pasando juntas. Descansamos un momento, pero Elisa me preguntó:

    -¿Alguna vez le has lamido el pie a otra mujer?

    La verdad es que ni a mujer ni a ningún hombre, había oído hablar de ello pero nuca había probado, Elisa me animó a hacerlo, nos pusimos las dos tumbadas sobre la cama en posiciones opuestas, y acercamos cada una uno de nuestros pies a la otra, ella se metió mi dedo godo en su boca, y yo me puse a lamer su pie, una vez más me vi sorprendida por lo agradable que era, pero eso me caliento nuevamente, deseaba volver a comerme el deliciosos coño de Elisa, así que me puse boca abajo, doblé mis rodillas y llevando mi boca hasta el coño de ella, me dispuse a comérmelo nuevamente, ella al sentirlo dijo:

    -Querida se nota que te gusta el chocolate, jajaja, el mío es todo tuyo.

    La verdad es que tenía un coño especialmente delicioso, me encantaba pasar mi legua por su interior y oír sus gemidos, y de esta forma tan especial hizo que tuviera un nuevo orgasmo, la verdad era que esa mujer estaba sacando todo mi potencial erótico, la adoraba y no me importaba lo que hiciera con mi marido, aunque bueno creo que verla hacerlo con él tenía su punto. Cuando nos disponíamos a volver a jugar tuvo una llamada al móvil, era su madre que la llamaba a casa, debíamos dar por terminado nuestro encuentro, pero decidimos ir a la ducha.

    Allí la idea de enjabonarnos juntas se hizo irresistible, al hacerlo no pudimos evitar acariciar nuevamente nuestros cuerpos, acariciar el suyo me puso muy caliente por lo que me arrodille ante mi diosa, la limpie bien el coño de gel, y hecho esto introduje mi lengua en su interior, su coño recién lavado me pareció incluso mucho más delicioso que antes, así que seguí comiéndoselo con ganas hasta que sentí como en medio de intensos gemidos ella se corría, esa mujer había conseguido esa tarde descubrir en mí el sexo con una intensidad mucho mayor a la que nunca había experimentado.

    Cuando se corrió dimos por terminado nuestro encuentro y nos vestimos, antes de irse ella me ofreció dejar de hacerlo con mi marido, la dije que no hacía falta.

    Loading

  • ¿Es real?

    ¿Es real?

    “El traje me queda bien y esta habitación es tan real.” pensó el señor Rodolfo mientras contemplaba el reflejo de su rostro maduro con barba negra y plateada en el espejo de época.

    Un golpe de nudillos en la puerta.

    El señor Rodolfo carraspeó y con voz profunda dijo.

    -Adelante, está abierto.

    Una mujer con traje negro y cabello recogido en un moño entró. A su lado una chica mucho más joven, tez blanca y cabello rubio.

    -Disculpe don Rodolfo. Esta muchacha acaba de romper un plato de la vajilla.

    -¿La vajilla bañada en oro? -improvisó el caballero.

    -Así es señor.

    La doncella parecía asustada.

    Rodolfo notó que su mejilla derecha estaba colorada e intuyó que se había ganado un bofetón.

    -y bien, ¿tienes algo que decir?

    La muchacha no respondió.

    -¿Quiere que la azote? -intervino la mujer mayor.

    -El hombre se fijó en el látigo que llevaba la que llevaba la voz cantante.

    Probablemente la desdichada tendría que desnudarse de cintura para arriba, los pechos expuestos y, la espalda, sin protección alguna, recibiría los crueles latigazos.

    -No, veo que se trata de una travesura más propia de una cría que de una mujer. Ven aquí y túmbate sobre mis rodillas, te voy a dar una buena azotaina.

    La chica observó las piernas del hombre y se fijó en el bulto. Cohibida, enrojeció. Sin embargo, se apresuró a tumbarse sobre el regazo de su señor. La situación era embarazosa, pero las nalgadas, por muy contundentes que fuesen, no se podían comparar con el látigo.

    Rodolfo palpó las nalgas de la chica, oyó su respiración agitada, notó el peso del cuerpo y levantó la mano.

    En ese momento una gran pantalla azul bloqueó el universo virtual anunciando el fin del POC.

    Rodolfo se quitó la diadema.

    Estaba solo, en su habitación, con una camisa de tirantes y desnudo de cintura para abajo. De la punta de su pene erecto se columpiaba un hilo transparente y viscoso.

    -mejor no lo toco que me pringo. -pensó en voz alta.

    Luego se dirigió hacia el monitor táctil y anotó cosas.

    El proyecto iba muy bien y esta aplicación se vendería como churros.

    -¿Marta, ven para aquí? -llamó abriendo la puerta.

    Una mujer de treinta y tantos entró en la habitación.

    Se fijo brevemente en el pene y meneó la cabeza.

    -¿Qué pasa, no te gusta mi aparato?

    -Pensaba que estabas trabajando.

    -Y lo estoy, pero necesito, ya sabes, vivirlo. -respondió el varón.

    -Hablando de vivirlo, ven para aquí, quiero comparar como de lejos estamos de la realidad.

    Marta se acercó al hombre, se puso de cuclillas y tomando el pene en su mano abrió la boca y comenzó a chuparlo como si se tratase de un polo.

    Lo único que este helado estaba calentorro y latía.

    Rodrigo, apretó el culo y gimió.

    Luego, de alguna manera, con torpeza, se levantó e invitó a incorporarse a su chica.

    La besó en los labios mientras la abrazaba notando sus pechos.

    -Desnúdate.

    La mujer obedeció quedando en bolas.

    Rodrigo la abrazó de nuevo agarrando sus tiernas nalgas.

    Luego la besó en el cuello y lamió los pezones erectos moviendo la lengua a gran velocidad.

    Marta arqueó la espalda.

    -Ven, siéntate y abre las piernas. Así.

    -Estás trabajando en los sabores. -ronroneó Marta cargada de deseo.

    -Sí, y todavía estamos lejos. Pero contigo puedo probar no. -respondió humedeciendo los labios mientras contemplaba la zona boscosa.

    Marta mordió el labio inferior y apretó su esfinter con anticipación. Rodrigo, de rodillas, abrió la boca y sacando la lengua, degustó el coño con pelos empapado de la hembra. El sabor era tan fuerte como el olor pero había algo super adictivo en ello. Algo que su máquina todavía no era capaz de reproducir. Habían avanzado mucho con la parte visual y sonora. El tacto era apenas indistinguible de la realidad. Pero olores y sabores, todavía dependían de copias y carecían de matices.

    -Ahora pon el culo princesa.

    Marta se levantó de la silla y se apoyó en el suelo a cuatro patas dándole la espalda. El hombre separó los glúteos y lamió el ano.

    -Eres un guarro. -susurró la mujer mientras contraía y expandía su agujero.

    -boca arriba.

    La mujer obedeció.

    Rodrigo colocó su pene en posición y tras besarla en la boca, lo introdujo hasta el fondo.

    El placer inundó cada poro de Marta.

    Definitivamente esa parte, el coito, era muy difícil de emular. Sin duda se había avanzado mucho, pero faltaba algo.

    Rodrigo sacó su miembro, hizo que la mujer se tumbase boca a bajo y se la metió por detrás. Una vez y luego otra, hasta que ella y él, casi a la vez, explotaron de placer alcanzando el orgasmo.

    -Puedo hacerte una pregunta… profesional -dijo Marta mientras acariciaba la cabeza de Rodrigo.

    -Temo tus preguntas… pero dime

    -Antes dijiste que lo del olor es complicado… ¿has pensado en incluir pedos?

    -¿pedos? Porque iba a querer incluir olores desagradables pero… ah, ya sé dónde quieres llegar…

    -¿Lo sabes?

    -Sí, pero voy a decirte una cosa, no quiero cargarme la realidad… creo que es importante saber distinguir y…

    -y qué vas a decirle a tu chica virtual, oye tírate uno a ver si eres real

    Rodrigo se rio.

    Pero aquella idea no le pareció descabellada. Antiguamente los programadores dejaban “puertas traseras” accesos al programa que solo ellos conocían. También al diseñar los primeros humanoides, aposta, dejaban algo mal hecho… una huella, un modo de saber que eso no era humano… un pedo, por qué no.

    En ese momento Marta se tiró uno.

    Y Rodrigo supo que, por suerte, todavía existía la realidad.

    Loading

  • Le conté todo a mi compañero de trabajo (1)

    Le conté todo a mi compañero de trabajo (1)

    Nunca tuve dudas de mi masculinidad, de mi condición de hombre, pero nunca presumí ni abusé de esa posición habida cuenta de mi bisexualidad, activa y pasiva. Me gustan las chicas lindas y los chicos lindos. No lo puedo evitar.

    Puedo ver y desear pechos y culos femeninos con el mismo deseo que veo paquetes y traseros de muchachos y hombres jóvenes. Me atraen las lindas mujeres como los bellos chicos, las que tienen buenos físicos y los que están bien formados, lo justo, no los excesivamente musculados.

    Desde el momento que le chupé la verga a mi compañero de banco a los 18 años y fue dulcemente desvirgado mi ano por el mismo chico, sentí una irresistible atracción por los lindos varones, con preeminencia de los buenos físicos, aunque fuesen ligeramente marcados, a los rostros atractivos. Obviamente que los carilindos me enloquecen pero los torsos, espaldas, cuellos proporcionalmente anchos, cinturas estrechas, nalgas firmes, redondas y respingonas me pueden más.

    No podría elegir entre una hermosa chica y un joven guapo. En realidad, me quedaría con ambos, sin dudar, y al mismo tiempo, si ello fuese posible.

    Tuve oportunidad de comprobarlo a los 19 años, cuando estaba de novio con mi mujer y ella no accedía a dejarse coger, pero me chupaba la pija estando aparcados con el auto y yo le metía los dedos en su concha empapada mientras nos besábamos con desesperación.

    Todo eso se lo contaba a mi compañero de trabajo en ciertas noches de guardia y nos poníamos muy calientes, hasta el punto de pajearnos, primero cada uno en la suya al lado del otro, una noche. Otra noche -por iniciativa mía- sobándonos la pija entre ambos, para seguir chupándosela hasta casi hacerlo acabar, saboreando su pre cum y mirándolo a los ojos.

    Obviamente, cuando terminamos aquella guardia, fuimos a su departamento, donde cogimos a fondo toda la tarde y la noche siguiente. Mi compañero me atraía muchísimo físicamente, sobre todo ver su torso bien definido en forma de V con un hermoso ombligo ovalado, casi femenino.

    Tuve la oportunidad y la suerte, de compartirlo sexualmente con mi entonces novia y actual mujer. De hecho, es uno de nuestros amantes fijos que disfrutamos a dúo, o a solas, hasta inclusive en una de las etapas de nuestra luna de miel, junto a su actual pareja femenina.

    Loading

  • El trío que no fue

    El trío que no fue

    Luego de visitar a mi familia y presentarles a Gabriela, mi novia por si no lo saben, ya me encuentro instalada en su departamento, convivimos, estamos super felices, nos amamos; yo ya he vendido los muebles que no entraban, mejor dicho los repetidos. También para aquellos que no lo saben, trabajamos en la misma empresa, allí somos compañeras de trabajo, no levantar sospecha alguna es mejor, para evitar habladurías fuera de lugar.

    Hacemos el amor todos los días, puede ser con o sin arnés o strap on, como quieran decirle; a la mañana es imposible, pues debemos cumplir horario de trabajo, la mañana la dejamos para el fin de semana, los días de semana o bien cuando llegamos de trabajar dependiendo de la calentura o bien a la noche, antes de dormirnos.

    En general Gabriela es más activa, aunque a veces le pido ser yo activa, disfrutamos muchísimo; llegamos del trabajo, y tratando de encontrar la llave, Gabriela me metia mano en la cola, por fuera del pantalón, no me podía concentrar, y más me excitaba, me encanta cuando está así. Apenas abrí la puerta, me puso de espaldas a la pared, y nos besamos, hundimos nuestras lenguas, ella me desabrochaba la blusa, y me besaba el cuello, yo le decía “si así bésame hija de puta, aaahhh”, como pude me desabroche el sostén, y me empezó a besar las tetas y a pellizcar las pezones, ella sabe que eso me enciende a mil.

    Con una mano apreté su cabeza a mi pecho, mientras con la otra desabrochaba el botón del jean y el cierre, dejándolo caer, ella bajó hasta pasarme la lengua por el ombligo, haciéndole exclamar un suspiro, se arrodilló, me miró, mientras con sus manos tomaban el costado de mi tanga y me la fué bajando, ambas no dejábamos de mirarnos, eso me recalienta, separé mis piernas y le ofrecí mi conchita, llevando su cabeza para que me la chupe, cosa que no tardó en hacer. Me introducía su lengua, y rozaba el clítoris, me encontraba en el cielo, éxtasis total. Ella se incorporó y nos besamos, adoro cuando su boca tiene el sabor mío, en un hilo de voz le digo “vamos a la cama amor”.

    Ella fue desnudandose por el camino, yo ya estaba en pelotas, la ayude con algunas prendas, me senté en la cama y le bajé la tanga, le chupé bien la concha, separando los labios e introduciendo primero un dedo y después otro, y lo fuí moviendo, ella se manosea y se toca las tetas mientras jadea, me pone de espaldas y se coloca encima de mí, nuestras vaginas unidas y nos besamos, nos ponemos de costado, nos tocamos la cola, ambas nos decimos “te amo”, nuestras piernas acariciando nuestras vaginas, juntas llegamos al orgasmo.

    Gaby me mira, ambas agitadas y felices un beso largo y profundo y me dice:

    Gaby: Disfruto mucho contigo mi cielo.

    Yo: Yo más mi amor.

    Gaby: te tengo que pedir algo, espero no lo tomes a mal.

    Yo: ay, no me asustes ¿qué pasó?

    Gaby: hoy recibí un mensaje de mi prima, viene a quedarse unos días

    Yo: por Dios boba, me asustas la forma que me lo dices.

    Gaby: no, es que ese no es el problema, es que ella si es lesbiana, y me insinuó de hacer algún trio mientras esté aquí.

    Yo: ¡ah joder…!

    Gaby: oye amor, yo no le dije ni le respondí nada, yo te amo a ti, no quiero que nada rompa nuestro vínculo. Superamos nuestra familia, que parecía que sería un terremoto, a ella le digo que se busque un hotel, y que me deje de joder.

    Yo: Espera amor, yo no me puse mal, me gusta que me lo comentes, entre tú y yo no hay secretos, a ver, yo hice tríos, pero dos mujeres y un hombre, nunca tres mujeres, por otro lado, contigo confianza absoluta, ya sabes que a tí me entrego, eres la persona que amo, tu prima es la otra, a ti no te largo por nada del mundo, ahora bien, por mi no hay problema, ahora tú ¿qué dices?

    Gaby: … no sé

    Yo: A ver mi amor, te voy ayudar, te pongo en contexto, imagínate, las tres estamos totalmente desnudas, te la voy hacer fácil, tú y yo nos besamos y nos tocamos, tu prima por detrás de mí, mete mano en mi culo, lo toca, lo acaricia, abre mis cachetes y mete la lengua.

    Gaby: la mato

    Yo: jajaja, como la mato, lloro de la risa.

    Gaby: si la mato, esa es ¿la fácil?, menos mal, y ¿la difícil?

    Yo: juro que no puedo más, la difícil sería, ella y yo comiéndonos la boca, tocandonos, ella chupandome la concha, y yo entregada, y tú mirando o tocándola a ella.

    Gaby: no ni en pedo, no puedo, voy presa.

    Yo: jajaja, veni mi amor, dame esa boquita, cosita hermosa, además de lágrima fácil, celosita, te amo, te amo tontita. Abracémonos, dile a tu prima que vaya a un hotel que no hay lugar, y si te pregunta del trío, que no estamos preparadas.

    Gaby: Yo te amo mas boba, eres mia, solo mia, a ver, ya que tu eres mas superada que yo, ¿no te molesta que otra me toque?

    Yo: es que tu no me estarías engañando, es un acuerdo, estamos convencidas de hacer algo, pero eso no significa que te vas a ir con ella, al menos que nuestra relación tenga algún quiebre, y eso sea motivo para que otra u otro venga, te mueva el piso y me dejes.

    Gaby: no, no digas eso ni lo pienses Andre te amo con toda el alma.

    Yo: si ya sé, me doy cuenta, me abrazas fuerte y me encanta, toma la teta mi amor, así te relajas.

    Mientras Gaby me chupaba las tetas, le acariciaba el pelo, me encanta como me las chupa, le tome la pera y la bese.

    Yo: ¿más tranquila mi amor?

    Gaby: si mi vida, no me imagino ni a ti ni a mi estar separadas con otro/otra.

    Yo: Yo tampoco, no sé si vas a llamar a tu prima o vas a esperar a que te llame para decirle, espero que no se ofenda.

    Gaby: Quizás la llamo y si se ofende que se vaya a cagar.

    Yo: jajaja eres terrible, tampoco asi amor.

    La semana transcurrió tranquila, Gaby habló con la prima, no hubo problema, entendió perfectamente, y quedó en que el sábado nos veríamos.

    Llegó el sábado y fuimos a encontrarnos con Raquel, la prima de Gabriela; quedamos en vernos en un bar muy bonito, y allí estaba ella, Gabriela y Raquel se saludaron después de tanto tiempo, Gaby me presento, nos saludamos con un beso en la mejilla.

    Raquel tiene un dejo de acento español, por vivir allí hace un tiempo, Gaby y yo nos sentamos juntas, Gaby me tomó la mano, y no me la soltó, yo creo que es para dejar las cosas claras, sin duda, a lo cual Raquel entendió el mensaje (no es ninguna tonta), e hizo un comentario, “ah lo de ustedes es en serio, yo pensé que era una aventura”.

    Gaby: No, aventura ninguna, estamos muy enamoradas.

    Raquel: Si se nota que se aman. Pero tú Gabriela, no eres lesbiana, por lo menos cuando yo vivía aquí.

    Gaby: No, no lo soy, he tenido una experiencia traumática, que me dejó mal, ya pasó, de a poco fui saliendo, y cuando me estaba recuperando, apareció Andrea, por suerte.

    Raquel: ¿y tú Andrea eres lesbiana?

    Yo: no, tampoco, he tenido varias experiencias, ninguna relación seria, experiencias con mujeres y tríos he tenido, pero porque se dio, o como un juego.

    Raquel: ah tu eres una libertina.

    Yo: Ay no, pero que dices Raquel, me haces poner colorada.

    Gaby: No Raquel, cuida tus palabras por favor.

    Raquel: Perdón.

    Gaby: Ella también pasó por situaciones, pero menos traumáticas, nos conocimos, coincidimos en situaciones de la vida, me encantó su forma de ser, y su compañía me hacía muy bien, así que no quise dejar pasar y le hablé.

    Raquel: Vosotras son increíbles, rompen con todo lo conocido, pero me alegra que se lleven de maravilla.

    Seguimos hablando, un rato más, y luego Raquel se marchó, y Gaby y yo, nos volvimos al departamento.

    En cuanto llegamos, Gaby se reía, y le pregunto a qué se debe y me dice:

    Gaby: jajaja estoy de novia con una libertina

    Yo: Me río y le pegué en el brazo

    Gaby me toma por la cintura y yo le rodeo el brazo por el cuello, y ella me dice, “te amo libertina”.

    Yo: le doy un beso, y le digo: “esta libertina te quiere hacer la cola, recuerdas que me lo prometiste”.

    Gaby: Si mi amor, lo recuerdo, a ti todo, a ver si me sale, beso, “amor, quiero que me hagas la cola: beso. ¿lo dije bien?

    Yo: Wow, no solo que lo dijiste muy bien, me estás haciendo mojar… libertina jajaja

    Ambas nos besamos hasta quedar ahogadas, nuestras lenguas hasta la garganta.

    Espero que les haya gustado.

    Loading

  • Mi nueva amiga y su novio

    Mi nueva amiga y su novio

    Lean los capítulos anteriores para entender el contexto de la historia.

    Los días fueron pasando, hasta que con Pau decidimos juntarnos el día libre de ambas a tomar algo, ella me dijo para ir a su casa a hacer un asado, así que por supuesto acepté.

    Era un día soleado, de mucho calor por lo que me puse un shortcito, una remera sueltita, y unas crocs. Llegué a la casa de Pau alrededor de las 12 h, y Teo ya estaba en el patio por empezar el fuego para el asado; estaba sin remera medio sudadito, descalzo y con un shorts de fútbol que como dije antes, me vuelven loca por como se les nota enseguida la verga donde se les pare un poco. Pau salió a abrirme el portón para recibirme, llevaba un top de entre casa y un short que le quedaba algo apretado y se le amoldaba de una manera hermosa al orto. Nos saludamos con un beso y ya me invitó una cerveza.

    Teo tenía puesto un partido de fútbol en la tele que veía desde el patio ya que estaba cerca, por lo que nos pusimos a conversar con Pau. Dejamos la cerveza de lado por un momento, y preparamos unos daikiri con frutilla, para dejar bien frío en la heladera para la noche.

    El partido terminó, así que Teo se sumó a la conversación y se sentó con nosotras bajo el toldo que tienen cerca de la piscina y da una sombra hermosa.

    En un momento se terminaron las cervezas y Pau dijo que iba a buscar dos botellas más en el almacén que queda allí cerquita.

    Yo: Te acompaño Pau.

    Pau: Deja boluda que yo voy hasta ahí, vos ya te moriste de calor viniendo hasta acá. Dale una mano a Teo para ir condimentando eso.

    Insistí pero no me hizo caso y fue con los dos envases para comprar la cerveza.

    Me puse a condimentar la carne con Teo, y me preguntó si había algo que no me gustara.

    Teo: ¿Te gustan las achuras y eso? ¿O preferís que te ponga otra cosa? Así ya voy poniendo cosas que van a salir antes para ir picando.

    Yo: Me gustan sí, yo como de todo.

    Teo: Bien, entonces voy poniendo ahí mientras se hace el vacío, así después voy sacando eso y los chorizos para ir picando con pan.

    Yo: Sii, el chorizo y el choto es lo que más me gusta

    Teo se rio sin decir nada, y puso la carne en la parrilla. Y noté que le había provocado algo ese comentario mío porque se le re notaba la pija parada adentro del short.

    Pau volvió del almacén, pusimos una cerveza en la heladera y comenzamos a tomar la otra. Se dio cuenta que Teo tenía la pija parada, y fue hacia la parrilla a joderlo, además de meterle la mano por adentro del short y agarrarsela. Me morí de ganas de ser yo la que estaba haciendo eso.

    La tarde fue transcurriendo con risas, anécdotas que contábamos e historias que le decíamos a Teo sobre Pau y yo. Además de reírnos y joder a Teo con su crianza en el interior. Hasta que se hizo la noche y la veníamos pasando tan bien que pasó súper rápido.

    Yo: Estaba muy rico el asado, toda la carne en general, te quedó buenísimo Teo

    Pau: Tiene mano para eso, y no sabes para que más jajaja

    Yo: ¿Si? Jajaja no quiero preguntar pero me matas de curiosidad

    Nos reímos los tres hasta que ella se soltó

    Pau: Tremenda mano para tocarme la concha tiene y dejarme re alzada jajaja

    Yo: Jajaja sos tremenda boluda

    Pusimos música, nos metimos todos a la piscina que estaba preciosa con el calor infernal que hacía, empezamos a tomar el daikiri que habíamos hecho como 5 litros y estaba delicioso, fuerte y dulce jajaja nos hizo efecto enseguida. Además, Pau sacó unos porros que tenía. Entre los tragos y el porro, ya era cualquier cosa aquello.

    Pau: ¿Está bueno para jugar al verdad o reto, que dicen?

    Tanto Teo como yo aceptamos al instante, y ellos sacaron un mazo de cartas que tenían por ahí, y era de un verdad o reto pero versión hot jajaja. Pusimos las cartas en el borde la piscina, e íbamos sacando por turnos.

    Repartimos y empezó la ronda.

    Le tocó primero reto a Pau, que decía “Sácale una prenda de la cintura para abajo, al participante que está a tu derecha”

    El participante en cuestión era Teo, así que Pau le sacó el short y Teo quedó en boxer solamente, dónde se le veía aún mejor el bulto.

    En la siguiente ronda le tocó verdad a Teo; “¿Cogerías en algún lugar prohibido, por ejemplo una oficina, un cambiador de una tienda, etc.?” Teo dijo que si.

    Siguiente ronda, me tocó a mi. “Si tuvieras un trío, te gustaría con dos hombres, con dos mujeres, ¿o con una mujer y un hombre?”

    Yo: Me gustarían las tres opciones. Me gustaría que dos tipos me cojan ya sea que uno me la meta por la concha y el otro por el culo, o que uno me coja la concha mientras otro me la mete en la boca. También me gustaría que 3 minas nos cogiéramos, y también que me de abundante pija un tipo mientras nos garchemos toda con una mina. Pero si tuviera que elegir, elijo con una mina y un tipo para tener ambas cosas.

    Pau: Me encantó la respuesta, me vas a alzar toda hija de puta con imaginarme esos escenarios jajaja

    Mientras íbamos entre reto y verdad, ya estábamos todos en pedo, fumados y re alzados, el cuerpo empezaba a aflojarse, tanto a Pau como a mi se nos marcaban los pezones, y Teo tenía esa pija que le estaba por explotar pobre.

    Me volvió a tocar reto a mi, y ahí se desvirtuó todo y se fue todo al clímax que seguramente buscabamos. “Ponele la mano por dentro de la ropa interior a quien esté en tu izquierda, y masajealo durante 30 segundos”

    Yo: ¿Lo hago?

    Pau: Dale boluda, si vamos a jugar vamos a jugar en serio

    Hubo una sonrisa pícara entre Pau y Teo, por lo que comencé el reto. Mis dedos temblaban cuando la toqué, fue como un escalón frío o descarga eléctrica, y temblaban porque no dejaba de ser la chota del novio de mi amiga. Comencé a masajearla y uff, estaba re gruesa y sentía el relieve de las venas en todo el tronco de la pija. El tiempo terminó, y a Teo le quedó la verga re dura y no volvió a bajar más jajaja.

    Llegó su turno, y le tocó reto también. “Córrele a un costado la tanga a quien esté a tu derecha y métele la pija durante 30 segundos” Me congelé pero a la vez se me estremecía la concha de las ganas de sentir la verga de Teo adentro mío.

    Sin más contratiempos, Teo me agarró, me puso contra el borde de la piscina, yo toda sumisa arquee la espalda y le entregué toda la visión de mi culo casi en 4 con las piernas separadas. Teo pasó de arriba a abajo su pija por mi concha, hasta que la metió. Entraba y salía con una facilidad tremenda de lo mojada que tenía la concha, sentía como palpitaba esa poronga gruesa adentro mío. El cronómetro que habíamos puesto sonó, y lamentablemente aquella sensación hermosa que estaba teniendo, terminó.

    Pau: Uff, ojalá me toque a mí esa jajaja con qué ganas la cogiste eeh, me encantó

    Teo: Es que ya estaba re alzado a esta altura, no daba más jaja

    Llegó el turno de Pau, otra vez reto. “Tocale las tetas y chupale la concha a tu oponente femenina” Toda entregada, .e recosté sobre el costado de la piscina de modo que apoyé mis codos en la parte de afuera, dejé el culo fuera del agua, y Pau comenzó a chuparme la concha de una, de la emoción se olvidó de mis tetas jajaja Que delicia como me chupó la concha, casi me hace acabar pero el tiempo se terminó.

    Ahí yo estaba en un estado de tal excitación, que no me importó nada, me olvidé totalmente del juego, y les dije “Me llamaron para esto, déjense de joder, agarrenme entre los dos y cojanme por favor se los pido”

    Desde ahí, todo fue disfrute, una sensación maravillosa, verdaderamente un clímax de excitación. Teo empezó a coger a Pau mientras ella y yo nos besábamos, nos tocabamos las tetas, nos turnabamos para chuparnos las tetas mientras yo le mandaba mano para su concha y sentía como entraba y salía la verga de Teo.

    Después salimos de la piscina y nos recostamos sobre uno de esos sillones cómodos que hay para el borde de la piscina, nos pusimos una arriba de la otra, y comenzamos a refregarnos la concha que estaban re húmedas y babosas. Le dije a Teo “rompeme el orto por favor, méteme ya mismo esa pija en el culo”. Teo ni me dió tiempo de terminar la frase que ya me estaba dando por el culo, de lo dilatado que estaba entró con tremenda facilidad, sin ninguna resistencia.

    Nos comimos la boca con Pau, y ella decía “Amor, besala toda que me re calienta”. Dejo de meterme la verga, me di vuelta y nos besamos apasionadamente con Teo, hasta que llegado el momento, bajé de una y me metí esa poronga venosa en la boca hasta atragantarme, mientras ahora eran Pau y Teo los que se besaban y Teo le metía los dedos en la concha a Pau.

    Todos estábamos llegando al clímax, hasta que Pau le mojó todos los dedos a Teo y yo les dije que estaba por acabar. Pau le dio la orden a Teo que me cogiera, y eso hicimos. Me tiró en el sillón y comenzó a darme pija por la concha hasta que estabamos por acabar ambos, él iba a salir para acabarme en las tetas pero Pau lo agarró del culo y no lo dejó salirse, por lo que me llenó la concha de leche, me acabó todo adentro y yo le mojé toda la poronga, tremenda acabada tuve, hermoso chorro.

    Extasiados los 3, nos besamos entre todos y nos sentamos para descansar, pero a los minutos volvimos a repetir, y así como 4 o 5 veces esa misma noche y madrugada. Toda la noche cogiendo al borde y en la piscina misma, hasta que de mañana nos fuimos a dormir los 3 en la misma cama con el aire prendido.

    Fue una noche fantástica, y una noche que daría inicio a una amistad entre los 3 que iría más allá de las amistades tradicionales, una amistad poco convencional, que podíamos juntarnos a conversar y reírnos un rato, salir a cualquier lugar a disfrutar sin tener nada sexual, pero que también cada tanto podíamos cogernos y tener hermosos orgasmos grupales. Así lo decidimos, así lo quisimos y así sería de ahora en más.

    Loading

  • Buenas nuevas experiencias (2)

    Buenas nuevas experiencias (2)

    Pido disculpas por tenerlos abandonados. Aclaro que en mi perfil, tienen foto nueva.

    Vamos a lo que vinimos. Despues del primer encuentro de experiencias varias con el masajista, profesor de yoga y practicante de tantra que les conté en mi relato anterior, quedé con ganas de mas.

    Dejé pasar dos semanas y vuelvo a escribirle. A todo esto, se llama Gustavo, su nombre Hindi es “salam o Salman” o algo así. Le escribí diciendo que estaba dispuesto a pagarle por una nueva experiencia como la anterior, y que me diera las instrucciones de que necesitaba para llevarlo a cabo. Pasaban los minutos y no respondía mis mensajes.

    Habiendo transcurrido una hora, me responde: Perdóname la demora bombón, estaba en una clase de Yoga. ¡Como no acordarme de vos! Ok, dame unos minutos y te envío instrucciones.

    Pasada media hora, me escribe preguntando:

    ¿Queres hoy u otro día?

    Yo: hoy

    ¿Por la tarde/noche o noche?

    Yo: tarde – noche

    19:30 h mi último horario. ¿Ok?

    Yo: Perfecto.

    vas a tocar timbre en ese horario, ni antes ni después, en ese horario. Voy a abrirte desde arriba. En la mesa que usa el portero, que se encuentra al lado de los ascensores, en el único cajón que tiene, vas a encontrar una venda negra para los ojos. Para cuando se abra en mi piso la puerta del ascensor, vos tenes que estar vendado y dejarte llevar. No te preocupes, me voy a ocupar de que entres sano y salvo al departamento.

    Te voy a desvestir y solo tenes que tener puesto un slip blanco. Del modelo que sea, pero debe ser enteramente blanco.

    Mi tarifa es de xxx y mi alias para la transferencia es …x…x…

    Sin chistar respondí: OK, transferí el dinero y espere a que se acerque la hora.

    Me fui al gimnasio.

    Fui a mi casa, me duché y me puse un slip blanco sin elastico que tengo reservado para situaciones como estas.

    Me vestí y salí con el coche. El tráfico estaba muy complicado, por lo que decidí dejar el auto en el garaje, y me tomé el transporte público. Cosa que muy rara vez hago. Pero pude llegar con 2 minutos de antelación a lo pactado.

    Esperé en la entrada y vi gente en la recepción esperando a subir en el ascensor. Toco timbre siendo justo las 19.30 h, se abre la puerta, entro al hall de ingreso del edificio. Disimulo haciendo que estoy enviando un mensaje. Suben las últimas 2 personas en el ascensor, al cerrarse la puerta, rápidamente me muevo a la mesa de uso del encargado. Abro el cajón y encuentro el antifaz que me mencionó. Llamo al ascensor, llega y toco el botón del último piso. Al llegar al 8º, me vendo los ojos. Quedé completamente a oscuras y entregado a lo que podía ocurrir.

    Suena el aviso del último piso y la ansiedad me recorría el cuerpo. Mi mente se adelantaba a situaciones que podían o no ocurrir. Inspiré profundo y exhalé y la puerta se abrió. Siento que me toman del brazo derecho, quise balbucear algo pero se me acercan al oído y me dicen: shhh.

    Camino unos pasos hasta la entrada del departamento y, desde antes de ingresar, los aromas a sándalo, incienso, etc. se podían sentir. Me detienen y me piden que espere ahí. Parado, quieto, esperé.

    Vuelven a tomarme del brazo, me acompañan a caminar unos pasos, me hacen girar. Se escucha música suave. Unas manos comienzan a sacarme la camisa que traigo puesta. Inmediatamente, me desabotonan la bermuda, me la bajan, acarician mis piernas. Ambas manos descienden y me piden que levante los pies para sacarme las sandalias.

    Solo con el slip puesto, dichas manos comienzan a subir suavemente por mis piernas, muslos, acarician mis caderas, suavemente pasan por encima de mi bulto que ya se había puesto firme como un mastil, acarician mis abdominales, mis pectorales, brazos, espalda. Pero, siento que otras dos manos untadas en aceite, comienzan a pasarse por mis pectorales, hombros. ¿Había mas de una persona? Traté de no pensar y dejarme llevar.

    Las manos que me untaban en aceite, se deslizaban por mi vientre, por mi bajo vientre, los dedos se introducian suavemente por dentro del slip y rozaban mi pija que estaba enorme, rígida.

    Instantes después de que un ruido de cuencos acomodándose y pasos que se movían por el lugar, me toman del brazo izquierdo y me llevan unos pasos más y me empujan suavemente para que me siente en un lugar que era una especie de reposera. Sujetaron con unas cintas muy suaves mis muñecas, mis tobillos, y mis rodillas, a la estructura de la reposera. Quedé con las piernas y brazos muy abiertos, dejando a disposición de quien estuviera ahí, mi torso y mi bulto.

    Dos manos se posicionaron sobre mis pectorales y comenzaron a realizar un masaje suave, centrándose en mis tetillas. Una nariz, lengua y labios empezaron a rozar suavemente mi bulto. la lengua se deslizaba por la apertura del slip pasando por mis huevos y por el costado por el que se escapaba la cabeza mi pija y parte del tronco.

    A su vez siento que un aparato que vibraba, no sé si era el vibrador negro tipo micrófono de la otra vez, empezó a acariciar suavemente mis tetillas, lo que me generó mucho placer. Al mismo tiempo, alguien pasaba su lengua mojandome todo el slip. Con una mano, saca la parte visible de mi pija por el costado que se escapaba y suavemente comienza a lamerla y chuparla.

    En una tetilla pasaba el vibrador y en la otra habia una lengua. Estaba excitadisimo. Minutos mas tarde, cambiaron y ese vibrador comenzaron a pasarlo

    por mi pija y por mis huevos, sintiendo una sensación mas que agradable. La sangre estaba toda en mi verga. Me explotaba, yo no paraba de gemir. Estaba inmovilizado y no podía hacer nada mas que relajarme y sentir.

    Minutos después, siento que cambian de lugar, y quien se ocupaba de mis pechos, pasa a chuparme la verga y el otro a chuparme los pechos. Me bajan el slip y una mano acariciaba mis huevos mientras la lengua y boca, se encargaba de mi pija.

    La otra persona, aplica unos broches sobre mis pechos pero con una presión muy suave y que cada cierta cantidad de segundos daban un pequeño impulso eléctrico. Mis pezones estaban excitadisimos. Primera vez que siento esa clase de sensación. Luego de eso, las 4 manos, las dos bocas y lenguas se posicionan donde mi pija, y la succionan con enormes ganas, como si fuera la última gaseosa del desierto. Acarician mis abdominales, mis piernas, gimen, se besan, siguen chupando, acarician mis huevos.

    Escucho un suave murmullo, se alejan un poco de donde estoy, siento que una mano agarra mi pija engarrotada, le coloca mas aceite, y se sienta en ella, poniendose a gemir y quejarse de placer y de dolor. Se la sacó y le puso mas aceite pero siento que cambia una persona por otra. Y entró más fácil, gemido y dolor por medio. Suavemente me cabalga y yo, realmente no daba mas de placer, de excitación y me controlaba para no acabar. Siguió cabalgando sobre mi pija unos minutos más hasta que siento sobre mi pelvis, unas contracciones de excitación y un liquido que se derrama.

    Se levanta de encima mío, y la otra persona inmediatamente toma posesión de mi pija y ante un ahhh de dolor, comienza a cabalgarme. Quien se puso de pie, me sacó los broches de mis pezones y liberó mis brazos. Lo que me dejó tomas de las caderas y nalgas a quien me cabalgaba, por lo que sentí era Gustavo. ¿Pero quien era la otra persona? Intento sacarme el antifaz, pero quien estaba de pie, me toma de las manos y me lo re acomoda para que no vea nada. Vuelvo a tomar a Gustavo de la cadera y a empujarlo para que mi pija le entre toda. Se quejaba, gemía pero estaba poseido en como me cabalgaba.

    Hacía bastante calor, y yo estaba aceitado y completamente sudado. Les pedí si podían servirme agua. Gustavo se baja de mi pija, escucho nuevamente un murmullo, y Gustavo apoya el bazo sobre mi boca y me dice: toma tranquilo, respira.

    Yo: ¿Quién está con vos?

    Gustavo: shhh

    Termino de tomar el agua. Me toma del brazo y me dice: ¡vamos!

    Me lleva nuevamente a su balcón terraza de la última vez. Allí me sujeta de brazos y piernas, posición era de pie, cual crucificado. Mi pija seguía erguida cuál mastil. Mis ojos todavía cubiertos.

    Vuelven a encender el vibrador negro y a pasarlo por todo mi cuerpo. Yo gemía y me retorcía de placer. No sé quien de los dos, me chupaba la pija con muchas ganas y con una de sus manos me masturbaba.

    Tampoco sé quien tomó con sus manos mi pija mientras la otra persona con voz tapada, se la introducía y gemía. Placer, dolor, mezcla de cosas, se movia más rápido que en la reposera de tela. Sudor, aceite, lubricante, precum, todo a la vez, gemidos, respiraciones agitadas.

    Yo: voy a acabar, voy a acabar, ah ahhh ahhhh

    Comencé a soltar leche a chorros. Quien se los dejó adentro gemía como mujer, se le deslizaba semen por las piernas.

    Gustavo, me saca el antifaz y a quien me había cogido era a una mujer.

    Yo: ¿quien es ella? Es una amiga y vecina. Quedate tranquilo que ya no ovula ni le interesan hijos de nadie.

    Algo mareado, me había bajado todo, el momento, la excitacion, la hidratación. Me sueltan de las bandas que me sujetaban y entramos al depto. Me sirven nuevamente agua fresca y me tomo el vaso completo en segundos.

    Ella me decía, soy Laura, encantada. Papito, estás impresionante, ¡¡¿cuanto hace que no me tocaba un macho como vos?! y esa pija querido! Amé esa cogida.

    Yo: gracias. Laura, mira, te acabé mucho adentro. Por favor, te aclaro que soy abogado, no quiero quilombos, ni hijos, ni nada.

    Ella: Papu, ya tuve dos hijos, no ovulo más tengo 46 años. Tranqui, estoy sola, solo quiero divertirme y coger. Hace 3 años que no tenia un orgasmo como el que tuve hoy. Loca me dejaste. Gus, yo tengo que ir bajando que va a llegar uno de los chicos. Abrime. Se puso un shorts así nomás, me saludó y se fue.

    Gustavo: ¿que te pareció?

    Yo: ¡muy loco! no garcho con minas desde hace 15 años.

    Gustavo: si te decía de ella, probablemente no ibas a querer, por eso fue sorpresa. Igual, tenes que seguir conmigo que yo esa lechita la quiero para mi.

    Yo exhausto, pero como dije siempre, mi pija tiene un cerebro aparte, en cuanto comenzamos a besarnos con Gustavo, y le apretaba las nalguitas, enseguida me re empalmé. Volví a sentarme en la reposera del inicio, me abrí bien de gambas, y le dije: vení, todo para vos. La succionó hermoso y me pajeó. Puso un poco de aceite, y se sentó encima. Me cabalgó un rato y me dijo: ayy amor, no puedo más. Lo levanté, lo apoyé contra la mesa del comedor, y ahí seguí cogiéndolo. La mesa se sacudía todo y rechinaba.

    Lo tomé fuerte de las nalgas y me retorcí de placer. Le comencé a dejar chorros y chorros de leche adentro. Gustavo se tapaba la boca por los gemidos que daba, yo se la ensarté hasta el fondo para que no se escurra ni una sola gota de leche y me caí sobre él. Cansado, exhausto, vacío, deshidratado. Mi pija latía adentro de su orto. Nos besamos y la voy sacando despacio. Me invita a que me dé un duchaso y ya fresquito, me fui.

    Voy a volver.

    Loading

  • Rocío y yo: Disfrutando del viaje

    Rocío y yo: Disfrutando del viaje

    ¡Hola Mundo!

    Les habla Beatriz, antes de comenzar con mi aventura quisiera contarles un poco de mí, tengo 25 años, mido 1.59, tengo cuerpo atlético, definido por el ejercicio, soy castaña clara con el cabello a la altura de los hombros, soy blanca bronceada, tengo pechos promedio 34B con pezones un poco obscuras y puntiagudos a cualquier excitación, mi culo es mediano paradito y tengo las piernas definidas por el ejercicio y obvio depilada de pies a cabeza. Después de este breve contexto de mí los pondré al tanto.

    Con Rafa llevamos 2 años de relación en donde fuimos muy abiertos sexualmente comenzamos desde el principio de nuestra relación a probar nuestras fantasías y descubrir que nos gustaba, comenzamos desde grabarnos, tener sexo con gente en la casa y hasta el momento el límite llegó al enterarse mí de bisexualidad. Aclaro que desde un año antes de conocerlo mi lado bisexual había salido a la luz, pero nunca había tenido oportunidad de probarlo, pero todo esto cambió a raíz de conocer a Rafa el al enterarse mi interés por probar estar con alguien de mi mismo sexo comenzó a darme esa apertura, obvio mi intención no era compartir a mi novio si no que él me compartiera con otra chica nada más.

    El pasar del tiempo y su insistencia una noche de sexo me orilló a preguntarle “Ok, si pudieras escoger a la chica ¿a quien escogerías?”, en su mirada vi como se empezó a imaginar todos los escenarios posibles y en menos de un minuto surgió el nombre “Rocio”.

    Rocio era una de sus mejores amigas, una chica joven de mi misma edad, piel morena, cabello castaño arriba de los hombros, cuerpo muy bien trabajado por el gimnasio y muy dominante, para mis inicios bisexuales era alguien ideal para guiarme en este mundo.

    Después de unos segundos entre mí excitación e imaginación surgió una respuesta “Va, pero tiene que pensar que será una aventura”, Rafa dispuesto a todo con tal de verme con una mujer acepto mi condición. Empecé a formular el plan ideal para irme acercando a Rocio, vi la oportunidad ideal en un viaje que Rafa tendría con sus amigos a una ciudad algo retirada de la nuestra en donde obvio iría Rocio.

    La fecha llegó y decidí llegar separada de mi novio para que interactuara a solas con Rocio, llegué al punto donde nos citaron para subir al camión y para mi sorpresa ya estaba Rocio con su maleta, ropa cómoda que resultaba definiendo cada rasgo de cuerpo, una blusa de tirantes blanca y un short de licra que mostraba nada más que sus hermosas piernas. Yo acordé a mi plan decidí mostrarme un poco más reservada con una blusa de tirantes y unos leggins negros que dejaban ver un poco de mi tanga por las orillas.

    Al llegar la saludo de beso en la mejilla sintiendo su aroma y empezando a desearla, le sonrió y le preguntó “Lista para el viaje?” a lo cual ella me responde “Claro, solo que no sé con quién me pondrán en el camión para saber si iré cómoda” a lo que no dudé en aprovechar la oportunidad “Si quieres podemos ir juntas, digo si tú quieres igual” ella responde si no iría con Rafa mi novio lo cual decido contrarrestar restándole importancia “No, así él irá más cómodo” me responde con una risa y comenzamos a platicar de cosas sin relevancia.

    Al subir al camión obscuro aprovechó el momento y la tomó de la mano con el justificante de no caerme lo cual ella acepta sujetándome hasta ella entrar en el asiento, acomodo mis cosas arriba de nosotras dejando de frente a ella mi abdomen bronceado que se traslucía a mi blusa, tome asiento y me acerque a ella para sonreírle demostrando mi emoción por el viaje ella me devolvió la sonrisa y tomó de mi mano.

    El viaje comenzó de noche así que gran parte estuvimos dormidas pero durante la madrugaba vi que ella temblaba por el frío del clima por lo que decidí tomar una cobija de mi mochila y decir “Oye si quieres nos tapemos juntas” ella sonríe algo apenada pero acepta decidimos cruzar nuestras piernas para entrar en el espacio yo aproveché para darle un breve masaje por los muslos tan perfectos y ella me tomó de las piernas mientras dormida a mi sorpresa fue que ese simple contacto me erizo las piernas durante toda la noche.

    A la mañana siguiente llegamos a la ciudad y nos dirigimos al hotel ya que sería un viaje de fin de semana el día estaba destinado para aprovechar al máximo así que en cuanto llegamos al hotel decido continuar mi plan con Rocio comenzando mi labor de convencimiento para que fuéramos compañeras de cuerpo, sin mucha dificultad ella accedió ya que el viaje en grupo sería chicas con chicas y chicos con chicos.

    Al recibir nuestra llave decido subir sola con Rocio, ella me sonríe aceptando el gran plan de amigas que tendremos durante el viaje, al entrar a la habitación Rocio entra primero y se tira en la cama, yo dejo mi maleta por un lado y decido quitarme la blusa quedando en top “Discúlpame amiga que ya moría por quitarme la blusa” responde con una risa viendo mi cuerpo seguido de un “Me bañaré antes de salir” sin perder la oportunidad y curiosidad decido empezar mi plan “Ammm ¿te puedo acompañar? Digo para ahorrar agua” ella solo fue algo nerviosa pero asiente con un poco de duda pero aceptando una ducha de amigas.

    Ella entra a la ducha y mi imaginación comienza a volar de imagen ese cuerpo tan perfecto sin nada que lo cubra pero decido esperar a que ella esté dentro para entrar. Escuchó la regadera atenta y empiezo a quitarme la ropa para entrar sin nada, al entrar soy recibida con una sonrisa y su mano extendida lista para sujetarme para entrar a la ducha, yo respondo con una sonrisa y sujeto su mano mientras mis ojos quedan fascinados en su figura que para mí sorpresa estaba totalmente depilada pero lo que más me llamó la atención fue ver esos hermosos pechos redondos firmes y pezones listos para besar.

    La ducha no pasó a más de ese jugueteo de miradas que me volvió loca, sabía que esa noche tenía que finalizar mi plan ya que al medio día del día siguiente nos regresaríamos. Finalizada la ducha procedimos a cambiarnos y disfrutar de la ciudad sin mucho acercamiento íntimo ya que era un viaje grupal así que no pasó más. Llegada la noche regresamos al hotel juntas dispuestas a cenar y pasar una noche de chicas.

    Buscamos un Starbucks cerca del hotel para ir a comprar algo pero antes decidimos ponernos algo más cómodo, salí de la habitación con un short a media nalga y la blusa de tirantes con la que viaje pero esta vez sin colocarme brasier, ella vestía a la par mío con un short de mezclilla a ras de su hermoso trasero y una blusa blanca con un top deportivo debajo.

    Tomamos nuestras carteras y decidimos bajar, al caminar por la calle entre el silencio y el frío decidimos tomarnos la mano para sentir esa presencia de ir juntas, no tardamos mucho en la calle ya que la cafetería estaba a 2 cuadras pero en todo el recorrido no nos soltamos la mano.

    Al regreso al hotel Rocio pasa al baño y yo procedo a quitarme la blusa para ponerme un top deportivo para dormir y quitarme el short ya que yo dormía siempre así, para mi sorpresa al salir del baño veo a Rocio igual con su top deportivo negro y debajo solo su tanga de encaje blanca, reímos al vernos y ahora yo soy la que extiende la mano a lo que ella responde sonriendo y tomando mi mano para abrazarme, su cuerpo en ropa interior me hizo sentir sus pezones rozando con los míos mientras nuestros cuerpos se separaban.

    La cena pasó sin más que risas y coqueteos con la mirada, terminando procedimos a acomodarnos para dormir juntas, Rocio quitó las sábanas mientras yo quitaba lo demás de la cena. Rocio apagó la luz mientras yo me metía en la cama, nuestros cuerpo traicionaron nuestra mente y al estar juntas en la cama se pegaron para dormir uno cerca del otro. Entre la oscuridad y el nervio ninguna de las dos distinguía si estábamos dándonos la espalda y estábamos de frente a lo que Rocio respondió buscando mi mano y al encontrarla nuestros cuerpo se acomodaron para nuestra sorpresa estábamos de frente quedando nuestros labios a ras de los de la otra.

    Decidí probar suerte y le di un beso corto a lo que ella respondió con una sonrisa y un beso más largo y apasionado mientras nuestros cuerpo se abrazaban, el beso continuaba de manera extensa mientras sus manos comenzaban a bajar hacia mis muslos y mis manos tocaban su mejilla. Al sentir sus manos en mi trasero decido parar el momento, moverme hacia el costado de la cama y prender la lámpara, Rocio algo asombrada ve como regreso cerca de ella mientras coloco de nuevo sus manos en mi trasero, ella solo sonríe y continúa el beso.

    Sus manos invaden mi tanga mientras siento como su mano empieza a rozar mi vagina ya empapada a lo que ella me responde con un “Creo que mejor quitaré esto” y procede a bajar lentamente mi tanga mientras yo me devuelvo a sus labios con una sonrisa. Decido subirme sobre ella para quitarme el top y que me tuviera completamente desnuda mientras ella solo sonríe y disfruta de mi figura. Comienza a recorrer mi cuerpo con las manos hasta llegar a mis labios e ingresas dos de sus dedos para que los lamiera hasta dejarlos lubricados.

    Después de eso me tumba alado de ella para incorporarse y bajar a mi vagina, ese primer beso a mi parte más intimida estréseme mi cuerpo mientras se va convirtiendo en lamidas y sus dedos empiezan a jugar con mi clítoris, mi cuerpo solo se estréseme y comienza un ir y venir de gemidos míos.

    La noción del tiempo se pierde para mí en ese momento y solo recuerdo que se detuvo se paró frente a mí y comenzó a quitarse toda la ropa mientras yo me incorporaba como podía para sentarme en la base de la cama, ver ese cuerpo perfecto frente a mi me volvió loca ella me sonreía en señal de deseo y comencé a probar esos pechos tan ricos con una mano jugaba el pecho derecho mientras el izquierdo era devorado por mi lengua. Empecé a escuchar una agitación única seguida de un movimiento ligero de ella dirigiéndose a mis labios para besarme y tumbarme de nuevo.

    Esta vez ella subió a la cama y se giró frente a mí dejándome ver ese trasero perfecto mientras su espalda se arqueaba para comerme la vagina, frente a mí tenía una vagina perfecta depilada y lista para mi, nerviosa veo como una pequeña gota está en la punta de su clítoris de la excitación su cuerpo dejo salir esa gota la cual rompió mis nervios y guio mi boca para comerme esa vagina con deseo y desesperación. Los gemidos por parte de ella no se hicieron esperar seguidos de un delicioso orgasmo que motivo mi deseo.

    Ella rendida durante el sexo procedió a girarse y besarme para probar mis labios llenos de su lujuria. Instantes después ella tomó fuerza a abrió mis piernas para poder cruzar las suyas, una escena nunca antes vista se mostró en mis ojos y al más mínimo roce de su vagina con la mía estremeció mi cuerpo levantándome quedando frente a ella con las piernas cruzadas. Esto unió aún más nuestras vaginas impulsadas por el ir y venir de nuestra cadera nos llevó a gemir en sintonía con la otra hasta que llegamos a un orgasmo juntas.

    Después de quedarnos unos minutos tiradas con las piernas cruzadas nos incorporamos para por fin descansar, por la mañana Rocio me despertó con un beso y desayuno en la cama por parte del hotel, ella se incorporó para aventarme mi top y ella colocarse el suyo, tomó ambas tangas y procedió a pasarme la mía a lo que decidí extender mi mano y tomar la tanga de encaje blanco de ella diciendo “Este será mi recuerdo” a lo que ella solo respondió colocándose mi tanga y dándome un beso.

    El viaje terminó y al llegar a la casa le aventé la tanga a mi novio mientras en mi cabeza solo pensaba que esto sería el inicio de mi bisexualidad.

    Este sería el relato de mi primer encuentro, espero les guste y si desean saber más de mis aventuras me encantaría contarlas. Leeré todos sus comentarios y los responderé.

    Loading

  • Mi primera vez con teen Ariana

    Mi primera vez con teen Ariana

    Después de aquel intercambio de sexo oral con Ariana en la fiesta de su hermana, deseaba volver a probar el sabor tan peculiar de su vagina, esa consistencia cremosa de sus jugos. No dejaba de pensar en su vagina perfectamente depilada. El recuerdo de su piel, de esa blanca piel entre sus piernas que tuve entre mis sienes cuando le hice sexo oral en su habitación. Aún podía recordar la tibieza de sus labios y el calor de su boca cuando me chupó la verga de una manera inexperta pero al mismo tiempo tan intensa y dedicada que tengo erecciones de solo pensarlo.

    Tenía que verla otra vez. Sé que ella lo deseaba tanto como yo, pero tenía que actuar de forma que su hermana y mi novia no sospecharan que hubo algo entre ella y yo. De cualquier manera Ariana y yo no hemos dejado de escribirnos por WhatsApp. Después me contó que había decidido cambiarse de carrera y no regresar este año a la universidad, evidentemente sus padres se molestaron con ella y le ordenaron que consiguiera un empleo.

    Una tarde mi novia y yo nos encontramos a la hermana de Ariana en un bar. Comenzaron a platicar y salió del tema de la situación de Ariana. Su hermana me preguntó que si podía recomendar a Ariana en la empresa donde trabajo, le dije que iba preguntar con mi jefe. Se había presentado una posible oportunidad para tener cerca a Ariana, y que mejor que en mi trabajo, a parte su hermana fue quien pidió mi ayuda, por lo que no iba a haber sospechas.

    Hablé con mi jefe, le comenté que una conocida estaba buscando empleo, le hablé de Ariana y de sus encantos y él me dijo que estaba pensando en contratar a una asistente.

    Aproximadamente dos días después Miguel, mi jefe, me dijo que quería entrevistar a Ariana así que le conté a mi novia para que ella le dijera a la hermana de Ariana.

    Después le pregunté a Miguel qué opinaba de Ariana, me dijo que por su presentación y carisma era la adecuada para el puesto y que era muy probable su contratación.

    Hablé con Ariana y me dijo que estaba emocionada por trabajar en el mismo lugar que yo porque así podíamos vernos todos los días sin ningún problema.

    Ariana entró a trabajar esa misma semana y rápidamente fue el centro de atención porque siempre va muy bien arreglada; falda o vestido cortos, entallados, que resaltan sus nalgas y caderas y zapatillas abiertas que muestran sus lindos pies. Obviamente acapara las miradas de los compañeros y muchos se le acercan pero ella los evade y les dice que yo soy su novio.

    Cuando su papá no va por ella al trabajo yo la dejo cerca de su casa para que nadie nos vea, no sin antes despedirnos de la forma más lujuriosa posible. Lo que más me gusta es sentarla en el asiento trasero del auto y besar su cuello y sus tetas duritas mientras ella me masturba con la mano para terminar mamándomela.

    Un día la pusieron a trabajar conmigo, como encargado de logística tenía que explicarle algunas cosas y recuerdo que ese día me tocaba estar en una nave que sólo tiene dos oficinas y un almacén, por lo que prácticamente Ariana y yo estaríamos solos.

    Trabajamos toda la tarde, de repente me dijo que no había dejado de pensar en lo que pasó en su habitación, que se había estado masturbando casi diario y que deseaba tanto poder tener sexo conmigo. La besé y la miré fijamente, me levanté de la silla y le dije que a partir de ese momento ella haría todo lo que yo le dijera. Cerré la puerta con llave.

    Le pedí que cerrara los ojos y que se relajara, le hice el cabello a un lado y su piel se erizó. Empecé a acariciar su cuello con la yema de mis dedos mientras soplaba muy suave cerca de su oído, ella empezó a reír y me decía que sentía cosquillas. Le pedí que fluyera, que dejara que las cosquillas se fueran y las transformara en sensaciones de placer.

    Le quité el suéter, sus pezones muy duros se marcaban demasiado. Comencé a besar su cuello mientras mis manos iban acariciando sus hombros, bajando por sus brazos suavemente, rosando apenas su piel hasta llegar a sus manos, sin dejar de recorrer su cuello con mis labios y mi lengua, dejé que mis manos emprendieran la travesía por su cuerpo.

    Bajé hacia su cadera, rozando sus muslos, recorriendo la parte interna de sus piernas pero sin llegar hacia su vagina, todavía no era el momento. Seguí recorriendo su cuello cuando ella tomó mi mano y la llevó entre sus piernas, pude sentir lo mojada que estaba pero la retiré, le dije que quien mandaba era yo y que ella solo debía obedecer y concentrarse en sentir.

    Le dije al oído, a manera de susurro, que le iría quitando las medias para que no se mojaran demasiado. Me hinqué frente a ella, tomé las medias por ambos lados de su cadera y las bajé muy despacio. Fue maravilloso el olor que despidió en ese momento, una deliciosa tormenta de feromonas. Después seguí con la blusa y la falda, quedé fascinado con ese par de pezones rositas y aréolas claritas. La juventud femenina marcada en cada centímetro de piel. Por último le quité el cachetero y quedó completamente desnuda. Me detuve por un segundo para poder contemplar toda esa perfección.

    Senté a Ariana en el sofá, justo frente a mí. Me arrodillé y bajé a sus pies. Comencé a darles besitos, primero a sus empeines, a sus tobillos y cuando llegué a sus dedos los empecé a recorrer con la punta de mi lengua, cada dedo de cada pie, luego pasé a sus plantas, lisas y con olor al interior de la zapatilla. La escuché respirar profundo, soltaba gemidos ocasionalmente y al levantar la vista vi que tenía su mano entre las piernas, se la retiré, le dije que ella no podía tocarse aún.

    Le abrí las piernas y empecé a besar sus pantorrillas muy despacio, siguiendo con la parte externa de sus piernas hasta llegar a un costado de su pelvis y de ahí seguí con su abdomen plano, su cintura y el borde exterior de sus nalgas.

    Mis manos la acariciaban y mi boca la recorría por completo. De repente soltó un gemido y comenzó a venirse, sin siquiera haber tocado su vagina se corrió. La veía sonreír, morderse los labios, apretar sus piernas y en ese momento llevé mi boca a su cosita, deseaba beber todo ese néctar, sentirlo escurrir. Su clítoris estaba muy dilatado y pulsante, sus labios y su vulva parecía que iban a explotar.

    Ariana me tomó del cabello mientras lamía su clit haciendo círculos, me pegó muy fuerte hacia ella que incluso me costaba un poco respirar pero aun así seguí frotando, lamiendo, besando y bebiendo hasta que dejó de gemir. Relajó las piernas y quedó completamente desvanecida sobre el sillón.

    Me puse de pie y le acerqué la verga a la cara. Levantó un poco la cabeza para oler, sacó su lengua y me dio una pequeña lamida. Se acercó aun más y mi glande quedó justo en el borde de sus labios y me preguntó que si podía usar sus manos, respondí que sí.

    Tomó mis testículos con una mano y con la otra la base de mi verga y empezó a mamármela con una avidez desenfrenada. Sentía su pasión y su deseo. Al verla con los ojos cerrados metiendo frenéticamente mi verga hasta el fondo de su boca me hizo saber que era el momento y la puse en cuatro recargada en el respaldo del sofá.

    Alzó la cadera exponiendo sus deliciosas nalgas y una vulva completamente hinchada y escurriendo. Abrí sus nalgas y llevé mi lengua a su culito virgen tan rico y antojable. Seguí con sus nalgas dando pequeñas mordidas, Ariana soltó un suave gemido.

    Le empezaron a temblar las piernas y yo seguí comiéndomela. Estuve así hasta que se vino de nuevo, las piernas no dejaban de temblarle y justo en ese momento tomé mi verga y la froté sobre sus labios, ella me imploraba que por favor ya se la metiera, que no la dejara así. Empujé suave y delicadamente, Ariana gimió fuerte, puso rígidas las piernas y arqueó la espalda.

    Aumenté el ritmo de la penetración pero sin dejar de ser gentil, Ariana apretaba tan rico, la tomé del cabello y la jalé hacia mí.

    —Nalgueame—. Dijo en voz baja.

    Le di una fuerte nalgada que la calentó más.

    Sentía el golpe de caderas, mis huevos chocando contra su vagina, me calentó más ese chasqueo que se escucha cuando está totalmente mojada y recibiendo mi verga frenéticamente.

    Estaba a punto de venirme pero no podía hacerlo dentro de ella así que la saqué y le dije que se hincara. Le ordené que abriera la boca y descargué un chorro de leche hirviendo, tanta que escurría por su cuello.

    Ariana me dijo que me sentara en el sofá y empezó a mamármela de nuevo, de tal manera que la volvió a poner dura y firme, y ella ya no se detuvo. Ya no me escuchaba. Sólo estaba chupando de una manera maravillosa, la tomé del cabello empujando su cabeza hacia mí para que mi verga entrara hasta el fondo de su garganta.

    Me hizo correrme de nuevo pero en esta ocasión se tragó toda mi leche, no dejó una sola gota.

    —Lo hicimos muy rico, ¿verdad?—. Dijo risueña.

    —Sí preciosa, me encantó.

    Quedé exhausto en el sofá y ella satisfecha.

    Nos vestimos y la llevé a su casa.

    Seguimos teniendo sexo a escondidas. Después mi novia me encontró unas nudes de Ariana en el teléfono y me mandó a la verga pero eso no impidió que nos sigamos viendo para coger.

    Loading

  • Fóllame, fóllame ahora mismo

    Fóllame, fóllame ahora mismo

    —Por favor, claro que no lo tendré en cuenta.

    —Estaba preocupado, creo que no fueron modales y te pido que me disculpes.

    —Te tengo en más estima de la que imaginas como para enfadarme contigo por semejante gilipollez.

    Acababa de llegar a la feria y toda la gente de la empresa ya había llegado a lo largo de esa mañana. El día anterior a la feria, después de una reunión con el director general, Ana y yo habíamos tenido una bronca bastante seria en su despacho, en un momento de calentura por su testarudez había salido de su despacho dando un más que sonoro portazo.

    En cuanto entré en el departamento y me senté en mi despacho tuve oportunidad de recapacitar un poco acerca de la discusión y darme cuenta que realmente se me había ido la mano un poco.

    Le tenía mucho aprecio a Ana, desde que había llegado me había tratado bien y nuestra relación había sido muy buena hasta estos últimos días de primavera. Últimamente habíamos bromeado acerca de la causa de su cambiante humor en un par de veces, que si las notas de su hija universitaria, que si trabajaba demasiado con las luces apagadas…

    Sus palabras relajadas me sentaron como un calmante.

    Después de dos día en ambiente de feria, de relax, hasta de cierto divertimento con algunos de nuestros clientes habituales, nuestras conversaciones volvían a ser tan ágiles y sinceras como siempre.

    Teníamos establecida la espléndida costumbre de todos los años, durante esa feria, salir todos juntos de cena el viernes, para olvidarnos un tanto del negocio y disfrutar de compañerismo entre aire de cachondeo.

    Ese Viernes Ana se había vestido de forma muy elegante, hasta casi espectacular. Se cuidaba con esmero y su cuerpo lo agradecía mostrándose espléndido en sus cincuenta años.

    Un par de veces me había quedaba un tanto atontado disfrutando de la sexy imagen que mostraba.

    —¿Ana dónde vas hoy tan sexy? No me digas que no vienes de cena con nosotros hoy.

    —¿A dónde piensas que voy a irme?

    —No lo sé, quizás estes aburrida de los idiotas de siempre y te marches de cenita con algún noviete.

    — Si la verdad que el bobo de mi marido me ha dado permiso para divertirme estos días.

    —¿Y qué haces aquí todavía?

    —Eso me lo he preguntado ya un par de veces hoy.

    —Sinceramente hoy estas lista para embobar a más de uno en vez de perder el tiempo sentada en la cafetería del stand.

    —Déjate de tonterías y sírveme una caña por favor.

    Recorrí la barra y decidí preparar en la pequeña cocina un plato de picatostes variados para entretenerme junto a ella y disfrutar de conversación y cerveza. No era fácil moverse ya en aquel pequeño almacén lleno de tanto cacharro.

    —¿Se puede saber qué haces, de donde sacas tú la cerveza?

    Ana se había metido dentro del desenredado almacén y ya no éramos capaces casi de movernos.

    —Pero que demonios haces, no ves que aquí no hay quien se revuelva. Para mas aquí escondidos y tal como vienes tu hoy no me hago responsable de ninguno de mis actos.

    Se sonrió y sin decir ni una sola palabra, pasó ente las cajas y se situó bien pegada a mí, y por un momento nuestros culos se frotaban con cierto disimulo moviéndonos dentro del almacén.

    Durante la cena, repasé en un par de momentos el rápido encuentro en el almacén y me sorprendí a mí mismo recorriendo y desnudándola con la mirada cuando nos detuvimos a tomar unas copas. Después de un par de pubs, decidimos regresar al hotel tras repartirnos en varios taxis, Ana y yo quedamos de últimos en la calle.

    De camino al hotel no pude evitar comentarle de nuevo lo guapa que la encontraba.

    —Lo sé, me has echado unas cuantas miraditas hoy.

    —Je je je, si si que te las eche, era inevitable te encuentro increíblemente atractiva.

    —Me gusta, y me has hecho sentir muy bien, aunque al principio he tenido un toque de vergüenza.

    Llegamos al hotel y subimos al ascensor, la miré y ella no retiró ni un segundo la vista. Al llegar a mi piso se abrió la puerta, y no salí. Continuábamos mirándonos, la puerta se cerró despacio y ella no hizo ni un solo comentario. En cuanto la puerta se cerró, nos enganchamos como dos salvajes.

    Su lengua recorría mi boca, nos apretábamos con fuerza y frotábamos nuestros cuerpos. Sus manos comenzaron a recorrer mis muslos e inmediatamente se engancharon a entrepierna, mientras una de sus piernas en alto, me abrazaba casi a la altura de mi culo. Empecé a besarle el cuello, pasándole despacio mi lengua desde la base de la oreja hasta el final del cuello, a acariciarle las tetas, desabrochándole la blusa para sacárselas del sujetador y poder mordisquearle los oscuros y tiesos pezones. Su boca se enganchó a una de mis orejas y mientras su lengua la humedecía, su mano continuaba apretándome con violencia la polla.

    Así estuvimos un rato, con la puerta del ascensor abierta hasta que Ana con las tetas casi fuera se apresuró por el pasillo para abrir la puerta de su habitación. Me empujó dentro y cerró la puerta para engancharnos de nuevo en ataques salvaje de empujones, lametones, mordiscos y caricias.

    Con su cara contra la mía, viéndome directamente a los ojos me dijo con voz alta y serena.

    —Fóllame, fóllame ahora mismo.

    Agarrándola por la cintura la giré y la apoyé contra el reposabrazos de sofá que decoraba la habitación.

    Levanté su falda descubriendo una pequeña braga negra casi tanga, incrustada en su culo y más que ligeramente húmeda. Su piernas se vestían con unas delicadas medias, que remataban hermosísimas a medio muslo dándole una imagen increíblemente hermosa y más que sensual muy erótica de Ana allí apoyada y dispuesta para el sexo.

    Separe sus braga y mientras me desnudaba de cintura para abajo no podía apartar mi vista ojo de la imagen de aquellos pezones apuntando al suelo y de su coño bien arreglado de un violeta oscuro y húmedo ya.

    Mi polla se enterró profundamente de un solo golpe hasta que tropezaron mis huevos, empezando a golpear rítmicamente con un sordo clock clock sobre la caja que hacía con su mano acariciando el inicio de su pubis. Cuando creí que iba a explotar dentro de ella, saqué despacio mi polla, para muy suave mente meterle una y otra vez únicamente la punta malva de la polla entre las arrugas de su coño mojado, completamente empapado hasta hacerla estallar justo enfrente del agujero de su culo.

    La empujé sobre la cama y desnudándola completamente mientras le besaba las tetas, le pregunté.

    — ¿Sabes que te voy a hacer ahora?

    Sin dejarla acabar separé sus piernas y enterré mi cara en el coño todavía palpitante mientras su mano empujaba mi cabeza desde la nuca para que la recorriera de arriba a abajo. Mi lengua paseaba despacio por ambos lados de su coño, mis labios atrapaban suavemente los pliegues para tirar de ellos mientras mi lengua, continuaba jugando con la pequeña punta de piel que quedaba dentro de mi boca. Cada vez la sensación de que tomaban vida propia, que se endurecían y desplazaban solos a los lados de mi lengua empapada de sus flujos era mas y mas intensa, aumentando mi placer de forma vertiginosa

    Entre gemidos me pidió que le jugueteara en el culo, y después de acariciar con mi lengua, húmeda de sus líquidos aquel agujero que sospeché virgen, metí despacio, pero cada vez más profundo el dedo corazón de mi mano. En un momento lo retiré para penetrarla con el pulgar y poder utilizar mi índice y corazón sobre los labios y el clítoris de Ana. Las arrugas de su coño se resbalaban bajo las yemas de mis dedos con cada ligero golpe de sus caderas y su clítoris palpitaba y temblaba con la ligera caricia de mis dedos. Con un leve presión en pinza, podía notar mi pulgar dentro de su culo, una presión que repetía en cada ocasión que ella pedía entre gemidos, hasta que se derrumbó con un gemido largo sobre la cama.

    Después de un rato tumbados sobre la cama, de besuqueo y caricias, Ana bajó despacio su mano abandonando uno de mis duros pezones para acariciar suavemente mi polla mientras me anunciaba al oído

    —Sabes que es lo que te va a hacer ahora esta cincuentona cachonda, la mamada más gloriosa que jamás te hayan hecho.

    Se levantó de la cama para coger una pequeña botella de champan del mueble bar, bebiendo un par de sorbos mientras su mano empezaba a juguetear endureciendo mi polla. Se agachó y levantando mi polla dejó caer lentamente un pequeño chorro de champán caliente sobre la misma punta para a continuación saborearla con la lengua.

    Después de repetir el juego del chorro en un par de ocasiones sus labios se cerraron sobre mi glande y a punta de la lengua me recorría el frenillo casi sin tocarlo mientras mi espalda se arqueaba para enterrar mi polla cada vez un poco mas profundo en su boca. Sus manos empezaron a masajearme con pericia mientras sus labios me ordeñaban. Cuando estaba a punto de correrme le agarré despacio para anunciarle el éxito inminente, pero ella no retiro la polla de su boca y tirando de ella ligeramente hacia atrás me miraba mientras continuaba chupando toda la explosión que llenaba su boca.

    Después de aquella gloriosa noche de sexo, la feria continuó entre jugueteos y miraditas, esperando sin duda otra oportunidad para abandonarlos a momentos de sexo salvaje de nuevo.

    Loading

  • Cumpleaños de Jaime

    Cumpleaños de Jaime

    Soy un empresario maduro con 50 años de edad, alto, moreno claro, delgado conservado por el ejercicio, con una personalidad fuerte, hace cinco años conocí por una página de contactos en Internet a una pareja casada de mí misma ciudad, se llaman Jaime de 41 y Jazmín de 34 ambos abogados de profesión, mi amigo Jaime es un tipo bajo de estatura, gordito con ideas muy sexuales abiertas, Jazmín su esposa es una mujer de mediana estatura, blanca, ojos negros preciosos, unos senos riquísimos, un trasero hermoso y unas piernas deliciosas, una mujer con porte.

    Tenía tiempo de conocerlos ya había hecho tríos previamente, se acerca el día de cumpleaños de Jaime y nos ponemos de acuerdo para ir a comer, salimos a un restaurante de mariscos y nos tomamos una cervezas entre la plática y las felicitaciones para mi amigo, nos retiramos del restaurante posteriormente me hacen la invitación para seguir festejando en su casa, compramos más cerveza al llegar ponen música agradable, nos ponemos a jugar juegos de mesa durante buen rato hasta que Jaime nos dice que pasemos al cuarto, que quiere festejar haciendo un trío, al entrar al cuarto me desnudo, Jazmín se queda solamente con su tanguita y su sostén.

    Mi amigo regularmente no se quita la camiseta ni el bóxer hasta que quiere hacer algo, Jazmín se recuesta en medio de los dos y empezamos a besarla mis manos recorren sus piernas y la mano de Jaime tocando su conchita, beso a Jazmín en la boca, el cuello, orejita mientras Jaime le chupa los pezones, empiezan los gemidos, me calienta escucharla excitada, me bajo y abro sus piernas, me coloco en medio y comienzo a comerle la conchita que está muy húmeda, le beso la entrepierna, me encantan sus piernas y sigo comiéndole la rajita, le meto dos dedos y pega un respingo de placer.

    Muevo mis dedos dentro de su vagina tocando su punto arrugadito haciendo que Jazmín mueva su trasero como si estuviera fallándose ella misma, mi amigo se quita el bóxer y pone su pene en la boca de Jazmín que empieza a darle una mamada, yo me la sigo comiendo, me toma de la cabeza y me pega más a su concha mientras mueve su cadera al tiempo que se estremece, siento mi boca llenarse de sus jugos y mis dedos empapados, escucho los jadeos de Jaime que se está viniendo en la boca de Jazmín quedando sin aliento a su lado, va al baño a asearse me quedo con Jazmín boca arriba.

    Le abro las piernas y la meto de golpe, empiezo a penetrar con fuerza su húmeda conchita, a ella le encanta de esa forma arrancándole gritos de placer, le levanto las piernas y las sujeto con mis manos en el aire dejando al descubierto su conchita, así viendo toda su raja la empiezo a penetrar nuevamente con más y más fuerza hasta que empieza nuevamente a venirse en un abundante y tembloroso orgasmo, le suelto las piernas y me recuesto en ella besándola.

    Entra Jaime con otras cervezas, ya andaba entonado, Jazmín acerca su boca y se mete toda mi verga en su boca chupándola antes de ir al baño a asearse, al regresar encuentra a Jaime comiéndose mi verga, ella se acerca y entre los dos me la chupan, tomo del pelo a Jazmín coloco su cara frente a la mía y la beso, con mis manos le acaricio la conchita y sus senos, Jaime sigue chupándola hasta que le dice a su mujer que quiere probar esa verga en su trasero y continua diciéndole que ese es el regalo de cumpleaños que él quiere si no hay objeción suya.

    Jazmín se queda con los ojos de plato completamente abiertos nos miramos los dos como diciendo ni hablar, me acosté boca arriba Jaime se sube abriendo sus piernas para acomodar su culo, se va sentando en mi pene clavándoselo poco a poco para y comienza nuevamente hasta que después de varios intentos su culito empieza a ceder hasta que se la clava hasta el fondo, su cara muestra dolor y placer, empieza a moverse lentamente sintiendo mi miembro invadir sus entrañas ya más relajado se mueve con mayor rapidez.

    Jazmín le agarra la verga y lo masturba mientras se sigue cogiendo hasta que le suelto una descarga de semen en su culo haciendo que él se vacíe en la mano de su mujer ella disculpa y se dirige al baño, Jaime se recuesta por un lado con una sonrisa, disfrutando su regalo.

    Me levanto para ir a lavarme al baño, me encuentro a Jazmín en el pasillo me da un beso y me dice te espero en el cuarto, al regresar sale Jaime a lavarse con la cara de recién cogido, al parecer le gusto su auto regalo que el mismo escogió, entro al cuarto con Jazmín me mira encogiéndose de hombros, me acerco nos besamos apasionadamente, me dice te amo, la abrazo diciéndole al oído te amo mi dulce frutita, la acaricio nuevamente, recorro su cuerpo entero a besos, llega Jaime de regreso dedicándose solamente a observar, me pongo boca arriba con mi pene erecto.

    Jazmín le da una rica mamada pasando su lengua por todo mi miembro, pone sus labios en mi glande y lo chupa con fuerza poniéndolo duro, me masturba con su mano antes de subirse, mueve su trasero lentamente sintiendo que el mismo pene que había penetrado a su marido la penetra a ella, le pellizco los pezones haciéndola gemir, aumenta los movimientos de sus caderas, su trasero se mueve frenéticamente soltando gemidos, la agarro de las caderas para ayudarla a moverse más rápido logrando que su cuerpo empiece a temblar mientras se está viniendo, queda recostada en mi pecho, se coloca en medio de los dos y descansa, nos tomamos otra cerveza.

    Jaime besándola, chupándole los pezones, ella me da la espalda y junto mi cuerpo al suyo, mis manos recorren sus piernas y sus nalgas, mi pene está parado listo para la acción, le empiezo a penetrar la conchita, Jaime tiene su cara ocupada besando en la boca a su mujer así que aprovecho y saco me pene empapado y se lo coloco en la entrada del culito, se la voy metiendo lentamente, ella trata de soltar en grito pero le aprieto una pierna, inmediatamente entiende, si se da cuenta Jaime me corre de su casa porque al culito se lo niega a él, suavemente se la meto hasta el fondo.

    Me muevo despacio sintiendo como el culito atrapa mi pene con fuerza, la excitación de hacerlo enfrente de su marido sin que el sé de cuenta hace que tenga un abundante orgasmo, se la saco despacito al tiempo que Jazmín suelta un gemido de placer que llena el cuarto, me quedo abrazado de su espalda. Le beso la nuca y nos quedamos los tres recostados.

    Loading