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  • Placer desconocido

    Placer desconocido

    Me llamo Felipe, en esos tiempos tenía 29 años, y llevaba un año de relación con Paula, a quien conocí en la universidad, desde el primer momento que la vi me gustó, era bajita de 1.49 metros, piel blanca y tersa, en ese tiempo tenía su pelo castaño teñido rubio, tenía un lindo y delicado cuerpo, con un trasero armonioso pero que era opacado por su gran peculiaridad: un par de tetas enormes y firmes, lo que más amaba de ella.

    Con Paula teníamos una vida sexual muy activa, diría que nuestra relación se basaba mayoritariamente en eso, y pasarla bien, íbamos a fiestas, y acampábamos constantemente en playas apartadas. Un día le sugerí a Paula ir a un playa que había descubierto hace poco, que tenía la peculiaridad de estar apartada de la ciudad, a los pies de unos farellones inmensos, lo que hacía que fuera un lugar tranquilo y bonito para pasar el día sin molestias externas.

    Fue así que un par de días después la fui a buscar a su casa a las 9:00 am de un miércoles, con la idea de ir a comprar a una tienda para comer durante el día. Al llegar quedé impactado con lo hermosa que se veía, vestía un ajustado vestido corto blanco, que permitía translucir su colaless negro que hacía lucir su bello culo, y al no llevar sostén dejaba poco a la imaginación con sus enormes tetas que eran coronadas con pequeños pezones a medio erectar por el frío de la mañana.

    Al llegar a la tienda por los alimentos, ella entró a comprar mientras yo hablaba por celular unos metros afuera, mientras conversaba me di cuenta de que el hombre ya mayor del negocio la veía descaradamente, diciéndole piropos, lejos de molestarme, esto me generó cierta excitación, ya que era innegable lo bella que Paula se veía. Al salir de la tienda mi novia solo sonrío porque había notado que yo miraba la situación con cara de pocos amigos, pero la calme diciendo que el señor tenía razón que era hermosa.

    Al llegar a la playa dejamos el vehículo por encima del farellon y bajamos por un cerro hasta la playa, mientras caminábamos no podía dejar de pensar en que era afortunado de estar con una mujer que provocará tanto deseos en cualquier hombre, lo cual me excitaba bastante, por lo que al llegar a la pequeña playa e instalar nuestro quitasol, le dije a Paula que no se pusiera traje de baño que simplemente estuviera solo con su colaless y sus tetas al aire, ya que en esa zona era poco probable que hubiera alguien en día de semana, y yo quería contemplarla así todo el día.

    Pese a que me dijo que no tajantemente ya que le daba vergüenza, y miedo de que alguien pasara, accedió a mi petición visiblemente avergonzada se quito su vestido, quedando solo en colaless mientras se tapaba los pezones con sus brazos, yo la animaba a que actuara con normalidad diciéndole que era hermosa y me gustaba verla desnuda, y que no se preocupara ya que por ahí no pasaba nadie y menos un día de semana, fue así como empezamos a beber un mango colado bien helado que ella había preparado la noche anterior, por lo que bebimos hasta quedar ligeramente bajo los efectos del alcohol, lo cual hizo que estuviéramos más confiados conversando y riendo bajo el sol radiante.

    El verla así segura de si misma y desnuda al aire libre me hizo calentarme demasiado, por lo que de un momento a otro la comencé a besar apasionadamente, manoseando sus bellos atributos, aunque en un principio se opuso, pronto se dejo llevar y permitió que la dedeara aunque siempre atenta a su alrededor, a mi la verdad no me importaba nada más, por lo que empecé a bajar lentamente hasta devorarle esa rica vagina que rápidamente pasó de color rosita a un rojizo que hacía evidente su excitación, en un principio veía a Paula de reojo preocupada de su alrededor pero al rato ya solo la veía disfrutando mientras presionaba mi cabeza contra su vagina.

    Cuando ya la sentí bastante húmeda le dije que se pusiera en cuatro, ante lo cual ella dudo, diciéndome que mejor fuéramos al auto, a lo cual simplemente la agaché y comencé a penetrarla mientras la nalgueaba, al levantar la mirada y contemplar la bella escena del culo de mi mujer al aire libre con el mar de fondo mientras gemía, pude divisar a unos 30 metros a un hombre con caña de pescar, que caminaba a nuestra zona, no estaba seguro si nos había visto ya que habían rocas enormes por el sector que tapaban en parte el lugar en donde estábamos teniendo sexo, sin embargo la mezcla entre el alcohol y la tremenda excitación de la adrenalina de la situación hizo que yo simplemente siguiera en lo mío mientras Paula ignoraba todo.

    De repente veo asomarse por una roca cercana al hombre que ya a menos distancia pude divisar que era de unos 40 y tantos años, alto y de contextura media, claramente estaba observándonos mientras intentaba ocultarse, pude divisar de reojo que el tipo estaba masturbandose, mientras intentaba sin éxito escabullirse entre las rocas para ver más de cerca, todo esto pasaba mientras yo fingía que no lo había visto, al tenerlo a unos 7 metros de distancia asomado detrás de una gran roca, lo vi directamente a la cara, quedando este estupefacto con su pene en la mano, en ese momento empecé a nalguear a Paula mientras la penetraba, lo que hizo que el hombre siguiera masturbandose en el mismo lugar.

    Para ese momento Paula levanto la vista y se percató de la presencia del hombre, por lo que se asustó soltando un quejido de susto. Esto hizo asustar al hombre, quien se detuvo. Inmediatamente agarre firmemente de las caderas a mi novia diciéndole, que no se veía peligroso y que le regalará la vista de su bello cuerpo ser follado para que tuviera la paja de su vida, ante esto Paula reaccionó incrédula y dudosa, pero al ver que el hombre solo se masturbaba en ese lugar lo permitió, sin dejar de quitarle la mirada con nerviosismo por lo que estábamos haciendo.

    Ante esta situación al parecer el hombre se envalentonó, por lo que poco a poco comenzó a acercarse hacia nosotros, Paula me dijo que venía que nos fuéramos, pero yo le dije que estaba demasiado caliente, que no me importaba que nos vieran, de un momento a otro el hombre estaba masturbandose al lado de nosotros, ya sin shorts mientras veía con una cara de desquiciado las tetas colgando y rebotando de mi mujer mientras era embestida por mi, en un punto llego a tener su pene cerca de la cara de Paula, quien solo atinaba a a decir monosílabos, pero evidentemente excitada por la situación ya que a esas alturas su vagina estaba mucho más mojada de lo habitual ya que sentía sus chorritos en mi pene.

    Al sentir esto la agarre del pelo y le dirigí su cara contra el pene del desconocido hombre que quedo sorprendido, mientras veía que mi mujer con dudas pero sumamente excitada comenzaba a lamerle de a poco la cabeza del pene hasta su base, ante eso el hombre ya tenía los ojos desorbitados de placer, y parecía no dar crédito a la situación, mi mujer ya se había soltado, y ya hasta daba arcadas por chupar el pene que si bien era de tamaño promedio, era bastante grueso.

    Luego le dije a Paula que me la chupara a mi también quedando de espalda al hombre, quien nervioso solo atinó a quedarse mirando las nalgas de mi mujer que en cuatro dejaba ver su húmeda vagina mientras me chupaba el pene como nunca antes, y parecía mover instintivamente el culo al hombre quien parecía hipnotizado con aquella vista.

    Mientras me la chupaba Paula que miraba a ratos al hombre verle su vagina, me dijo con tono de decepción que no habíamos traído condones, en ese momento le dije al hombre que entonces le frotara la vagina con su pene mientras me la chupaba a mi, ante lo cual el hombre de un salto empezó a frotar con la punta de su pene todo alrededor de la vagina de Paula, quien a esas alturas ya movía las caderas de manera desenfrenada, hasta que de un momento a otro simplemente agarró el pene del hombre guiándolo a su interior al mismo tiempo que soltó un exquisito gemido diciéndome que la disculpara pero que ya no aguantaba.

    El hombre pareció entrar en un trance, ya que solo miraba hacia cielo mientras manoseaba frenéticamente las nalgas de mi novia, quien movía sus caderas lujuriosamente contra aquel hombre, un rato después, Paula se paró tumbando boca arriba sobre la arena al hombre, quien obedeció sin chistar, mientras miraba como Paula se montaba en su pene dejando a su disposición sus dos enormes tetas que empezó manosear frenéticamente, yo simplemente me quede mirando como mi novia se había convertido en una perra gimiendo sobre aquel hombre, viendo en primer plano como rebotaban sus nalgas y era penetrada su mojada vagina…

    El hombre al poco rato, empezó a jadear intensamente hasta que pude ver como empezó a escurrir una cantidad enorme de semen mientras Paula no dejaba de montarlo, produciendo espasmos en el hombre, al ver esto me calenté a tal punto que aproveche la situación para penetrar por la vagina a Paula cuando aún se encontraba dentro el pene de aquel hombre, produciendo en Paula un gemido descontrolado lleno de placer, era su primera vez siendo penetrada por dos penes al mismo tiempo, y la primera vez que yo estaba en una situación así, podía sentir el semen caliente en el interior de su vagina el cual iba saliendo poco a poco mientras la embestía.

    También podía sentir el pene del otro hombre como poco a poco recuperaba nuevamente la erección, lo cual hizo gemir aún más a Paula mientras el desconocido devoraba sus enormes tetas, a tal punto que ni siquiera sabía que hacer con ellas las chupaba, tiraba sus pezones y ponía su cara entre ellas, fue en ese momento en que sentí a Paula dar espasmos de placer sin poder controlar su cuerpo, lo cual me hizo eyacular como nunca antes dentro de ella lubricando aun mas ambos penes en el interior.

    Finalmente nos repusimos los tres, quedando Paula tirada sobre una toalla mientras su vagina escurría abundante semen, exhausta pero con una cara de placer que nunca había visto en su rostro, el desconocido pareció salir del trance en el que estaba, vistiéndose nerviosamente y viendo a todos lados, solo dijo debo irme muchas gracias mientras se alejaba hacía el mismo lugar desde donde vino, yo solo me recoste al lado de Paula tapándonos con una manta y nos dormimos hasta la hora de almuerzo, no hablamos nada al respecto después de eso, pero entre nosotros creo que existe una complicidad que antes no había.

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  • Pagando la deuda (1)

    Pagando la deuda (1)

    Ya se venía la fiesta de 15 años de mi hija, soy madre soltera y no tenía ni un peso porque mi salario solo me da para andar al día y el papá de mi hija rara vez me da la pensión, yo sabia que mi hija anhelaba mucho su fiesta, por lo que vendiendo cosas que ya no nos servían y recolectando junté algo pero no lo suficiente, fue cuando decidí acudir a Héctor para pedirle prestado dinero.

    Héctor es mi primo, a él le va bastante bien en su trabajo, aparte tiene una casa en Cuerna que renta y no tiene hijos, por lo que es muy estable económicamente, hablé con el y me presto lo que son 50 mil pesos mx ($2500 USD) con lo que complete para la fiesta.

    Todo salió muy bien, mi hija fue muy feliz pero ahora había que pagar, pasó poco más de un año y mi primo no me había cobrado la deuda pero llegó el momento, me pregunto que qué había pasado con el dinero o qué si ya tenía algo.

    La verdad yo no había podido juntar nada aún, por lo que decidí poner manos a la obra.

    Héctor es solo tres años mayor que yo y de la edad de mi hermana, por lo que en las fiestas familiares siempre nos juntabamos a platicar, nos llevamos muy bien, yo soy siempre de vestir formal pero coqueta, blusas pegaditas, faldas ajustadas, leggings, pero nunca puede faltar mi tanguita, me es muy comoda. Yo ya había descubierto a Héctor mirandome la cola algunas veces, sabía que aunque fueramos primos le llamaba la atención y no solo yo, ya que de adolescentes, atraparon a mi hermana y a Héctor dandose unos besos y se hizo un relajo.

    Fue en el cumple de mi mamá que empezó todo, yo traía puesto una falda ajustada, una blusa corta muy escotada aunque no tengo mucho pecho, pero se compensa con mi gran culo, me pinte los labios de rojo, cabello recogido y mis lentes.

    La fiesta era en el patio, ya era de madrugada y mucha gente ya se había ido y muchos se habían quedado dormidos, mi primo y yo seguiamos de pie y ya teníamos muchas cervezas encima, fue lo que me ayudo para agarrar valor y decirle que me acompañara a la parte de arriba de la casa, que queria enseñarle algo.

    Lo guie hasta el baño de arriba y ahí nos encerramos, me subí la falda a la cadera para poder abrir las piernas mientras me sentaba en el escusado, me subí la blusa para que viera mis pequeñas tetas y lo jalé dejandolo frente a mi, Héctor se quedó atónito, no decía nada pero tampoco puso resistencia cuando le desabroché el pantalón, se lo baje junto con su trusa y ahí pude apreciar su pequeño pene flacido, sin pensarlo me lo metí todo a la boca y comencé a juguetear con el y mi lengua, al poco tiempo aquel pequeñín se había convertido en un titán que no cabia en mi boca, me lo saque y comencé a chupar sus huevos mientras se la jalaba, regresaba a chupar palo y así una y otra vez.

    De pronto se escucha que tocan e intentan abrir la puerta que tenía seguro, le hice la señal a Héctor de que guardara silencio, al poco rato la persona desistió y se fue. Ese susto puso flacido a Héctor, pero a mi el hecho de ser casi atrapados me calento mucho, así que comencé de nuevo a mamar como loca mientras me frotaba mi panochita y lo miraba a los ojos, el no hacía nada, solo me veía actuar, el efecto de las cervezas no dejaba que hiciera venir a Héctor, yo me vine y por más que mamaba y mamaba el no se venía, use el as bajo la manga, con la punta de la lengua empecé el frotar su hoyito da la punta del pene y empezó a retorcerse, en poco me dijo que se iba a venir.

    Le dije que se viniera donde quisiera, en mis tetitas? En mi carita? O en mi boquita? Me dijo que me levantara y me mantuviera la falda arriba, el miraba mi panochita a través mi tanguita humeda mientras se la jalaba lo más duro que podía, cuando se iba a venir se acercó, jaló mi tanga por arriba y puso la punta de su pene en dirección a mi panocha y salieron los chorros de esperma mientras ahogaba sus gemidos, sentí su lechita calientita en mi panocha y escurrír en mis piernas.

    Mientras nos limpiabamos un poco le dije que lo tomara como un adelanto a la deuda, se rio y me dijo:

    —Vas a necesitar darme 100 mamadas como esa para terminar de pagar, jaja.

    —No te preocupes primito, me sobra mucha saliva.

    —O ser mi putita un tiempo para que pagues más rápido jajaja

    —jajaja ¿cómo crees primo?

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  • Me lo has propuesto

    Me lo has propuesto

    Me lo has propuesto, a mis 40 años, haciendo: que me sienta una mujer joven, libre. Fue el lunes, estaba donde siempre, en mi puesto laboral, atendiendo las llamadas. Llegaste, con unos papeles y cualquier excusa. Me miraste de arriba abajo, sonreíste y me lo soltaste:

    —Voy a hacerte una proposición indecente. ¿Quieres follar conmigo?

    —¡Estás loco! ¡Qué cosas tienes! —no debí sonar muy indignada, porque seguiste con tu propuesta.

    —Sería solo una vez, pero quiero tenerte, te he deseado desde que te conocí.

    —¡Qué cosas dices!

    —Y lo sabes y te gusta que te desee, que te tenga ganas, juegas a ser como eres.

    —¿Qué soy?

    —Una gata callejera.

    Ahí me ganaste, debí mandarte a la mierda, indignarme, pero no lo hice, porque verme como gata callejera me dio un subidón de calentura que hizo que se me erizaran los pezones y te diste cuenta.

    —Atrévete.

    Me dejaste asombrada, eso es como tratarme de puta joven, de ser ligera de cascos. Me quedé de piedra, como si me hubiera caído un rayo, te miré y lo estabas diciendo en serio.

    Debí darte un bofetón, pero estaba mojada, lo notaste, mis pezones se habían puesto duros, y entonces se marcó tu sonrisa, la de un tigre que va a comerse a una gatita.

    Y me salió juguetona la respuesta.

    —¿Por qué no? ¿Dónde y cuándo?

    —Hecho pues, en mi hotel, esta tarde, a las cuatro, habitación 109. Ya sabes donde es. Tú haces la reserva cada semana.

    Y acá estoy, salgo del ascensor, la puerta 109 está enfrente. Me doy cuenta que quiero ser tu juguete. Llamo con los nudillos, abres inmediatamente. Entro deprisa, cierras y te giras. Me miras como un feroz lobo hambriento, y me excita. Te quedas inmóvil.

    Me quito el vestido, quedo en ropa interior, tanga tipo hilo dental, sujetador blanco, de media copa, tela fina, lo que hace que se marquen y trasparenten las areolas y los pezones oscuros. Sé lo que quieres, no soy una niña, a mis 40 años soy una hembra madura, eso que llaman una mujer en sazón y que eso te pone más y más.

    Estoy parada, tus ojos me devoran, mis dedos buscan el cierre del sujetador. Mis senos quedan liberados. Cuelga la tela del cuello, mis tetas se ofrecen a tus ojos. Estoy muy excitada, los pezones están enhiestos. De joven mis pechos eran más duros, más pequeños. Los años, los hijos a los que di de mamar han aumentado su volumen, no han caído, pero se han hecho más elásticos. Cimbrean al andar, vibran y creo que eso los hace más sexuales.

    Quieres que me los acaricie mientras vas diciendo con tu voz que me incita y calienta:

    —Tienes tetas de amaranto, tetas de corza, de madrugada, de terciopelo…

    Mis manos soban mis senos, los amasan, juegan con ellos, mis dedos pellizcan, mis uñas arañan, arden, los pezones tiesos, tetinas de biberón casi me duelen de placer.

    —Tetas emplumadas, tetas erectas, tetas trémulas, como arenas movedizas…

    Me quito el top y voy hacia ti, lenta, sabiendo lo que deseo. Me paro y tu boca busca mis tetas. Necesito que las beses, que las lamas, que las chupes, que las muerdas. Y lo haces sin prisa, te deleitas en la comida, porque me las comes. Yo ardo, estoy empapada.

    Me sueltas el nudo de la tanga que cae al suelo. Estoy desnuda ante ti. Buscas el camino de mi sexo, apenas apoyas los dedos en entrada hambrienta, mojada de mis flujos más íntimos, cuando me empieza a llegar la ola. Me dejo ir. Tu índice acaricia apenas mi botón rosado cuando me abrazo desesperada a ti para venirme en un delicioso orgasmo.

    —Tetas de gata caliente —me murmuras mientras me besas por primera vez.

    —¿Qué quieres que haga? —te pregunto jadeante al acabar el largo beso en que me he entregado y me has hecho tuya con los labios, la lengua, los dientes.

    —Quiero ver como deslizas tu cuerpo desnudo mientras te masturbas.

    —Estoy muy caliente, ¿quieres que sea rápida y luego me follas y me coges como tu yegua?

    —Tenemos tiempo, sé que has visto mucho cine. Piensa en cómo tantas veces has imaginado hacerlo en tus pensamientos más íntimos. Cuando has cerrado los ojos imaginando que era yo a quien cabalgabas.

    —Dio mío —intento hacerme la inocente— eres muy vicioso. Las películas porno me han puesto siempre.

    —Un reloj de arena te marca el ritmo de como buscas el placer, siéntelo dentro de ti… gata viciosa.

    Lo hago, me acaricio la piel como la arena que cae lenta pero continua entre los dos conos de cristal. El vientre, los muslos, las nalgas, las tetas, el monte de venus. Me quedo ahí, una mano en los senos, otra acariciando mi coño. No tengo prisa, disfruto de mí. Te vas desnudando, surges como un caballo en celo. Tu verga en alto, con un cipote desnudo, gordo como una ciruela. Te tocas la polla despacio, mientras me saboreas con los ojos ardientes.

    Me doy cuenta que estoy volviendo a ir al punto de no retorno, esos instantes en que la arena del reloj parece correr más rápido.

    —No aguanto más —susurro en celo.

    —Quiero ver cómo te corres …gata.

    Acelero los dedos del clítoris, me pellizco los pezones y me derramo en la cascada del orgasmo ante ti, mirándote porque tu lujuria me excita y me vuelve loca.

    Me dejas temblando. Recorres mi cuerpo con tus ojos de fiera hambrienta.

    —Extiende la toalla y túmbate en el sofá.

    Te obedezco, me ofrezco como lo que soy, tu putita, una gatita caliente, una mujer que quiere experimentar algo distinto a la tediosa monotonía de una relación marital. Vienes con la polla en alto, la colocas frente a mi cara, abro la boca para recibirla, pero en vez de meterla buscando mi garganta, me golpeas con tu verga en la cara. Me restriegas tu cipote mojado por tus flujos seminales por toda la cara, y es entonces cuando sí dejas que tome posesión con mis labios ansiosos de tu miembro.

    —Tus manos abajo, en tu coño, tócate mientras la chupas.

    Te obedezco. Me acaricio despacio, soy de orgasmo fácil, pero no quiero acabar desmayada de placer, aunque vuelvo a subir hacia la montaña del orgasmo que quiero tarde en llegar. Con la lengua te lamo el ciruelo, lo succiono con mis labios carnosos, apenas uso los dientes cuando entra más en mí y busco el tronco de tu arma para aprisionarlo. Una de tus manos acaricia mis tetas. Soy tu juguete, lo que tú quieres. La sacas y me golpeas los labios que dejo flácidos para recibir en ellos tus sacudidas. Me pellizcas los pezones.

    —Levanta y abre las piernas.

    Te obedezco. Me coloco para que mi chochito quede listo ante cualquier ataque. Está empapado, rezuma mi feminidad excitada de hembra caliente que goza del macho, de ese macho que eres ahora mismo dueño de mí.

    Te pones cómodo para comerme el coño. Lo harás con la lengua. Abriendo mis labios íntimos, me sorbes, me lames, te deleitas con mi placer de mujer entregada. Y usas tu mano derecha para tirar de mi monte de venus y dejar mi clítoris duro, excitado, libre para ti. Y pasas tu lengua una y otra vez y lo chupas con labios golosos. Yo aguanto el orgasmo, no quiero venirme, quiero que el placer se haga eterno, que la cumbre esté cada vez más alta. Y metes dos dedos en mi más íntima cueva. Y avanzas reptando por mi vagina, buscas y encuentras mi punto G. Lo empiezas a acariciar. Y entiendo lo que quieres. Sé que te lo voy a dar, aunque me quedé desmadejada de placer.

    Y subo, y subo, y voy llegando, y entonces cuando me voy a desbordar, jadeo y susurro:

    —Yaaaa

    Y tu boca deja mi botón rosado para beber mi squirt salvaje de hembra que ha sucumbido ante su macho.

    Te levantas, te paras ante mí, tu verga está dura, fuerte, con su prepucio al aire, hermosa. Es tu arma para poseerme, para hacerme tuya.

    Sé lo que quieres, no debes decirme nada, me pongo en cuatro sobe el sofá, mi pompa queda para tus ataques, me has hecho gozar y ahora quieres follarme, cogerme, joderme. Y yo deseo que lo hagas.

    Te colocas tras de mí, siento tu ciruelo recorrer mi valle encharcado. Lo pones en la puerta y entras deleitándote con mis gemidos, maullidos de gata en celo. La metes hasta el final, te siento dentro, llenándome, aprieto mis músculos vaginales para darte la bienvenida. Me agarras por las caderas y empiezas el mete y saca. Casi hasta fuera y luego hasta la empuñadura, haciendo que tus huevos me golpeen. Lo haces despacio, controlándote y controlándome. Aumentas el ritmo, yo sé que así me usas, me sometes, me haces ver que juegas con mi lujuria porque vuelvo a ponerme en marcha hacia el orgasmo.

    Pero eso es algo que ha dejado de interesarte, ahora solo buscas tu placer de macho que fornica a la hembra.

    Y la sacas… me quedo en puertas… y espero… y comprendo cómo me vas a usar… y con tus dedos embadurnas mi esfínter con mis propios flujos. Respiro hondo para recibirte por mi puerta oscura. Noto como apoyas tu polla en mi agujero estrecho. La vas metiendo sin titubeos, dándote igual mi placer o mi dolor. Es tomar posesión de mí. Hacer que sepa que soy toda tuya.

    Y me sodomizas, posesivo, gozando de mi sumisión ante tu deseo perverso. No tienes prisa, te mueves dentro de mí, el trayecto es corto, no como cuando has usado mi vagina, la tienes bien hincada. Y sé que va a durar poco, necesitas soltar tu carga de macho. Yo jadeo mimosa, felina viciosa.

    Y la sacas de un tirón y me ordenas:

    —Date la vuelta y arrodíllate… gata.

    Y te obedezco y lo hago, me quedo ante ti, con tu polla enorme, dura, que acaricias en tu mano, ante mi rostro. Aceleras el pajeo y me lanzas el chorro de tu semen a la cara y a las tetas.

    —Límpiala —me ordenas.

    Y lo hago con la boca, lamiendo los restos de tu leche y de mis jugos. Me siento tu bella de día, tu puta que has pagado para que te obedezca, para tu satisfacción de macho.

    —Párate delante mía. —me ordenas cuando he acabado dejando la verga limpia y dura.

    Y me pongo ante ti, mojada con tu semen que siento en el rostro y los senos.

    —Ven —tiras de mi muñeca hasta quedar pegada a tu cuerpo.

    Y empiezas a lamerme, chupando tu lava de sexo. He aguantado sin venirme la cogida y la enculada, pero me has puesto en la cumbre de la montaña, al sentir tu lengua, tus labios, tu boca sobre mi piel, me pongo como yegua preparada para la carrera. Lo sabes y tus dedos van hacia mi clítoris, lo comienzas a acariciar y es el disparo de la catarata de mi orgasmo. Me vengo entre jadeos, gemidos, ronroneos, maullidos.

    —Sé que te ha gustado… estás colorada de lujuria y placer… gatita. Abracémonos en silencio. No digas nada. Deja pasar el tiempo hasta que tengas que irte.

    Me visto, salgo camino de mi casa, y pienso si tanta gata y acabar con eso de colorada no será que me lees y has descubierto quien soy.

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  • Mi hijo y su futura cuñada

    Mi hijo y su futura cuñada

    Mis hijos continuaban con sus aventuras, un día comiendo en casa mi hijo pequeño le dijo a su hermano:

    -Oye ya que tienes novia, y estamos compartiendo coños, yo te he ayudado con los de la familia de Pedro, tu debería de dejarme hacerlo con mi cuñada, tráela un día a casa.

    A mi hijo mayor la idea le pareció bien y un día la trajo a casa para que la conociéramos, el día que vino a casa me impresionó favorablemente, además de una chica muy simpática y despierta físicamente me encantó, desde luego no iba a dejar pasar mucho tiempo para estrechar las relaciones nuera-suegra, pero ese día lo que tocaba era que los cuñados estrecharan relaciones, así que le dije a mi hijo mayor que tenía que comprar algunas cosas, y le pedí que me acompañara, lo que mi futura nuera no sospechaba es que teníamos una cámara en casa para gravar lo que sucediera en el salón.

    Cuando salimos de la casa nos dirigimos al trastero que tenemos en el bajo del bloque de apartamentos donde vivimos, enchufamos en móvil y nos dispusimos a ver o que sucedía.

    En ese momento mi hijo y su futura cuñada se encontraban sentados en el sofá, la chica miró a mi hijo pequeño con una sonrisa picarona y le dijo:

    -Cuñadito, me encanta que tengamos una oportunidad de conocernos a fondo.

    Fue a donde estaba mi hijo y se apoyó en su pecho, brazados los dos, pero mi hijo pequeño le dijo:

    -Llevas razón, esta es una ocasión de que nos conozcamos muy a fondo.

    Y rápidamente llevó sus manos hasta los pantalones de la chuca y se los desabrochó y de un golpe se los quitó, junto con el tanga, que no debía de ser muy grande, después le desabrochó la blusa y sus dos tetas, que eran deliciosas quedaron al aire, no llevaba sujetador, mi hijo al verla así le dijo:

    -Cuñada, estas divina, ni me extraña que mi hermano al verte así se le ponga la polla durísima.

    Mi hijo llevó su lengua hasta el coño de su cuñada, que al parecer se había depilado para la ocasión y sacando su lengua la introdujo en el sexo de su cuñada, esta al sentirlo dijo:

    -Debe ser algo genético, pero los dos hermanos coméis el coño de una manera bestial, me estas volviendo loca de gusto cuñadito.

    Mi hijo le siguió comiendo el coño, hasta que su futura cuñada le dijo:

    -Cuañadito, tú me estás viendo todo, y yo no veo nada y siento curiosidad por comparar como es tu polla en comparación con la de tu hermano.

    Ella se terminó de desnudar y se fue hasta la polla de mi hijo pequeño, primero se la acaricio por encima del pantalón, y después le bajo este, mi hijo llevaba un chándal por lo que no necesitó desabrochar nada solo bajárselo, la polla de mi hijo, que estaba durísima, quedó al aire, al verla ella dijo:

    -Debe de ser algo de familia, los dos hermanos tenéis unas pollas increíbles.

    Abriendo su boca hizo que parte de su saliva cayera sobre la polla de mi hijo, después sacando su lengua comenzó a pasarla por la polla de su futuro cuñado, que al sentirla comenzó a gemir y dijo:

    -Si le haces esto a mi hermano, le debes de volver loquito.

    Ella se rio y siguió chupándosela. Hasta que la tuvo bien dura y en ese momento pregunto a mi hijo:

    -¿Tienes condones, no es cuestión de que seas el papa de tus sobrinos?

    Los dos rieron, mi hijo sacó el paquete ella cogió uno de los condones y utilizando sus manos y su boca lo puso sobre la polla de su futuro cuñado, después pese a su pequeña estatura mostró una gran habilidad y se subió encima de su futuro cuñado y comenzó a moverse de arriba abajo, mi hijo se puso a gemir como un cerdo, mientras decía:

    -Cuñada lo haces muy, comprendo que mi hermano este loquito por ti,

    Ella siguió cabalgándole, la verdad era que la muy zorra lo hacía de maravilla, desde luego me parecía una persona muy indicada para nuera, mi hijo le dijo:

    -Cuñada, tengo ganas de chuparte las tetas.

    Mi futura nuera se giró, sin dejar de cabalgar a mi pequeño al tener sus tetitas al lado de su boca se puso a chupárselas, mientras le decía:

    -So zorra, no sabes la envidia que me da mi hermano.

    Y siguió chupándole las tetas, los dos se pusieron a gemir, y así estuvieron hasta que mi hijo le dijo:

    -Cuñada, me gustaría ponerte a cuatro patas.

    -Como tú quieras, mi amor, dijo ella.

    Quitándose de encima de mi hijo se puso a cuatro patas, este se puso detrás de ella, y la introdujo, nuevamente su polla dentro del coño de la chica y comenzó a moverse con muchas ganas, ella gimiendo le decía:

    -Cuñado te adoro, me da que los dos nos vamos a levar muy bien, follas divinamente, te adoro.

    Mi hijo seguía atacando ese coño que sin duda le estaba resultando delicioso, los dos se pusieron a gemir de una manea cada vez más intensa, hasta que mi hijo dijo:

    -Me voy a correr.

    -La primera vez me gustaría que fuera en la cara, le pidió ella.

    Mi hijo al escuchar su petición se salió de su coño, en ese momento ella se puso en el suelo de rodillas, mi hijo se puso de pie a su lado y ella agarró su polla y la masturbó hasta que un montón de leche salió despedida de esta, una parte su a parar a la boca de mi futura nuera y otra se desparramó por su cara.

    Pero no eran los únicos que estaban follando en ese momento, mi hijo mayor y yo no habíamos podido resistir la enorme calentura que nos entró al ver a los dos cuñados estrechando relaciones, mi hijo me pidió que me pusiera a cuatro patas, como mi futura nuera, mientras veíamos como su hermano se follaba a su novia el metió su polla en el interior de mi coño y empezó a moverse dentro de mí, se le notaba que estaba especialmente excitado y se movía en el interior de mi coño de una manera casi salvaje, yo temía que me rompiera en dos, aguanto más que su hermano, pero yo que me conocía su forma de follar me di cuenta de que estaba a punto de correrse y como mi nuera le pedí que se pusiera de pie y yo me arrodillé y le chupé la polla hasta que se corrió en mi boca.

    Pero mi hijo y mi futura nuera no se iban a quedar así después de descansar un momento, ella comenzó a chuparle la polla a él nuevamente y, como yo me imaginaba, la polla de mi hijo comenzó a reaccionar, se fue poniendo cada vez más dura, mi hijo le dijo a ella:

    -Vámonos a mi habitación.

    Y completamente desnudos y cogidos de la mano se encaminaron a su habitación, allí mi futura nuera se tumbó sobre la cama, mi hijo se puso cerca de ella, de medio lado, le pidió que separara bien las piernas y la alzó una de ellas, el coño de la chica quedó bien abierto y mi hijo se la metió de golpe, mientras le decía:

    -Cuñada eres maravillosa, mi hermano tiene mucha suerte contigo

    -Gracias cuñado, me da que voy a tener una pareja y un cuñado divinos.

    La postura en la que estaban follando me pareció muy acrobática, hasta que ella dijo:

    -Cuñadito, me encantaría ser yo quien se pusiera encima.

    -Tus deseos son órdenes para mí, dijo mi hijo.

    Se giró quedándose en la cama tumbado boca arriba, ella se puso de rodillas, y poniéndose encima de su polla, que continuaba durísima, se la introdujo poco a poco en el coño, mientras con sus manos le acariciaba el pecho y le decía:

    -Estas buenorro.

    Estuvo cabalgándole en esta postura, hasta que se decidió a darse la vuelva y siguió montándole, los dos se pusieron a gemir, ella se movía con gran agilidad, mi hijo me había hablado de lo bien que follaba su novia, pero verlo en directo era otra cosa. Se la notaba que tenía experiencia y cabalgaba muy bien, mi hijo gema de una manera muy intensa, , hasta que le apeteció hacer algo más activo, la cogió con sus manos del trasero y comenzó a moverla de arriba abajo, ella se puso a gemir con desesperación mientras decía:

    -Cuñado, esto es increíble, los dos hermanos sois unos folladores extraordinarios.

    Siguieron en esta postura hasta que mi hijo dijo:

    -Cuñada déjame a mí.

    Ella se tumbó sobre la cama y mi hijo se levantó de esta, la hizo poner su coño sobre el borde de esta, y en esta postura la volvió a meter la polla dentro de su coño, ella volvió a gemir de una manera descontrolada y dijo:

    -Cuñadito, me estas llevando al paraíso, eres divino.

    Este siguió follandola en la misma postura hasta que sintió que se iba a venir y se salió,

    -No me parece bien meter mi leche dentro del coño de la novia de mi hermano, dijo mi hijo.

    -Como quieras, respondió ella. Túmbate y yo te hare acabar.

    Mi hijo lo hizo y ella comenzó a moverle la polla, se puso a gemir como un loco hasta que un montón de leche salió de su polla, ella riéndose dijo:

    -Cuñado menuda polla tienes.

    Mi hijo mayor y yo no nos habíamos perdido ningún detalle del espectáculo, y nos habíamos vuelto a poner calientes, muy calientes, yo de pedí:

    -Mi amor túmbate en el suelo.

    Cuando él lo hizo yo me puse encima de él y comencé a cabalgarle, mientras le preguntaba:

    -¿No sientes celos de ver a tu hermano haciendo esto con tu novia?

    -Para nada mama, me respondió él, estoy contigo, y además me encanta ver como folla mi novia.

    Seguí cabalgándole un rato, pero el me pidió:

    -Mama, ponte a cuatro patas sobre esa silla.

    Lo hice, puse mis rodillas encima de la silla, mientras apoyaba mis manos sobre su respaldo, mi hijo, se puso de pie, detrás de mí y me metió su polla, era un gran placer para mi disfrutar de las pollas de mis hijos, cuando sentí que mi hijo se iba a correr, quizá emulando a mi futura nuera le pedí:

    -Mi amor, quiero que te corras en mi cara.

    Él se puso delante de mí, al lado de mi cara, yo le acaricié la polla polla, hasta que vi que se iba a correr, y cuando lo hizo su semen llenó mi cara.

    Tras tomarse u pequeño descanso mi hijo pequeño se arrodilló ante su cuñada y le dijo:

    -Cuñadita, me voy a comer ese coño.

    Ella muy complaciente se abrió bien de piernas y mi hijo sacando su lengua la introdujo en el sexo de la chuc, no sin antes decir:

    -Tengo muchas ganas de comerme ese chochete,

    Al sentir su lengua mi futura nuera comenzó a gemir mientras decía:

    -Que bien coméis el coño los dos hermanos, parece que habéis tenido la misma maestra y que os ha enseñado muy bien.

    Mi hijo siguió comiéndole el coño hasta que ella se corrió, en ese momento ella le pidió:

    -Cuñadito métemela a cuatro patas.

    Se puso en esta postura sobre la cama y mi hijo detrás de ella, se puso de rodillas y se la metió, nuevamente los dos estaban gimiendo, y continuaron así un rato hasta uw mi hijo le preguntó:

    -Cuñadita, tu prefieres estar encima, ¿verdad?

    Me parece que me vas conociendo, dijo ella riéndose

    Mi hijo se puso sentado encima de la cama, apoyándose, sobre el respaldo ella se puso encima de él y volvió a meterse su polla en el coño, mientras decía:

    -Cuñado, hoy nos estamos conociendo muy bien.

    Se dieron un beso y ella siguió cabalgándole, él le dijo a ella:

    -MI hermano ha elegido por novia a una chica maravillosa.

    Y siguieron follando hasta que mi hijo pequeño le dijo a su cuñada:

    -Me encantaría metértela por el culo.

    -Veo que los dos hermanos tenéis unos gustos parecidos, dijo ella riendo.

    Se bajó de él y se puso a cuatro patas, mi hijo, se puso detrás de ella y se detuvo un insta te, pero ella le dijo:

    -Venga cuñado, no tengas miedo tu hermano y otros han puesto mi culo en condiciones de recibir cualquier cosa son sentir dolor, todo lo contrario, estoy segura de que me vas a hacer gozar mucho.

    Mi hijo al oír estas palabras perdió cualquier miedo y de un golpe introdujo su polla dentro del culo de la chica, esta se puso a gemir, mientras decía:

    -Cuñado tienes una polla maravillosa y la sabes maneras muy bien, me estás haciendo alucinar

    Mi hijo, reaccionó ante estas palabras atacando con furia el trasero de ella, los dos gemían de una manera muy intensa. Y el le dijo a su cuñada:

    -Cuñada tienes un culo delicioso, cualquier hombre se moriría de ganas por follartelo.

    Los dos seguían gimiendo a tope, mi hijo mayor y yo en el trastero, pese a lo que habíamos follado también estábamos calientes, así que mi hijo me hizo ponerme en el suelo a cuatro patas e imitando a su hermano, y me la metió por detrás, de esta manera mientras veíamos a su hermano y su novia nosotros, les imitábamos, la situación me parecía extremadamente morbosa.

    Sin que ellos lo supieran entre ambas parejas comenzó a darse una especie de carrera, a ver cual llegaba antes al final, mi hijo pequeño atacaba el culo se su cuñada con verdadera saña, pero su hermano no iba a la zaga con él mío, así los gemidos de ellos se confundían con los nuestros, igual algún día no muy lejano quizá los cuatro podríamos compartir la experiencia juntos, en ese momento pensaba en lo alucinante que sería, pero la verdad es que estaba disfrutando a tope de la polla de mi hijo que no paraba de moverse dentro de mi culo.

    Mientras nuestros rivales no paraban de follar, hasta que mi hijo pequeño grito:

    -Me corro

    Y su leche lleno el culo de mi futura nuera, después quizá agotados se pusieron a vestirse, tanto mi hijo mayor como yo comprendimos que debíamos imitarles, así que el aumento el ritmo de la follada, hasta que él también se corrió, y como le había pasado a mi tura nuera mi culo se llenó de leche, después nos vestimos y volvimos a casa donde los dos futuros cuñados conversaban con normalidad, nos unimos a la conversación y le preguntamos que habían estado haciendo todo el rato, ella respondió:

    -Nos hemos estado conociendo muy a fondo

    -Pues espero que nosotras dos nos conozcamos de la misma manera, le dije.

    Ella se mostró de acuerdo, sin que yo estuviera segura de si estábamos hablando de la misma cosa.

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  • Orgía incestuosa

    Orgía incestuosa

    Las madres cumplen un labor fundamental para la sociedad, pues ellas cargan con los pesos y las complicaciones del embarazo, y son las que más se involucrar en la crianza de los niños. Dicho trabajo debe ser recompensado, y de eso tratara está historia: el día de hoy, veremos con una familia “recompensó” los grandes sacrificios de su madre, cumpliéndole uno de sus anhelos más grandes.

    Está familia de la que les voy a contar está conformada por:

    Megan (40 años): es una milf de pelo marrón y corto, piel blanca, y ojos verdes. Posee una gran altura, un cuerpo muy voluptuoso, unos muslos muy gruesos unas tetas enormes, y un culo grande, gordo, y redondo. Ella siente un gran cariño por su esposo y por sus dos hijos, a los cuales siempre intenta ayudar, y les brinda todo su amor y dulzura siempre que puede. Además, pese a tener cuatro décadas de vida, parece mucho más joven de lo que realmente es.

    Frank (42 años): es el marido de Megan. Es un hombre alto, delgado, poco musculoso, y carente de barba y de cualquier bello corporal. Al igual que su esposa, parece más joven de lo que realmente es.

    Camí (20 años): es la hija mayor del matrimonio. Es una joven con el pelo teñido de risa oscuro, con un cuerpo muy parecido al de su madre (aunque no tan voluptuoso) y tiene varios tatuajes en el cuerpo (descanso una serpiente de cascabel que tiene tatuada en la nalga izquierda).

    Charlie (18 años): es el hijo menor del matrimonio. Es un joven delgado, escuálido, y bajito.

    Nuestra historia comienza una tarde, en la que la familia acababa de almorzar.

    “Bien, creo que es hora de que lave los platos” dijo Megan

    “¡Espera!” exclamó Frank “¡Antes de que te vayas, tus hijos y yo tenemos una sorpresa qué darte!”

    “¿De verdad?” exclamó la milf, emocionada.

    “¡Si, es algo que siempre has querido!” exclamó Camí.

    “¡Ahora cierra los ojos y espera!” dijo Charlie.

    Megan, con gran emoción y alegría, acato la ordenes de su familia y, cuando abrió los ojos, vio que sus hijos sostenían frente a ella una cartera de cuero.

    “¡Sorpresa!” exclamo el padre y los hijos al mismo tiempo.

    “¡Has sido la mejor madre y esposa que cualquiera podría pedir y, entre los tres, hemos decido darte este regalo como muestra del enorme cariño que te tenemos!” exclamó Frank, contentó.

    “¿Qué te parece?” preguntó el joven.

    “¿Te gusta?” pregunto la hija.

    “¡Si… está muy lindo!” respondió Megan, tratando de esconder su decepción “¡Se los agradezco de corazón!”

    “Te noto desilusionada ¿Paso algo?” pregunto Charlie, preocupado “¡Si no te gusta ese modelo, podemos cambiarlo por otro!”

    “¡No, no es la cartera, realmente me encanta!… Es solo que… cuando dijeron que mi regalo era “algo que siempre he había querido”, me imaginaba otra cosa, porque lo que yo siempre he deseado es… ¡Mejor olvídenlo!”

    “¡Vamos, mamá!” exclamó Camí “¡Nosotros queremos darte un regalo que genuinamente represente cuánto te queremos!”

    “¡Es que lo que realmente deseo es… algo poco ortodoxo!”

    “¡Insistimos en qué no importa lo que nos pidas, nosotros lo haremos porque te amamos!” exclamo Charlie, con gran determinación.

    “¡Pero ya basta de tanto misterio!” exclamó Frank “¿Qué es lo que realmente deseas? ¿Un vestido? ¿Unos zapatos de marca? ¿Un viaje a algún paraíso tropical?”

    “¡No, nada de eso!” exclamó la milf, y luego se armó de valor para confesar lo que realmente quería “¡Lo que yo más deseo es coger con todos ustedes!”

    “¿Qué?” preguntaron sorprendidos el esposo y los hijos al mismo tiempo.

    “¡Ya me escucharon!” exclamó Megan, mientras acariciaba el rostro de su hijos de forma sensual “Lo que yo más deseo es cumplir mi mórbida fantasía de fortalecer mis lazos con esta familia, a través del sexo con cada uno de sus integrantes ¿Que dicen? ¿Se animan?”

    “¡De ninguna manera!” exclamó Charlie “¡Yo te amo, mamá, pero no voy a cometer incesto!”

    “¡Yo tampoco!” exclamó Camí “¡La verdad, no pensé que fueses tan pervertida!”

    “¡No olviden que, antes que una madre, soy una mujer, y yo también tengo mis fantasías sexuales!” exclamó la milf, y luego fingió tristeza “¡Pero bueno… parece ser que no he sido una buena mujer y, por ende, no merezco qué se me cumpla mi fantasía!”

    “¡Vamos, no digas eso!” exclamó el joven “¡Nosotros realmente te parecíamos pero…!”

    “¡Pero nada!” exclamó Megan, con firmeza “Si realmente apreciarán mi labor como madre, no dudarían en cumplir con mi más íntimo deseo. Pero está bien, lo entiendo, supongo que pedir un Gang Bang incestuoso es demasiado pedir para una mujer como yo”

    “¡No, pues tú te mereces eso y más!” exclamó Frank, mientras abrazaba con gran cariño a su esposa “¡Vengan, chicos, vamos al cuarto y cumplamos la fantasía de su madre!”

    “¡No puedes estar hablando enserio, papá!” exclamó Camí.

    “¿Acaso haz olvidado quien siempre te ayudaba con tus tareas de matemáticas en la secundaria, Camí? ¿Y quién siempre ha cuidado de ti cuando estabas enfermo, Charlie?” preguntó el hombre “Está mujer ha dejado la vida por ustedes y, ahora, como sus hijos, tienen el deber de cumplir con su fantasía ¡Háganlo por ella!”

    Al analizar los argumentos de su padre, y recordar todo lo que su madre hizo por ellos, Charlie y Camí, con ciertas dudas, decidieron aceptar la propuesta indecente, y Megan hizo una sonrisa pervertida.

    Luego, los cuatro miembros de la familia fueron al cuarto matrimonial, se quitaron la ropa, y tanto Charlie como Camí se quedaron estupefactos al ver el voluptuoso y sensual cuerpo de su madre completamente desnudo.

    “¡Vengan aquí, hijos míos!” exclamó la milf, mientras abrazaba a los dos jóvenes “¡Les voy a dar aún más amor materno del que ya de por si les he dado!”

    Tras acariciar y manosear los cuerpos de sus hijos, Megan le dio un fuerte e intenso beso a Camí, en la que sus lenguas se entrelazaron tan fuertes que, al momento de separar sus bocas, estás siguieron unidas por varios hilos de baba, y luego le dio un beso igual de apasionado a su hijo.

    “¡Que alegría me da ver que los dos amen tanto a su mami!” exclamó Frank, quien se masturbaba al ver la escena incestuosa.

    Luego, ambos hijos comenzaron a chupar las tetas de su madre, al tiempo que está gemía y masturbaba la verga de Charlie con su mano derecha, y el coño de Camí con su mano izquierda. De pronto, Frank no pudo soportar más la lujuria, y beso apasionadamente a su esposa.

    “¡No te metas todavía, papá!” se quejó Charlie “¡Es nuestro turno primero!”

    “¡No sean insolentes!” respondió el hombre “¡Ella es mi esposa y, por ende, tengo prioridades!”

    “¡Tranquilos, no peleen!” exclamó Megan, de forma sensual “¡Ustedes bien saben que soy una mujer que puede lidiar con muchas cosas al mismo tiempo!”

    La milf se paró en medio de su familia, y comenzó a bailar de forma sensual. Luego, Charlie y Camí comenzaron a tocar y a besar las nalgas de su madre, mientras que Frank le chupaba las tetas.

    “¡Ahora así me siento realmente querida!” exclamó Megan, ente risas, mientras besaba a su esposo.

    Tras muchos besos y manoseos, Camí se acostó boca arriba sobre la cama, Megan comenzó a chuparle el coño, al tiempo que la milf utilizaba sus manos para masturbar a su hijo, y su inmensas tetas para masturbar a su marido.

    Al cabo de un rato, Camí se dio vuelta, y su madre comenzó a chuparle el culo, al tiempo que masturbaba a su hijo con sus pechos, y le hacía una paja a su esposo.

    “¡Amo este tatuaje tuyo, hija!” exclamó Megan, mientras salía la nalga de su hija “¡Realmente te queda muy bien!”

    “¡Sí realmente te gusta, no dejes de chupar!” exclamó Camí, mientras se retorcía de placer al sentir la lengua de su madre entrando y saliendo de su culo.

    Luego, Megan se puso en cuatro, y Charlie y Camí le comenzaron a chupar el culo y el coño respectivamente, al tiempo que la milf le hacía sexo oral a su esposo.

    “¡Que hermosa vista!” exclamó Frank, entre risas, mientras disfrutaba de la mamada que le propinaba su mujer.

    Al cabo de un rato, la familia intercambio lugares, y ahora está Frank quien le chupaba el coño a Megan, al tiempo que la milf le hacía sexo oral a su hijo, mientras que su hija le daba un beso negro.

    Tras mucho sexo oral, madre e hija se besaron intensamente, y entrelazaron sus piernas para frotar sus coños el uno contra el otro.

    “¡Oh, mierda!” exclamó Megan, entre gemidos “¡Realmente te mueves muy bien, mi hija querida!”

    “¡Gracias, mamá, pues yo también disfruto de esto!” exclamó Camí, y beso apasionadamente a su madre “¡Pare ser que yo salí igual de pervertida que tú!”

    “¡Menos charla y más acción!” exclamó Frank, mientras él y su hijo se masturbaban al ver a las dos mujeres teniendo sexo

    Un rato después, madre e hija se separaron, y Megan se paró entre su esposo y su hijo.

    “¡Ahora es momento de atender a los dos hombres de la casa!” exclamó Megan, mientras golpeaba con sus nalgas las vergas erectas de Frank y de Charlie.

    Luego, el padre se acostó sobre la cama, la madre se subió sobre él, metiendo su verga dentro de su coño, y los dos empezaron a tener sexo.

    “¿Cuándo será mi turno de coger tu coño, mamá?” preguntó el joven, mientras veía a sus padres tener relaciones.

    “¡Jamás, pues solo yo pudo coger el coño de mi esposa!” exclamó Frank, con firmeza.

    “¡Eso es verdad, hijito, pero no te preocupes!” exclamó Megan, mientras abría sus nalgas, y le enseñaba su ano a Charlie “¡Mami tiene otro agujero exclusivo para ti!”

    El joven, con cierta timidez, metió su verga dentro del culo de su madre, y él y su padre la comenzaron a penetrar al unísono, haciendo que la milf gritara de placer.

    “¡Eso, no le tengan piedad a esa puta!” exclamo Camí, mientras se masturbaba viendo la doble penetraba incestuosa “¡Rellénenla como si fuese un fuese un globo!”

    “¡Dame más fuertes, Charlie!” exclamó Megan, entre gemidos “¡Soy una mujer, lo puedo aguantar!”

    “¡No es por eso, es que, hasta hace unos instantes, era virgen!” confesó Charlie, lo que sorprendió a toda su familia “¡Pero yo amo tanto a mi querida madre que estoy dispuesto a regalarte mi primera vez!”

    “¡Eres el mejor hijo que cualquier mujer pueda pedir!” exclamó Megan, con gran alegría.

    Luego de mucho sexo, Megan se arrodilló ante su esposo y ante sus dos hijos, y estos tuvieron un orgasmo al mismo tiempo, bañando la cara de la madre con su semen y con sus jugos vaginales.

    “¡Cómo amo esta familia!” pensó Megan, con gran alegría, mientras se pasaba la lengua por la cara.

    Al finalizar la intensa sesión de sexo, la familia entera se acostó sobre la cama, y Charlie y Camí se quedaron dormidos por el agotamiento.

    “¿Te gustó?” pregunto Frank “¿Te sientes querida?”

    “¡Eso fue mejor de lo que esperaba!” exclamó Megan, quien se sentía muy satisfecha “¡Y todo te lo debo a ti, querido! De no ser porque tú convenciste a nuestros hijos de hacer está orgía, mi fantasía no se hubiera hecho realidad”

    “¡No hay de que, cariño, pues tú te lo mereces! Por cierto, el otro día vino una nueva compañera de trabajo a la oficina, y quería saber si podía cogérmela”

    “¡Por supuesto que sí, mi amor! Puedes cogerte a cuantas mujeres quieras, siempre y cuando me dejes divertirme con nuestros hijos, y tengamos una orgía familiar como está mínimo una vez a la semana”

    “¡Trato hecho!”

    “¡Con una familia como está, ser buena madre es un verdadero placer!” exclamó Megan, y beso a su esposo.

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  • Mi vecino del fin de semana (7)

    Mi vecino del fin de semana (7)

    El Justi envió el video de nuestro último polvo a su mujer, que seguía en el boliche y me pregunta:

    -¿Cómo es que pocas veces te sentiste así?

    -¿Así cómo? le susurro al oído.

    Me mira a los ojos y con esa mirada pícara que me derrite, me dice:

    -Así, tan puto.

    -No lo sé. Ya me comí varias porongas, desde que me desvirgó mi compañero de clase. Pero es como tener necesidad permanente de pija, de que me cojas, de chupártela.

    -¿Varias porongas como cuántas?

    -No llevo el registro, pero me gustaron todas las pijas que me cogieron. Y los culos también.

    -Quiero saber. ¿Me contás?

    -¡Uff! Con mi compañero, el que me desvirgó, se la chupé en clase, en un banco del aula, en la biblioteca, en el asiento del bus, contra un árbol en mi barrio, cogimos y nos chupamos en la ducha de mi casa, en la cama de mis viejos, en el río compartiendo con un amigo mío, en un micro de línea…

    Me mira a los ojos y me besa en la boca abriendo bien los labios, me trago su lengua: Es como si me lo quisiera comer entero recordando a mis primeros amantes.

    -¡Cómo me hacés calentar!, me dice jadeando al oído.

    Lo abrazo, le acaricio la espalda, me aferro a sus glúteos, pienso en lo fuerte que está el Justi. Respirando agitado le digo que me gusta mucho acariciar y abrazar su cuerpo, nos besamos desenfrenadamente, le agarro la pija, me inclino y se la chupo toda, como si no hubiera un mañana. Me coge por la boca, lo tomo por las nalgas y acompaño el meneo de su pelvis para comerme entera su verga. ¡Por dios cómo me gusta! no dejo de pensar, me mete una mano por detrás de la espalda y hurga en mi ano con un dedo y me pajea con la otra mano.

    Este flaco es de goma, pienso sin dejar de chupar y chupar. Me sigue cogiendo oralmente, me atraganto, le agarro la pija con las manos y se la masajeo bien, girando y subiendo las manos, me deleito sorbiendo su pre cum y saboreo su glande rosado como una frutilla madura, me vuelvo a tragar el tronco entero hasta su pubis, acelera sus embestidas y me acaba en la boca con varios espasmos de leche aguada. Me la chupo toda, lo dejo húmedo pero no chorreante, me toma de la barbilla y me besa la boca metiéndome la lengua para deleitarse con su propìo semen, varios minutos, con frenesí. Me mira a los ojos:

    -Seguime contando.

    -¡Uff! Ese verano cogí con varios. El primo de mi primo, un potro hermoso al que le chupé la pija y me cogí en el baño de mi tía, me llevó a pasear en moto aferrado a su pija como media hora por las calles del pueblo, me chupó el culo en la pileta y le pedí que me cogiera. El chico del almacén de campo que nos trajo la comida y con el que cogimos varias veces en un trío inolvidable.

    Estoy a tope de nuevo recordando aquel verano y nos comemos la boca desesperadamente con el Justi, le beso los pezones, lamo sus abdominales y me trago su poronga húmeda por enésima vez, chupando su glande, el tronco, los huevos, levanto su pelvis y hundo mi lengua en su rosado agujero, haciéndolo gemir y berrear de placer, chupo y chupo sin prisa pero sin pausa su pija, el culo, los huevos, me coge oralmente, me quiero montar sobre su falo, me coloco encima de él, de espaldas, preparo mi culo, me pongo su poronga con la mano hasta el fondo y me bombea apoyándose hacia atrás con las manos en el borde de la pileta.

    Pienso en qué bien se siente cómo me está cogiendo, se lo digo. No para de darme, me estremezco, me tiemblan las piernas, son oleadas y oleadas de cosquilleos en el ano, como electricidad que recorre mi cuerpo:

    -¡Dame más! ¡Cogeme con todo! ¡Cómo me gustaaa! ¡Te quiero ver!

    Lo desmonto, me volteo, me siento a horcajadas sobre sus muslos, me entierro su verga en el culo con pasmosa facilidad, me agarra de las nalgas, me inclino sobre él, nuestras frentes pegadas, nos besamos con furia, me bombea, estoy perdido y mientras me coge le digo que me quiero coger a su mujer, que me gusta y que es muy puta.

    -¡Seee! Estoy caliente con la tuya. ¡La quiero coger por el culo!

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  • Putas y ladronas

    Putas y ladronas

    Qué difícil es ser una persona decente, ¿verdad?  Respetar las leyes, a las personas, cumplir con las reglas sociales… Esas cosas no se nos daban nada bien a Ana y a mi. Las dos eramos unas chicas “inocentes” que se ganaban la vida robando pero no de la forma convencional. No nos colábamos a casas deshabitadas rompiendo ventanas o escalando muros, robamos follando. No era nada dificil atrapar la mirada de los hombres ya que ambas estábamos buenísimas y teniamos experiencia de sobra en el sexo, solo teníamos que ir a lugares que recentaban los ricos, como eventos privados o fiestas de lujo, exponernos con vestidos caros, cortos y muy ajustados, lanzar miradas sexys y besos al aire a hombres hambrientos de sexo y el resto es historia. Hoy contaré la vez que mejor follamos y más robamos.

    Ana y yo, que me llamo Candela, nos preparábamos para ir a una fiesta privada en un hotel en el centro de Madrid, ¿que cómo habíamos conseguido el pase? Bueno, digamos que tenemos contactos que piden parte de lo robado. Ambas somos igual de altas y prácticamente la misma complexión aunque yo soy un poco más delgada. Ambas somos de tez blanca, con un cabello castaño largo y liso, las dos tenemos ojos marrones aunque los de Ana son más claros que los míos, tenemos labios gruesos y carnosos, como les gusta a los hombres.

    En cuanto a las tetas, ambas tenemos pechos grandes de talla F, mis pezones eran rosados y el de ella más beige. Nuestras cinturas son un poco estrechas y nuestras caderas bastante anchas, las dos tenemos un culazo que rebota con cada paso que damos. Mi coño era más pequeño y no tan gordito como el de Ana, el color de mis labios y mi ano, al igual que mis pezones, eran rosaditos y los de Ana también eran beige. En resumen, tenemos cuerpazos de actrices porno con tan solo veintidos años.

    Ana y yo somos prácticamente como hermanas con derecho, nos conocimos en secundaria y nos volvimos inseparables por nuestra misma forma de ser, aunque yo soy más habladora he de decir. Hacíamos todo juntas, vivíamos juntas, entrenábamos juntas, nos cuidábamos, nos apoyábamos, follábamos… Vivíamos bien de lo que eramos, putas y ladronas.

    Nos estábamos preparando para ir a dicha fiesta, tras ducharnos, maquillarnos, plancharnos y echarnos perfume de Carolina Herrera decidimos ponernos un body transparente que cubría todo nuestros voluptuosos cuerpos, el mío de color negro y el de ella de color rojo. Nuestros bodys eran divinos, se ajustaban a la forma de nuestros cuerpos y el diseño iba cambiando según la parte del cuerpo, dejando más al descubierto las piernas, los brazos, la espalda y el abdomen y transparentando ligeramente nuestros pezones, el culo y el coño.

    Solo nos pusimos unos tangas del mismo color que los bodys, dejando que los pezones se viesen levemente a través las mallas de nuestras sensuales prendas. Nos pusimos unos tacones, preparamos nuestros bolsos y salimos de nuestro apartamento para pillar el uber e ir a la fiesta. Nos sentamos en la parte de atrás del coche y durante el camino notamos que el conductor no paraba de mirarnos por el retrovisor y era normal ya que prácticamente se notaban los pezones de nuestras tetas, Ana y yo empezamos a hacer movimientos sensuales, a echarle miradas sexys y a mordernos los labios. Cuando llegamos el conductor nos dijo el precio.

    -Son 175€ por favor.

    -¿175€?  -Dije sensualmente- ¿Y si nos lo rebajas a 100€ a cambio de besarnos?

    El conductor se quedó atónito y Ana dejó escapar una risa. Desde atrás Ana pasó por el centro del coche para sentarse en el asiento del copiloto, rozando el cuerpo del hombre con su culo.

    -Yo…

    -Nos besamos los tres a la vez y nos lo rebajas a 100€ venga. -Dijo Ana mientras yo le acariciaba la mejilla por detrás- No volverás a tener esta oportunidad.

    -Vale vale…

    El conductor se recolocó y nos besamos los tres, le apestaba el aliento y por lo nervioso que estaba sus besos fueron pobres e inseguros, duramos casi diez segundos con nuestros labios pegados, sin parar de intercambiar saliva. Al terminar propuse algo más.

    -Si nos lo rebajas a 50 te dejamos chupar de nuestras tetas.

    -No, no… yo estoy… tengo mujer y…

    -Y qué. -Interrumpió Ana- Sabemos que te gustan nuestras tetas. -Ana se bajó el body y dejó al descubierto sus pechos y empezó a menearlos mientras se acercaba lentamente a él- Venga, tu mujer no se va a enterar.

    -No puedes rechazar esta oportunidad, ¿en serio te vas a quedar con las ganas?  -Dije mientras también me bajaba el body-.

    -Vale vale vale…

    Primero comenzó a chuparmelas a mi, mientras fui acariciándole la cabeza estaba mirando a Ana intentando no reirme, solté unos gemidos falsos para encandilarlo más. Tras acabar con mis pechos fue directo a los de Ana, quien reaccionó igual, con caricias y risas escondidas entre gemidos simulados. Cuando acabó Ana fue a pagarle los 50€ con un billete pero…

    -Si me haceis una mamada no os cobro. -Dijo el hombre mientras se desabrochaba el pantalón.-

    Ana y yo nos quedamos mirando intentando no reirnos.

    -¿Es usted imbécil?  -Dijo Ana falseando su enfado.-

    -¿Así es como trata usted a las mujeres?  -Contesté yo en tono alto.- Pero qué se cree, ¿que somos putas?

    -Es usted un sinvergüenza, no merece que le paguemos una mierda.

    Ana y yo nos bajamos rápidamente y fuimos directas a la puerta del hotel mientras nos volvíamos a subir el body en plena calle para volver a cubrir nuestras tetas. Entramos y tras hablar con la recepcionista, quien disimuló muy bien su asombro por nuestros outfits, nos dirigimos al ascensor. Una familia estaba esperando, el padre trató de no mirarnos y la madre apartó la mirada de su niño. Al llegar el ascensor les dijimos que nos montaríamos en el siguiente, ellos sonrieron y subieron.

    Llegó el siguiente, entramos solo las dos. Al cerrarse la puerta nos bajamos de nuevo el body por la parte de las tetas y comenzamos a limpiarnoslas con papel húmedo para no dejar rastro de babas del conductor. Había una cámara, las dos reimos e hicimos gestos sexuales por si alguien no estaba mirando. Nos recolocamos el body, echamos más perfume en nuestros cuerpos, repintamos levemente nuestros labios y entramos directamente al ático donde nos dejó el ascensor.

    El ático tenía un estilo minimalista, estaba lleno de gente sobre todo joven cercana a nuestra edad. Los hombres iban en traje y las mujeres en vestidos normales o en putivestidos. Nosotras dos éramos de las pocas que íbamos tan atrevidas. Con cada paso que dábamos tratábamos que nos rebotasen las tetas y el culo lo más que pudiesen a la vez que exagerábamos nuestros movimientos de cadera. Nuestro plan era sencillo: bailar, tratar de intercambiar miradas con hombres, ir a la barra para pedir algo y dejar que las presas cayesen. Y así fue, tras perrear en el centro, bailar pegadas y sensualmente conseguimos llamar la atención de mucha gente. Fuimos a la barra a pedir una de las copas más caras y no pasaron ni cinco minutos hasta que llegase alguien.

    -Bailais muy bien.

    Ana y yo nos dimos la vuelta, quien nos habló era un hombre acompañado de otro, ambos iban en traje, tenían perfiles faciales marcados y características muy varoniles, también parecían estar muy en forma y con una ojeada rápida de arriba a abajo traté de ver no solo si tenían un buen paquete sino si llevaban joyas encima. Y así era, ambos llevaban relojes y el que nos habló, que era de pelo negro, tenía un anillo de compromiso.

    -Muchas gracias. -Dije mientras bebía de mi copa.-

    -¿Cómo os llamais?  -Dijo el otro hombre de pelo rubio.-

    -Yo soy África -Dijo Ana-. Y ella es Sofía. ¿Vosotros cómo os llamais?

    -Nosotros somos Ángel -Dijo el rubio-. Y él Pablo. Os hemos visto bailar y… nos gustaría que nos conociésemos más.

    -Podemos tomar unas copas si quereis -Dije sensualmente-.

    -A mi me parece perfecto -Dijo Pablo mientras levantaba la mano para llamar al camarero-.

    Los cuatro nos fuimos al balcón donde había una mesilla donde poner las copas y hablar. La conversación era muy superficial con preguntas como “De donde sois”, “a qué os dedicáis”, “de qué conoceis al dueño” etc. Todo lo que nosotras decíamos era falso para luego no tener problemas. La superficialidad de la conversación fue desvaneciendose para acalorarse mediante indirectas, bromas tontas y miradas seductoras. Estuvimos casi una hora hablando hasta que Pablo nos propuso ir a su chalet, nosotras obviamente accedimos, “bingo” pensé yo. Bajamos al garaje, nos montamos en un mercedes de los nuevos que están llenos de pantallas y luces ambientales y fuimos directos a su piso.

    Yo me senté de copiloto con Pablo de conductor mientras que Ana, ahora África, se sentó con Ángel. Los tonteos siguieron entre nosotros, Ana y Ángel empezaron a besarse atrás mientras que yo empecé a manosear la polla de Pablo por encima del pantalón, no tardé en desabrochárselo, bajar su boxer y sacar su erecta polla para empezar a mamarsela. Comencé con besos sobre la punta de su glande y me fui metiendo poco a poco su polla hasta el fondo de mi garganta para comenzar a chupársela mientras él conducía. El pitido del coche no paraba de sonar por haberme desabrochado el cinturon pero no tenía pensado parar.

    Su punta me llegaba hasta más allá de la campanilla, yo dejaba caer babas y escupía sobre su polla para dejársela lo más húmeda posible. Por los ruidos de la parte de atrás supuse que Ana también se la estaba chupando a Ángel. Durante todo el trayecto estuvimos mamándosela a los dos hombres.

    Llegamos al chalet, aparcó el coche dentro de los muros de la casa, fuimos a la puerta principal y al entrar no tardamos en empezar a besarnos entre nosotros, yo con Pablo y Ana con Ángel. Parecía que ya nos habíamos emparejado pero también intercambiábamos de hombre e incluso Ana y yo nos besábamos. Los besos eran profundos, intensos, húmedos, con jugueteos de lengua y suspiros ahogados. Estuvimos varios minutos besándonos en la recepción de la casa.

    -Vamos a mi dormitorio -Dijo Pablo-.

    Los cuatro fuimos. Al llegar Ana y yo dejamos los bolsos sobre un sofá que había ahí. Ambos hombres comenzaron a desnudarse mientras Ana y yo nos besábamos muy románticamente. Los dos se acercaron a nosotras totalmente desnudos, tras besarlos de nuevo nos arrodillamos frente a ellos y comenzamos a chuparselas de nuevo, los dos nos pusieron la mano sobre la cabeza y nos empujaban para meternos sus pollas hasta el fondo. Nosotras nos ahogábamos y babeábamos por tener sus dos miembros dentro de nuestras bocas y hasta el fondo de nuestras gargantas. Ángel y Ana se fueron a la cama, Ana se desnudó por completo y siguió chupándosela a Ángel mientras este estaba sentado al borde de la cama. Yo seguía chupándosela a Pablo mientras estaba de pie como una puta hambrienta.

    Ángel se tumbó sobre la cama y Ana se puso encima de su polla para comenzar a saltar sobre ella. No tardó en empezar a gemir y a oirse los golpes del choque del culo de Ana contra los muslos de Ángel. Pablo me levantó, me puso en cuatro en el borde de la cama, me rompió el body por la parte de mi vagina y mi ano e inmediatamente me metió la polla para comenzar a empotrarme violentamente. Su polla se deslizaba dentro de mi caliente vagina metiéndose lo más profundo que podía, sus empujes eran tan fuertes que me era dificil mantenerme estable.

    Ana y yo gritábamos como putas locas por la satisfacción, la miré y su rostro de placer era bellísimo, sus tetas y su culo no paraban de rebotar y sus ojos se desviaban hacia arriba. Pablo me rompió aún más el body dejando mis nalgas por completo al aire y comenzó a azotarme mientras me tiraba del pelo, yo me dejaba llevar disfrutando de la sensación de su polla penetrándome en lo más profundo de mi vagina mientras gemía alto sin vergüenza alguna.

    Ana fue la primera en llegar al orgasmo, su cuerpo empezó a temblar y a retorcerse de placer. Mientras Ana descansaba Ángel me metió la polla en la boca y comenzó a follarme usando mi cara como su fuese un juguete. Tenía tanto la vagina como mi boca ocupadas por la polla de ambos hombres, me estaban usando como un juguete y yo lo estaba disfrutando como una buena puta. Tras un rato dejándome dar por ambos orificios llegué al orgasmo. Estaba completamente sudada y con mis agujeritos mojadísimos.

    Miré a Ana y fui a besarme con ella. Juntamos nuestros cuerpos, nuestros pezones se tocaban y nos azotábamos el culo mientras soltábamos suspiros profundos. Ambas nos pusimos en sesenta y nueve para empezar a comernos el coño mutuamente, Ángel me metió la polla en la vagina y Pablo se la metió a Ana y empezaron a follarnos de nuevo mientras. Desde mi perspectiva veía la esponjosa vulva de Ana siendo penetrada por el pene de Pablo, sus labios se abrían y cerraban cada vez que su miembro salía y entraba. Yo comencé a masturbar el clítoris de Ana con mi lengua mientras Ángel me estaba follando el coño y Ana chupándome también el clítoris con su juguetona lengua.

    Los gemidos no paraban, no nos conteníamos los gritos por los orales que nos estábamos dando mientras Ángel y Pablo nos reventaban las vaginas sin piedad alguna. El aire se me iba de los pulmones y mi garganta empezaba a picar por gritar tanto y tan alto. Tras un buen rato siendo folladas las dos llegamos al orgasmo, primero Ana y al rato exploté de placer.

    Les dijimos que ahora nos la metiesen por el culo, cosa a lo que los dos aceptaron sin pensarlo. Ana y yo nos tumbamos juntas boca arriba, una al lado de la otra, abrimos nuestras piernas y dejamos que ambos nos metiesen la polla por nuestros anos mientras nosotras nos besábamos y nos acariciábamos las tetas y el vientre. Pablo puso su punta en mi ano, me fue metiendo poco a poco su polla después de escupir hasta el fondo mi recto y la sacó para volver a metérmela de nuevo. La sensación era fantástica, sentir su pene penetrar el fondo de mi recto me hacía sentir espectacular.

    Miré a Ana, su pelo estaba deshecho, su maquillaje corrido y su cuerpo entero estaba sudado. Al igual que yo ella estaba gimiendo a gritos, las dos nos ahogábamos besándonos, las dos disfrutábamos del sexo anal que nos estaban dando y las dos nos queríamos que terminase. Ángel y Pablo se intercambiaron, ahora Ángel me estaba follando el culo mientras que Ana estaba siendo follada por Pablo. Ángel me rompió aún más el body dejando mi torso entero al descubierto. Mientras me estaba dando por culo empezó a chuparme agresivamente las tetas, ahora no solo me dolía el culo sino también mis pechos pero el placer lo compensaba. Tras un largo rato de sexo anal Ana y yo, después de gritar, rogar y sentir placer y dolor, llegamos al orgasmo.

    Me quité lo poco de lo que quedaba de mi body, me puse encima de Ana, quien seguía tumbada y empecé a besarla apasionadamente dejando que mis tetas cayesen sobre ella. De mientras Ángel se puso detrás de mi y me metió su polla en mi vagina y Pablo me levantó la cabeza y me metió la suya por la boca. Volvieron a follarme por ambos orificios mientras que Ana, quien estaba debajo de mi, comenzó a besarme las tetas y acariciar todo mi cuerpo sudoroso.

    La polla de Pablo me penetraba hasta el fondo de mi garganta haciendome soltar muchas babas que caían sobre el rostro de Ana y la de Ángel me follaba brutalmente la vagina haciendo que flujos vaginales se deslizasen por mis muslos mientras me azotaba el culo. Ambos me hacían gritar como loca, sudaba sin parar y dejaba escapar lágrimas por la satisfacción que estaba sintiendo. Cuando se cansaron de mi Pablo me la sacó de la boca y se la metió a Ana a la vez que Ángel sacó su polla de mi coño y comenzó a follarse el de Ana.

    Yo mientras comencé a besar el cuello de Ana y a agarrar sus tetas. Ella gritaba como loca y pedía más y más fuerte aún con la boca ocupada, los hombres no tenían piedad con ella, la usaron y la penetraron tan duramente como pudieron pero ella estaba disfrutando muchísimo y a mi me encantaba verla follar de esa forma.

    Les sugerí a ambos hombres que me la metiesen los dos a la vez en mi culo y en mi coño. Ángel se tumbó, yo me metí su polla en mi vagina y Pablo se puso detrás de mi metiéndomela por el culo, Ana se quedó a un lado de la cama para masturbarse y verme siendo follada por los dos a la vez. Ambos hombres comenzaron a follar mis dos orificios, no tardé en empezar a gemir, sentir la polla de ambos dentro de mi era increible. Las dos pollas se arrastraban dentro de mis entrañas al unísono, mi ano estaba dilatadísimo y mi coño muy húmedo.

    Ángel me estaba chupando las tetas y Pablo me estaba azotando el culo, los empujes de ambos me estaban dejando aturdida, tal fue el placer que sentí que no tardé en llegar al orgasmo. Ana se ofreció, yo me aparté a un lado y los dos comenzaron a follarla con la misma intensidad y forma como me lo hicieron a mi. Ana comenzó a gritar mientras me miraba a los ojos, yo me estaba masturbando metiéndome los dedos, verla así me hacía sentir extremadamente caliente. Las nalgas de ella no paraban de rebotar cada vez que chocaban y sus tetas se movían de forma muy exagerada. Después de tantos gritos ella llegó al orgasmo.

    “Correos dentro de nosotras” Dijo Ana. Ambas nos pusimos en cuatro, una frente a la otra, Pablo comenzó a follarme y Ángel a Ana. Las dos estábamos siendo empotradas por el coño mientras nos besábamos, nuestras tetas y las nalgas no paraban de moverse, nuestros cuerpos se movían con cada empujon que nos propinaban, nuestras vaginas no paraban de sacar fluidos y nuestras gargantas dejaban escapar gemidos ensordecedores. Tras un rato siendo folladas agresivamente Pablo se corrió dentro de mí, sentí su ardiente semen ser expulsado a propulsión dentro de mi vagina. Después Ángel también se corrió dentro de Ana. Los cuatro terminamos besándonos y durmiéndonos del tirón después de tanto sexo.

    A la mañana siguiente Ana y yo fuimos las primeras en despertarnos, nos dolía todo el cuerpo, pero sobre todo la vagina y el ano. Mientras los hombres seguían durmiendo agarramos nuestros bolsos y nos fuimos a la cocina aún desnudas y descalzas intentando guiarnos por los pasillos de la dichosa casa. Durante el trayecto me fijé en los cuadros y al parecer Pablo tenía esposa e hijos, con más razón se merecía ser robado. Agarramos unos vasos, los llenamos de agua y echamos “polvitos mágicos” para que los hombres se durmiesen.

    Volvimos al dormitorio, los dos seguían durmiendo, nos acercamos a ellos y empezamos a besarlos pegando nuestros hermosos cuerpos al suyo para despertarlos. Se fueron despertando poco a poco y fueron siguiendi nuestros besos, yo me estaba besando con Pablo y Ana con Ángel. Cuando se despertaron les ofrecimos agua cariñosamente y comenzamos a chuparles la polla, las cuales empezaron a erectarse poco a poco. Los dos se bebieron el agua, nosotras seguimos chupándoles la polla intensamente, yo babeaba sobre el caliente miembro de Pablo.

    Después de un buen rato chupándosela a Pablo me puse en vaquerita sobé su polla y comencé a saltar sobre ella mientras apoyaba mis manos sobre sus pectorales. Ana comenzó a hacer lo mismo, las dos estábamos saltando como locas sobre sus miembros esperando a que la droga hiciese efecto en ellos. Nuestros pechos no paraban de rebotar, nuestras nalgas chocaban violentamente contra ellos, sus pollas se deslizaban en el interior de nuestras vaginas y ambas gritábamos como locas. Seguimos cabalgando tan apasionadamente hasta que los dos hombres fueron durmiéndose poco a poco.

    Cuando sus penes ya no estaban tan erectos decidimos parar, los dos estaban totalmente dormidos y era imposible que se levantasen durante horas. Ambas aprovechamos para revisar todas las habitaciones en busca de objetos de valor, dinero, tarjetas de crédito, etc. Les robamos los móviles, un IPad, un MacBook, joyas de Pablo y de su esposa, unos Rolex que había en una vitrina… En la cartera de ambos había varios cientos de euros y las tarjetas de crédito, buscamos más y conseguimos encontrar más dinero en efectivo. Cuando terminamos de revisar todo nos volvimos a vestir, Ana se puso de nuevo su body transparente rojo y sus tacones pero al revisar el mío estaba completamente roto, no me podía poner nada.

    -Ponte la ropa de su esposa -Dijo Ana-.

    -Da igual, iré así mismo.

    -¿Desnuda? ¿En público?

    -Claro que no cariño, en su coche.

    -Te verá mucha gente.

    -Pues que me vean que seguro se alegran de verme así. Venga vamonos rápido de aquí.

    Me puse los tacones y tras llenar nuestros bolsos y recoger mi body roto nos fuimos directamente a por las llaves del mercedes. Salimos de la casa y nos montamos en el coche, Ana de conductora y yo en los asientos de atrás que estaban vinilados. Tras abrir el portón del muro con el mando que también robamos salimos de ese barrio de pijos. Conducimos varias horas hasta llegar al lugar donde se encontraba nuestro contacto, le dimos parte de su dinero, las joyas, los aparatos y las llaves del coche y nos prometió el pago en unas semanas. Una amiga del negocio vino a recogernos y a dejarnos en nuestro apartamento, también me dejó ropa para cubrirme. Por fin, tras una dura jornada, Ana y yo llegamos al piso victoriosas.

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  • Que rica es el agua

    Que rica es el agua

    El agua siempre ha sido un elemento que me ha apasionado, sentirla correr en tu cuerpo, a buena temperatura es una sensación placentera.

    Estaba yo un día en el hotel que antes ya les platiqué, había llegado de trabajar y me dispuse a darme mi regalo.

    Me cambié e hice todo lo que normalmente hacemos a solas. Habían pasado ya un par de horas y se me ocurrió ¿Que tal si me meto a la alberca? ya estaba oscuro y podría hacer alguna travesurita.

    Ni tarda ni perezosa me puse unas pantaletas color azul agua tipo francés, un bra, pantimedias, claro, me metí un dildo bien ajustadito y, me puse un pareo para salir de la habitación. Para llegar a la alberca había que caminar como 100 m lo que hice con toda calma.

    Al llegar a la alberca me senté lo más arrinconada posible, cerca del bar, que a esa hora estaba cerrado y me quité el pareo, quedando en bra, pantaleta y pantimedias. Me metí de inmediato al agua y empecé a deleitarme con el dildo que traía metido y me dio por nadar. Después de un rato, no sé, tal vez una media hora, en la que más que nadar lo que hacía era erotizarme, la sensación del agua en mi cuerpo, con la ropita puesta me tenía tremendamente excitada, es indescriptible, para mí, sumamente erótico.

    Tenía que lograr satisfacción plena me dije a mi misma y, lo que hice fue zambullirme varias veces para tratar de llegar al fondo de la alberca (eran como 3 m), con toda mi lujuria al máximo. Cuando llegaba al fondo, me tocaba con frenesí y apretaba el dildo con fuerza. Regresaba a la superficie y volvía al fondo y de nuevo tocaba mi cuerpo y lo acariciaba eróticamente, riquísimo, ahí en lo hondo. Varias veces repetí la acción descrita y me empezaba a imaginar como “terminar” mi juego erótico. Pensaba resistir todo el camino hasta el fondo de la piscina y tallarme eróticamente hasta venirme.

    Salí a la superficie y vi que a lo lejos venía gente, por lo que, según yo, sería más discreta en mi juego.

    Pero no había notado que a mis espaldas estaba un chico hermoso, observándome con deleite y yo, ni en cuenta.

    Me volví a sumergir y estaba en el fondo tratando de planear como terminar eróticamente mi húmedo juego, toqueteándome y haciendo piruetas en el agua cuando súbito veo una figura que ingresa al agua y se dirige directamente hacia mí. Me quedé petrificada. Se acercó y me tomó de las manos para después darme un abrazo tierno pero erótico, besándome con pasión. Yo estaba desconcertada, pero, feliz que se estuviera dando este evento. Mi hizo señas de subir a la superficie, lo cual hicimos abrazados.

    En el camino hacia arriba me toco mi intimidad y llegando a la superficie me dijo “que deliciosa sorpresa” y me tomó por completo mi zona intima. Yo entre incrédula y feliz, opté por darle una sonrisa coqueta y un tremendo beso, tomando también su inmensa herramienta, estaba durísima, gorda y larga, todo un sueño, ese fue el inicio de un momento memorable en mi vida.

    Me dijo “que rico”, jamás me hubiera imaginado que tendríamos este momento. Que te parece si le buscamos lo mejor. Yo le dije mmm, pero claro, sin intensión, aunque con expectación mía, aquí estamos y, hay que sacarle lo mejor, realmente lo mejor.

    Me dijo vamos a juguetear un rato aquí en la alberca y, después, nos vamos a la habitación a darnos pasión ¿te parece?

    Mi respuesta fue abrazarlo fuertemente y sumergirlo, soy muy traviesa, cuando íbamos descendiendo en el agua, lo besé con tanta fuerza que me respondió mordiéndome los labios, fue un inicio prometedor.

    Me preguntó ¿Cómo te llamas? Le contesté Marijó cariño ¿y tú? Ramiro. Le dije pues mucho gusto Ramiro y me contestó, Marijó, mi maja acuática.

    Nos consentimos en el agua, nos tocamos, nos excitamos, nos besamos, nos dijimos cosa “sucias” dentro y fuera del agua. Por favor, imagínense lo erótico del momento y la felicidad que no esperaba.

    Cuando me tocó mi colita se dio cuenta que traía un plug ensartado y me dijo “eres muy intensa” de lo cual me sentí tremendamente orgullosa. Se puso a jugar con él, moviéndolo, manipulándolo y solo veía mi rostro para ver mi respuesta y me dijo “ya vi que te encanta, espera a que entre yo y no desearás más tu juguete”. Y yo, riendo y disfrutando como loquita.

    Me abrazaba por la espalda con una energía sensacional, me hacía sentir muy hembra y, yo se lo decía, Así, así abrázame, quiero sentir tu virilidad en mi cuerpo, la quiero sentir para darme bien la ida de lo que voy a recibir.

    Así estuvimos jugando por casi una hora y entonces le digo, Rodrigo, “ya quierooo” y me contestó, eso, directo al grano, vámonos. Nos fuimos a la habitación, entre bromas y arrumacos imaginándome miles de posiciones y situaciones por vivir.

    Continuará.

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  • Maestra en mini (9)

    Maestra en mini (9)

    Pasan dos semanas después de nuestro encuentro y vuelvo a coincidir con el tipo que ayuda a recolectar la basura en dos ocasiones más, pero al parecer no me recuerda, incluso, ni siquiera voltea a mirarme.

    Es fin de mes y la reunión de consejo técnico toca de nuevo en la supervisión escolar, para esta ocasión me pongo un vestido blanco muy corto y escotado, unos días antes me hice un corte de pelo a la nuca, como una muñequita asiática así que solo me lo arreglo planchándolo a la perfección, llego a la supervisión con la idea de ver la reacción de Hermilo al ver mi nuevo look, sin embargo me llena una morbosa e ilícita satisfacción cuando al entrar escucho los botes de basura golpear contra el depósito del camión que la recoge y más al observar a los tipos que descargan los botes.

    Y justamente Hermilo pasa junto a mí en este momento, lo observo y el me observa, le sonrío y el solo pasa sin dirigirme la palabra, siento tanto odio que quiero matarlo, pero en vez de eso una loca idea pasa por mi cabeza, aprovechando que se queda cerca platicando con un compañero me acerco al chico recolector de basura.

    –Hola, ¿te acuerdas de mí? Le pregunto lo más coqueta y sensual que puedo, el me observa todo desconcertado, Hermilo nos mira de reojo

    –¿perdón?

    –Te pregunté si te acuerdas de mí, porque yo si me acuerdo de ti diablito, por cierto ¿Cómo te llamas? Porque la última vez estabas tan ocupado corriendo al pobre Rutilo que ni siquiera pude preguntar tu nombre, le sonrío alejándome un poco al ritmo de mis pasos bajo la mirada inquisidora de Hermilo.

    –No mames ¿neta? Me alcanza.

    –soy Luis, mucho gusto maestra, no lo puedo creer, neta, es usted una muñequita, se ve muy linda con esa ropita que trae, ¿cómo se llama?

    Hermilo me llama a la reunión muy molesto sin darme tiempo a contestar, obvio que había logrado mi objetivo, sin embargo, ahora no me puedo quitar a Luis de encima, habla y habla y yo sin poner atención me centro solamente en Hermilo.

    –Hola Laurita, me dice Rutilo con su voz de viejito rabo verde asomándose por la puerta de su cuartucho ¿le gustó lo del viernes? Sonríe

    –pase, mire, le tengo una sorpresa me dice sobándose el paquete y metiéndose a la conserjería.

    –¿se va a animar? O se va a echar para atrás, me dice Luis metiéndose igual a la conserjería.

    Por unos momentos me quedo indecisa, estoy de nuevo ante la oportunidad de repetir la experiencia ante estos dos machos que combinan experiencia y juventud o tratar de reconquistar a Hermilo.

    No tardo en decidir, cerciorándome de que no hay nadie al rededor me introduzco a la conserjería.

    Apenas la metálica puerta se cierra a mis espaldas, las dos fieras ansiosas de mi cuerpo se abalanzan sobre mí, sus burdas y callosas manos recorren mi sinuoso cuerpo sin el más mínimo pudor.

    Por un momento se quedan quietos contemplando mi corto y ceñido vestidito blanco, con mis largas y bien formadas piernas casi al descubierto, admirando el banquete que tienen frente a ellos.

    Envuelta en un glorioso e inexplicable placer les sonrío

    –Quien lo diría Laurita, tan bonita y seriecita que se ve, me dice Rutilo sobándose con fuerza la tremenda carpa que se nota por encima de su roído y viejo pantalón.

    Me quito el vestido mientras ellos igual se desnudan, me arrodillo totalmente desnuda, mi blanca y fina piel resalta a la luz del único foco que cuelga de un cable al centro del cuartucho, contrastando con la piel curtida de ellos.

    Dos vergas bien tiesas apuntan hacia mí, ellos me ven como embobados, a pesar de la cogida que ambos me metieron hace poco, como que aún no pueden creer que una belleza como yo esté hincada ante ellos, sonriente y ansiosa por devorar sus duras reatas.

    Rutilo gime pues decido lamerlo a él primero, sujeto su grueso pito y le lamo la cabeza, despacio, trazando círculos con mi lengua, el viejo suspira y susurra vulgaridades, mi mano derecha aferra la verga de Luis mientras me trago el hongo de Rutilo sujetándolo entre mis mandíbulas apasionadas

    –Así mero maestra Laura, resopla el viejo conserje mientras le chupo el glande deslizando mi cabeza de delante hacia atrás y mi mano derecha masturba lenta y dulcemente a mi otro semental.

    –Ya con eso maestra Laurita, me dice Rutilo, dele una chupadita al pobre de Luisito si no se vaya a enojar, se la lamo de la base hasta la punta y le doy un tierno besito a su hongo para después colocar mi tierna boquita en el rosado hongo de Luis, no sé si se la han mamado antes, porque me la frota con fuerza en los labios, la nariz y mejillas antes de ver su candente cilindro desaparecer en mis finos labios.

    Así estamos durante unos magníficos quince o veinte minutos, perdiendo la noción de mi identidad convirtiéndome de una respetable maestra en una muñeca para dar placer, turnándome para mamarles sus ricos penes, teniendo cuidado de no hacerlos acabar, aunque eso no me impide saborear el exquisito líquido pre seminal de ambos.

    Me ayudan a ponerme en pie y con delicadeza me acuestan sobre la endeble mesa de madera que hay al centro del cuarto, mis piernas cuelgan y don Rutilo las abre sujetando mis bien formados muslos, me apoyo sobre mis codos para contemplar, pues ni yo misma doy crédito al ver a este tipejo, viejo, flaco, correoso y feo penetrándome, ingresando en mi hermoso cuerpo derritiendo las paredes de mi útero.

    –Oh, Rutilo, gimo recostando mi cabeza en la fría tabla rindiéndome al exquisito mete y saca de este curtido conserje, Luis se para a mi lado para meterme su serpiente en la boca y ¿Hermilo? se dedica a manosearme y chuparme mis inflados pechos.

    ¡Era lo que estaba esperando! Hermilo, es la última frase que alcanzo a proferir ya que Luis sujeta mi cabeza sambutiéndome su verga a fondo mientras Rutilo arrecia sus embestidas, mareándome y conduciéndome de manera inexorable a un grandioso orgasmo.

    Rutilo se desprende de mi al igual que Luis, Hermilo se acerca y me besa yo le correspondo deseosa con el alma en cada beso.

    Luis se tiende en el suelo de la vieja conserjería, me llama, volteo a ver a Hermilo solicitando su permiso este me indica con la mirada que vaya, me monto en Luis, nuestros rostros están al mismo nivel, le sonrío como una puta experta mientras dirijo su verga a la entrada de mi vagina, sin poder controlarme, le lamo la cara y el cuello para finalmente besarlo de forma asquerosa, Rutilo no se queda atrás, ganándole a Hermilo lo siento arrodillarse detrás de mí, rozando su arrugada barriga en mis nalgas empuja su delicioso pene en mi recto.

    –¡Ah, ¡qué rico!, exclamo, sintiendo a Luis en mi vagina y a Rutilo en mi ano moviéndose sincronizadamente poseyéndome y sodomizándome al mismo tiempo, jadeo como loca, grito como poseída sin importar si me escuchan o no, así, montada por este anciano y un tipo que apenas y conozco, ambos arrecian sus embates mientras Hermilo me soba las tetas y me frota su deliciosa verga en la cara, se la chupo, Rutilo me bombea con más fuerza, casi con ira agarrándome con fuerza de la cadera como si quisiera partirme en dos, ruge satisfecho al regar mis intestinos con su gruesa y espesa leche, Luis sigue su ejemplo, bien agarrado de mi estrecho talle, eyacula dentro de mí, ah, gimo al sentir sus palpitaciones en mis agujeros al mismo tiempo.

    Me desplomo sobre el frío piso bañada en sudor, temblando, intentando asimilar tanto placer, Rutilo me la saca y seguramente observa su propio semen chorreando en mi ano al igual que Luis al desprenderse de mí, me acerco a limpiárselas, su sabor es rico, aunque de esas vergas a la de Hermilo es obvio cual es la que me gusta.

    Al fin respiro de manera más regular, veo a Hermilo sentado en una silla, Luis y Rutilo entienden y vistiéndose salen de la conserjería,

    Dentro de la conserjería hay un baño con regadera, así sin prisas limpio mi joven y firme cuerpo de todo rasgo de Luis y Rutilo y salgo así desnuda no tengo dudas, estoy decidida, me acerco a Hermilo y rodeo su cuello con mis brazos, lo beso, ambos sabemos lo que sigue.

    Siento sus labios lamer y succionar mis pechos mientras acaricio su pelo entre cano, acaricia mi vagina con sus gruesos dedos, correspondo besándole el cuello así como esta inclinado lamiendo mis tetas, después de varios minutos lo aparto tiernamente de mí, me acerco para bajarle el slip de su pantalón le sonrío, me inclino hasta quedar de rodillas ante el, me la coloco en la cara, sus enormes testículos resbalan por mis mejillas y su miembro rebasa por mucho mi delicada y fina cara, se la empiezo a lamer, muy lentamente,

    Él me contempla, lo tengo en la gloria, me lo dicen sus gemidos, tomo su pene entre mis manos y lo contemplo, sólo lo contemplo, lentamente me acerco, saco mi lengua para juguetear alrededor de su cabeza, lo beso una y otra vez, recorro mi lengua sobre su ranura, lo beso y lo vuelvo a besar, la escupo y chupo mi saliva, Hermilo me toma del cabello y con fuerza me apresa del mentón forzándome a abrir más la boca. una vez así sujetándome de mi pelo me da un tirón y empuja con fuerza su grandioso falo en mi boca y me obliga con su fuerza a chuparlo a tragarlo.

    –No quiero que vuelvas a ver a esos cabrones ¡me entiendes! Bufa copulando en mi boca con fuerza

    –eres ¡mía! Solo ¡mía! Me grita mientras acaba sobre mi cara.

    Su leche blanca, caliente y espesa, um, forman un delicioso manjar que se desparrama por toda mi cara, es algo delicioso, interminable, esa sensación de caliente y frio de su semen me hace vibrar.

    Luego de estar un rato limpiándosela me la saca de la boca, me ayuda a levantarme y pega sus labios en los míos, mi boca se abre, permitiendo la entrada de su lengua gorda y caliente, nos besamos los dos estamos ebrios de lujuria de celos de deseo.

    –Soy tuya amor, solo tuya, le digo mientras sus manos se mueven por mi espalda, hago que se siente en el sucio sillón que hay, me monto en él abrazando su cabeza con mis brazos, devorando su boca, mamándole la lengua, rodeando su panza con mis piernas, suelto su boca y arqueo mi espalda, mis senos quedan apuntando a su cara de inmediato, Hermilo entierra su cara peluda en ellos, lamiendo, mordisqueando, besando, marcándome con gruesos chupetones y moretones marcándome solo para él.

    ¡Estoy montada en su cosota! sus manos anchas y cálidas, su boca ardiente, me provocaban un éxtasis tan ansiosamente esperado por mí, me separa de el tiernamente, me tiende sobre la vieja mesa, me besa, su panza pegada a mi fino vientre, empieza a bajar, deteniéndose un rato más en mis tetas, luego, prosigue su exquisito descenso hasta llegar a mi depilada y deseosa vagina que ya está esperándolo, restriega su cara contra mi sexo, –ah, así, gimo

    Hermilo me lame y me mordisquea, siento su gorda lengua abrirse paso entre mis labios vaginales una y otra vez, –Oh, qué rico

    Sus dedos invaden mi intimidad y, de manera instintiva, abro más mis piernas, para que juegue como quiera exploto en un orgasmo lento, delicioso, abro los ojos, lo observo separar mis piernas, hallo su mirada, destila deseo, intuyo que igual ve lo mismo en mis ojos.

    Me la mete lenta, muy suavemente, cierro mis ojos de inmediato, abro la boca sin emitir ningún sonido, mi mente vuela hacia aquel momento cuando me poseyó por primera vez, de igual forma que ese glorioso día a medida que la mete mis paredes se ensanchan voluntariamente para abrirle paso, termina de meterla se queda quieto, la siento palpitar dentro de mi y me envuelve esta rica sensación de llenura de satisfacción que toda mujer desea sentir en algún momento.

    Abro los ojos al sentir que la saca muy lentamente, me sonríe, se detiene la vuelve a meter así esta por unos deliciosos y eternos momentos, la mete y cuando llega a la mitad vuelve a empujarla nuevamente hasta el fondo con toda suavidad en la que puedo sentir cada centímetro de su gigantesca y venosa verga, mi segundo orgasmo me llega de repente, toca fibras muy sensibles dentro de mí que nadie había logrado tocar, llego de forma descomunal como nunca antes lo había hecho, mi piel se pone chinita y el aprovecha para empezar a fornicarme.

    –¡Ah, uf, ¡qué rico!

    –¿Te gusta? me pregunta en su éxtasis.

    –¡me encanta! Grito extasiado mientras coloco mis piernas en sus hombros sin desprenderme y lo atraigo hacia mí, rodeo su cuello con mis brazos y lo beso mientras empieza a castigarme con fuerza, pero tiernamente, abre mis piernas y me abraza sin dejar de fornicarme, sus gemidos y mis gritos invaden el pequeño lugar, nos decimos de todo ¡de todo!

    Empieza a embestirme cada vez con más fuerza, hasta que siento varios increíbles chorros de leche nadar dentro de mí, se aferra de mis finos hombros con todas sus fuerzas haciendo que me quede quieta, siento que mis entrañas arden al sentir sus gruesos chorros de lava, aprieto mis paredes vaginales, no lo quiero dejar salir, lo animo.

    –¡mi amor, mi vida, que delicia!, ¡te amo!¡te amo! ¡no me dejes nunca! Hazme un hijo ¿si? Le digo al oído completamente rendida a él, termina, quiere desprenderse de mí, pero, no lo dejo.

    A pesar de que su miembro pierde fuerza y vigor está lo suficientemente erecto para poder contenerlo dentro de mí, me besa, me dice cosas tiernas, me pregunta si es verdad lo que le dije.

    –¿que? le pregunto

    –de que me amas de que quieres tener un hijo conmigo, me responde

    –Te amo Hermilo, aunque quiera negarlo, no lo puedo evitar, te amo, me besa

    –¿te casarías conmigo?

    No le contesto, solo lo miro a los ojos mientras siento como se va haciendo pequeño dentro de mí hasta desprenderse.

    –¡si! Le contesto cuando intenta hacerme a un lado tiernamente.

    –Si quiero casarme contigo

    Los detalles solo fueron cuestión de tiempo, cada uno se separó de su cada cual, al final, nos casamos y nos cambiamos de ciudad, fundamos una pequeña escuela, la diferencia de edades se nota a simple vista, yo con 29 y el casi en los 60 empeñándonos en tener nuestro primer hijo, en fin, para el amor no hay edad.

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  • Buscando a un tercero para un triángulo sexual

    Buscando a un tercero para un triángulo sexual

    Probando de nuevo:

    Despues de mucho hablarlo con mi esposa, ella decidió dar nuevamente el paso. Buscaríamos una tercera persona y tendríamos una nueva experiencia en un trio HMH, hacia años ya lo habíamos practicado pero mi mujer quedo traumada pues el tipo que conseguimos era eyaculador precoz, una estafa.

    Yo soñaba con ver a mi dulce mujercita nuevamente fornicada por otro. Pero bien culeada. Era mi fantasia lo confieso, pero creo que era también la fantasia de Milena.

    Yo ya sabia quien podría ser la persona: Jorge, tiene 49 años, vive en otra provincia pero viaja cada tres meses a mi ciudad, es muy macho, buenmozo y mujer se derrite por él.

    Un día de marzo cuando Jorge nos visitaba le invite una cerveza y se lo dije: no lo podía creer. “es una broma, tu mujer es exquisita y la andas regalando?” me dijo. Yo feliz, soy soltero, sano y tu mujer me fascina.

    Llegó junio y Jorge me llama, viene llegando y nos quiere invitar a cenar. Con mi mujer planificamos todo, sería esa noche.

    Body negro de encajes, sin calzón, sin sostén, pantalón de cuero negro que se abre con una cremallera por el costado, blusa transparente, sweater de lana. Botas de cuero negro. Exquisita mujer, en el restaurant los hombres miraron con disimulo y las mujeres con rabia. Después de cenar le dijimos a Jorge que en casa teníamos champaña, chocolates y una casa temperada. Charlamos, bebimos y los deje a solas, Puse música y bailamos, ellos dos primero, luego yo y mi mujer.

    Cuando bailé con mi mujer, la toque, baje la mano, la bese y le palpe las nalgas, se las apreté, el pantalón de cuero mostraba el par de voluptuosas nalgas de mi mujer y una cintura preciosa. Le enseñaba a Jorge los pasos que había que dar.

    Toque y toque, enseguida abrí la blusa y le besé los pezones, era un pequeño show para nuestro invitado. Fui a cargar las copas y poner más música, el jazz lento era ideal. Mi amigo fue audaz, dejo a mi mujer con las tetas al aire y comenzó a chupar. Las tiene pequeñas, de protuberantes pezones rosados, muy bonitos y sensibles, mi esposa se abre el pantalón y queda en body negro. Mi amigo no podía creerlo. Siguen bailando, me acomodo en un sillón a mirar. Pasa un buen rato de manoseos y besos con gemidos. Ella le abre el pantalón y se lo deja caer, mi amigo en bóxer negro exhibe una prominente verga erecta.

    Muy bonita, cabezona. Se termina de quitar la ropa y mi mujer se agacha, se pone de rodillas y frente a mi le comienza a hacer una mamada de putamadre a nuestro invitado. Subía y bajaba la mano masturbando el garrote de carne.

    Me desnudo y voy al dormitorio, preparo la cama, pongo luces bajas, cuando voy a buscarlos mi mujer esta inclinada, apoyada en el sofá y mi amigo se la está culeando sujeto de las caderas. Vaya, me dije, las cosas marchan mas rápido de lo que pensé. Espere un rato que se la follara bien y fuimos a la cama. Ahí mi mujer se puso boca abajo y pidió que le pusiéramos las vergas cerca de su cara. Enseguida, mamo las dos vergas un buen rato, lamiendo y metiéndoselas hasta la garganta una y otra vez. Jorge pidió parar, mi mujer me la siguió mamando y mi amigo se instaló por atrás a follarse a mi esposa, ver la cara desfigurada de mi mujer mientras le va entrando el garrote de carne de mi amigo fue genial.

    Se la tenía metida en el ano. Yo estaba a punto de eyacular, pero no quise, ya que me cuesta mucho recuperar la erección luego de haber alcanzado el orgasmo. Asi es que propuse doble penetración. Me acosté, mi mujer se me sentó encima, le entré por la vagina profundamente. Por atrás Jorge separó las nalgas y lubrico el agujero anal con saliva, puso el glande en la entrada y afirmándose de mis piernas se dio impulso para empujar. Mi mujer pasó de los gemidos a los gritos. “culeenme duro… rico, mas… más verga… más pico… eso métanme la verga… quiero quedar bien culiá” gritaba, me dio algo de pudor era evidente que si algún vecino pasaba cerca escucharía todo.

    Mientras Jorge penetraba yo me salía un poco y viceversa alcanzando entonces un ritmo exquisito. Jorge hizo un comentario sobre el rico sabor del culo de mi mujer. Me calentó oírlo. Las dos vergas se sentían exquisitas en el cuerpo de mi mujer, fue maravilloso. Al poco rato siento que Jorge grita y gime, su orgasmo llegó. Senti los pulsos de su eyaculación, unos 8 disparos de semen. Se sale y descansa, mi mujer y yo seguimos y siento que el tibio liquido seminal de mi amigo se esparce por mis muslos. Mi esposa comienza a acabar. Grita y gime, violame vergon, culeame…gritaba, la sigo yo y eyaculo. Mi esposa quedó tirada sobre la cama, entre las piernas le sale un río de semen, con algo de suciedad anal.

    Exquisito y caliente. El olor a semen en la habitación era increíble.

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