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  • Milf nalgona se venga de su hijo

    Milf nalgona se venga de su hijo

    Todo el mundo dice que “la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena” pero, el día de hoy, les voy a contar una historia donde la venganza no solo fue gratificante para la perpetradora, sino también para la víctima, por muy imposible que eso pueda parecer.

    Antes que nada, les voy a hablar de Kevin, un joven que, tras graduarse de la secundaria, decidió que quería ser neurocirujano. Sin embargo, como en el pueblo en dónde vivía no existían universidades, se fue a la gran ciudad, alquiló un pequeño departamento, consiguió un trabajo de medio tiempo en un restaurante de comida rápida, y se anotó en una universidad pública.

    Durante los siguientes dos años, Kevin se la paso todos los días ocupado, pues durante la mañana estudiaba, durante las tardes trabajaba para obtener dinero para pagar la renta y los víveres que consumía, y durante las noches estudiaba para poder progresar en sus estudios, pero todo eso estaba a punto de cambiar.

    Un día, tras regresar del trabajo, Kevin, quien en aquel entonces tenía 19 años, vio a una mujer parada al lado de la puerta de su departamentos con varias bolsas de supermercado en las manos, y se sorprendió, porque dicha mujer era su madre.

    Marín, la madre de Kevin, era una mujer de 39 años la cual tenía la piel muy bronceada, el pelo negro y corto y, aunque tenía tetas de tamaño normal, poseía una cadera muy amplia, unos muslos muy gruesos y firmes, y un par enorme de nalgas.

    “¡Pero si es mi hijo querido!” exclamó la milf, con alegría.

    “¡Hola, mamá!” exclamó Kevin, contento, mientras abrazaba a Marín “¡No sabes cuánto me alegra verte! ¿Qué te trae por aquí?”

    “¿No es obvio? ¡Vine a hacerle una visita a mi querido hijo, y a hacerle una comida especial para celebrar el reencuentro!”

    “¡Genial!”

    Kevin guio a su madre hasta su apartamento, y luego le abrió la puerta para dejarla pasar.

    “¿Así que este es tu hogar?” pregunto Marín, mientras dejaba las bolsas sobre el mesón de la cocina “¡No está nada mal, aunque le falta el toque femenino!”

    “¿Que vas a cocinar, mamá?” pregunto Kevin, con gran entusiasmo.

    “¡Pastel de carne, tu plato favorito!” exclamó la milf, y luego se dio cuenta de algo “¡Uy, que torpe! Olvide los tomates ¿Serías tan amable de ir a comprar algunos? Es que yo no conozco bien está ciudad”

    “¡Claro, ya regreso!” exclamó Kevin, mientras salía del apartamento.

    En cuanto su hijo se fue, Marín saco un florero de su bolsa, el cual tenía una cámara escondida, y lo coloco sobre la mesa.

    Más tarde, por la noche, madre e hijo cenaron juntos, al tiempo que charlaban.

    “¡Realmente estuvo muy buena la comida, mamá!” exclamó Kevin, mientras se limpiaba la boca “¡Realmente extrañaba tu cocina!”

    “Si tanto la extrañabas ¿Por qué no fuiste a visitarme aunque sea una vez?” pregunto Marín, molesta “¡No he sabido nada de ti desde que te fuiste de casa hace más de un año!”

    “¡Perdón, es qué no he tenido tiempo! He tenido que estudiar y trabajar”

    “¿Y no pudiste, aunque sea, haberme llamado o, por lo menos, enviarme un puto mensaje? ¡La verdad, estoy muy enojada contigo pues, básicamente, me dejaste completamente abandonada, como lo hizo tu padre!”

    “¡Tampoco seas tan melodramática! Todo eso ya no importa, pues ya estamos juntos de nuevo ¿O acaso no me visitaste a visitar porque querías verme?”

    “¡En parte sí fue por eso, pero también vine a buscarte para vengarme de ti por haberme dejado sola durante más de un año!” exclamó Marín, quien rápidamente agarro a su hijo de la nuca, y le dio un beso muy ensalivado y apasionado.

    Kevin trato de despegar su boca de la de su madre, pero está lo tenía bien agarrado, al tiempo que metía su lengua tan adentro de la garganta como podía. Finalmente, la milf soltó a su hijos y este quedó en estado de Shock por lo que le habían hecho

    “¿Pero qué mierda te pasa, mamá?” preguntó el joven, quien tenía una gran erección.

    “Me pasa que, durante mucho tiempo, estuve pensando en que te haría para vengarme de ti, y me di cuenta de que el mejor castigo que te puedo dar es generarte un pequeño trauma abusando sexualmente de ti” exclamó Marín, mientras se sacaba los pantalones, dejando en libertad a su culo gordo “¡Es lo mínimo que se merece un desagradecido como tú!”

    Al percatarse de lo que su madre quería hacer, Kevin intentó huir, pero Marín se abalanzó sobre él, lo derribo, lo agarro de las piernas, y lo arrastró hasta el sofá de la sala.

    Luego, la milf envolvió sus piernas al rededor del cuello de Kevin y, haciendo uso de sus gruesos, gigantescos, y poderosos muslos, empezó a estrangular a su hijo.

    “¡Mama, detente!” exclamó el joven, mientras luchaba en un banco intentó de liberarse “¡Me asfixias!”

    “Pues así es como yo me sentía cuando no sabía nada de ti ¡Sentía que me faltaba el aire!” exclamó la milf, mientras seguía ejerciendo presión sobre el cuello de su hijo “Te dejare respirar si gritas: “¡Soy la putita de mamá!””

    “¡De ninguna manera!” exclamó Kevin pero, al sentir que el aire lo abandonaba, decidió ceder “¡Está bien, tu ganas! ¡Soy la putita de mamá!”

    “¡No creo que estés siendo sincero! ¡Gritarlo como si realmente lo fueras, porque lo eres!”

    “¡Soy la putita de mi mamá!” grito el joven, con todas sus fuerzas, y su madre dejo de estrangularlo.

    Aprovechando que su hijo estaba aletargado por la falta de oxígeno, Marín le agarro la cabeza de este, y aplastó la boca de Kevin contra su coño húmedo y perfectamente depilado.

    “¡Mete tu lengua allí adentro, puta sucia!” ordenó la milf.

    “¡Pero mamá…!”

    “¡No me cuestiones!” exclamó Marín, mientras sale daba un fuerte tirón de orejas a Kevin “¡Las putitas no cuestionan, obedecen sin rechistar!”

    Al no tener más opción, Kevin termina metiendo su lengua dentro del coño de su madre, haciendo que está gimiera.

    “¡Dentro de todo, no puedes quejarte!” exclamó ella, de forma sarcástica, mientras disfrutaba del sexo oral “¡Pese a que has sido un mal hijo, yo igual te prepare una buena cena, y también estás disfrutando de un rico postre! ¿No te parece?”

    “¡No conforme con abusar de mí, encima se burla!” pensó Kevin quien, pese a estar muy excitado, se sentía humillando.

    Tras mucho sexo oral, Marín empujó a Kevin sobre el sofá, y dejó caer violentamente su culo sobre su cara, para luego levantarse, y repetir el mismo movimiento varias beses.

    “¡Mama, detente!” dijo el joven, justo antes de que su cara quedará dentro de las inmensas nalgas de Marín “¡Me plastas!”

    “¡Pues tú aplastaste mi corazón al dejarme sola, así que te la aguantas!” exclamó la milf, y luego restregó su trasero contra la cara de su hijo “¡Ahora, quiero que me comas el culo a besos!”

    “¡No, eso es muy humillante!” exclamó el joven, mientras trataba de sacarse a su madre de encima.

    “¡Pues entonces espero que estés cómodo, porque no me voy a levantar hasta que sienta tu lengua mal agradecida entre dentro de mi culo!” Afirmó la milf, y luego cruzo sus brazos.

    Al percatarse de que no tenía más opciones, Kevin se dio por vencido, y comenzó a chupar el culo de su madre.

    “¡Yo sabía que, como la buena putita que eres, ibas a terminar cediendo!” exclamó la milf, entre gemidos “¡Es tu obligaciones darme placer para compensar todo el daño que me hiciste!”

    Los besos negros que Kevin le dió a Marín fueron tan intensos que, al momento en el que la milf separó su trasero de la boca de su hijo, varios hilos de baba seguían uniendo la lengua del joven al culo de su madre.

    Luego, Marín se puso sobre Kevin, y guío la verga de este hacia su coño.

    “¡Piedad, mamá!” exclamó Kevin, mientras todo su cuerpo temblaba de la excitación “¡Usemos condón por lo menos!”

    “¡A las putitas se las coge sin condón!” dijo la milf, mientras la verga de su hijo penetraba su coño.

    Madre e hijo pegaron un grito de placer al momento de unir sus cuerpos y, una vez superado el gran placer inicial, la milf se empezó a mover con gran violencia, haciendo que la verga de su hijo entrara y saliera de su coño a gran velocidad.

    “¡Vamos, puta sucia, gime para mí!” grito Marín, quien le dio una bofetada a su hijo, y luego lo beso apasionadamente “¡Gime para tu mamita!”

    “¡Dios, el coño de mamá es mil veces mejor que el de las otras chicas con la que he estado, ya que es más húmedo y más apretado!” pensó Kevin, mientras recibía los potentes movimientos de su madre “¿Cómo es posible que este disfrutando el abuso sexual que me está propinando mi propia madre? ¡No puedo caer más bajo!”

    Un rato después, Marín le dio la espalda a su hijo, saco la verga de este de adentro de su coño, y se la metió en el culo.

    “¡Voy a romperte la cadera a puro sentones, sucia puta de mierda!” exclamó la milf mientras ella y su hijo tenían sexo anal “¡Y que no se te ocurra venirte hasta que yo lo haya hecho primero porque, si lo haces, juro que te arrepentirás!”

    “¡Su culo está mucho más apretado que su coño!” pensó Kevin, quien ya babeaba y lloraba de placer “¡No sé cómo voy a hacer para aguantar!”

    Finalmente, tras mucho sexo, madre e hijo tuvieron un orgasmo al unísono, y Marín se desplomó justo al lado de su hijo.

    “¿Quién dice que la venganza te deja vacío por dentro? ¡Yo me siento bien llena y muy satisfecha!” exclamó Marín, mientras sus culo chorreaba semen.

    “¡Eso fue… fue… no tengo palabra para describir lo que sentí!” exclamó Kevin, agotado “¡Pero, por lo menos, ya podré volver a mi vida normal!”

    “¡Sabía que dirías algo así, y es por eso que grave todo lo que hicimos!” exclamó Marín, mientras agarraba el florero que dejó sobre la mesa “¡Sonríe a la cámara!”

    “¿Nos filmaste?” pregunto él joven, sorprendido “¿Pero para qué?”

    “¡Para asegurarme de que no me volverás a abandonar! De ahora en adelante, me tendrás que visitar todos los domingos, para que pasemos tiempo juntos, charlar de lo que hicimos en la semana y, por supuesto, tener sexo salvaje. Si tú no me visitas o no me complaces en la cama, juro que subiré el video de lo que hicimos está noche a internet, y todos sabrán no solo que fuiste dominado sexualmente por tu propia madre sino que, además, lo disfrutaste ¿Fui clara?”

    “¡Si… muy claro!” respondía, preocupado.

    “¡Genial! Bueno, eso es todo, ahora volveré al hotel donde me hospedó, porque mañana regresaré al pueblo” dijo contenta Marín, y beso a su hijo “La verdad, pese a todo, realmente me encantó reunirme contigo, hijo ¡Cuídate, Kevin, nos vemos la semana que viene!”

    En cuanto su madre se fue del departamento, Kevin se fue hasta su cuarto y se acostó en la cama para pensar en todo lo que le había pasado, sin estar seguro si debía considerar la “venganza” de su madre como un castigo o como un premio.

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  • Mi joven esposa (1): Don José, mi vecino de 55 años

    Mi joven esposa (1): Don José, mi vecino de 55 años

    Yes y yo nos casamos un abril, nos mudamos a mi departamento situado en la localidad en la que había vivido desde que era un niño, si bien mis padres hace mucho que se habían cambiado de ciudad, por mis amistades, proyectos y planes en pareja (que terminaron fracasando), yo había decidido continuar ahí. Tenía algunos familiares cercanos, pero más que nada, los vecinos eran los de toda la vida, aunque muchos de ellos con los que crecí, no habían terminado en buenos pasos, tampoco le daba importancia.

    Yes se adaptó pronto al cambio, es una mujer alegre, valiente, carismática, por lo que fue bien recibida en el barrio y por mi familia. Nuestra vida diaria se fue haciendo rutinaria, mas no aburrida, todos los días salíamos a trabajar, regresábamos, preparábamos algo para la cena e íbamos a la cama, como recién casados el sexo era una constante, no habíamos perdido ni el apetito ni mucho menos la imaginación.

    Cada día me sorprendía más Yes, le gustaba jugar conmigo, inventábamos juegos en la cama, pero también cuando estábamos afuera, coqueteaba y me buscaba dar celos, tenía muchas amistades adquiridas con los años, yo jamás le prohibí seguirles hablando o visitarlos de vez en cuando, así que ocupaba un amigo u otro amigo para picarme. Si bien no me molestaba, si conseguía su objetivo, en la cama la aleccionaba por ser una niña mala, le gustaba ese tipo de juego.

    Una ocasión que salimos de fiesta, pasamos la noche de lo más normal como pareja, al hacerse algo tarde y estar en estado inconveniente, decidimos pedir un carro de plataforma, la persona que nos recogió era un chico entre un hombre entre los 35 y 40 años aproximadamente, en el camino nos vino haciendo la plática, bueno, en realidad hablo más con Yes que conmigo, ella hizo todo lo posible por desaparecerme de la conversación y cuando yo intentaba intervenir, rápido conseguía llamar de nuevo su atención.

    Se aseguro de que el chico no supiera que éramos pareja, le preguntaba sobre sus aventuras como chofer, sobre todo esas nocturnas, él en efecto había tenido algunas experiencias, las platicaba con total tranquilidad, sin segundas intenciones, pero Yes era coqueta y terminó dándole insinuaciones, como si quisiera que el chico se fijara en ella.

    Así fue como el chico se puso nervioso, no le habíamos dado indicios de que fuéramos algo, pero supongo que aún dudaba, siguiendo el juego de Ye yo no hice nada por cortarlos, como si solo fuera su amigo y pasara de lo que estaban hablando. El con más confianza le platico sobre una pareja, la cual había tenido la oportunidad de realizar viaje con ambos por separado, ellos mismos le habían confesado, desde la perspectiva de cada uno, una infidelidad.

    Primero contó que la mujer de esta pareja había realizado un viaje con él, habían conversado y se agradaron, le dijo que era soltera y le dio su número, tiempo después esto dio una oportunidad de que se conocieran y llegaran a intimar, tiempo después le dio un servicio al hombre, él le había platicado que sospechaba que su pareja lo engañaba y conforme le dio más detalles, cayó en cuenta que hablaba de la chica con la que había salido.

    No le dijo más al chico, terminó su viaje y continuó su labor normal, poco después, de nuevo viajó con la chica y aunque dudaba en decírselo, le terminó preguntando si era verdad que no tenía pareja, ella se lo confirmo, no tenía pareja, en ese momento le entró una llamada, ella contestó y resultó ser su pareja, ahí mismo en el taxi ella discutió con él, y le negó estar viéndose a escondidas con alguien, al finalizar la llamada se quedó callada, terminó confesando que si tenía pareja y que lo que había ocurrido entre ellos era solo una calentura, si él no decía nada lo podían dejar tal como está.

    El chico del taxi acepto, pues igual él no debía nada ni quería problemas, otros días más tarde volvió a coincidir con el chico, no le platicó nada, pero sintió pena por él, sabia que ella lo estaba engañando y el mismo había sido uno de los chicos con los que tuvo sexo.

    Este relato mantuvo a Yes muy entretenida, tanto que ya estábamos por llegar a nuestro departamento, el chico del taxi ya estaba muy nervioso por la forma en que ella lo trataba, pero finalmente llegamos y descendimos de la unidad. Cuando el chico arrancó, Yes me dijo que algo se le había olvidado dentro del vehículo, le hizo señas desde donde estaba y el taxi se detuvo, camino hacia allá, cruzó palabras con el chico y de nuevo se subió al taxi, estuvo unos instantes buscando lo que supuestamente se le perdió, yo solo la esperaba desde la entrada, poco después descendió de nuevo, regreso conmigo y me dijo que se había equivocado, no había dejado nada en el auto, todo esto con una sonrisa pícara.

    Entramos al departamento y ahí mismo la tomé de la cintura y la subí a la mesa, la besé con gran intensidad, ella me mordió los labios, señal de ella cuando está muy excitada.

    K: te gusto jugar con el taxista

    Y: si, mucho

    K: lo pusiste muy nervioso

    Y: si lo note

    K: no te importo que yo estuviera ahí

    Y: si me importo, solo quería hacerte enojar

    K: mira lo que conseguiste

    Lleve su mano a mi paquete, ella lo acarició por encima del pantalón

    Y: veo que estas excitado

    K: tú tienes la culpa

    Y: ¿yo o el taxista?

    K: tú, él ni siquiera tuvo el valor de dar un paso

    Y: quizás es porque estabas tú

    K: si quieres me voy

    Y: está bien, al fin que me dio su tarjeta

    En efecto, le había dado una tarjeta de otro negocio de imprenta que tenía, en realidad era su teléfono celular disfrazado, al final ella si le había podido sacar algo, esto me puso a mil y la levanté de nuevo, la lleve a la recamara y la arroje a la cama, me desnude e hice lo mismo con ella, sin piedad me introduje en ella, no había necesidad de un preámbulo, Yes ya se encontraba totalmente húmeda y su orgasmo llego rápido. Tras finalizar la sesión de sexo, le pregunte:

    K: ¿Qué fue eso?

    Y: ¿qué?

    1. pedirle su tarjeta

    Y: él me la dio, yo no se la pedí

    K: ¿en serio estás interesada en él?

    Y: ¿qué?, ¿quieres hacer un trío? Jaja

    K: bueno no, aunque tampoco es que me de miedo

    Y: vaya, que abierto me saliste

    K: no se si abierto, pero al menos no temo experimentar

    Y: ya para, solo fue un juego

    Así se quedaron las cosas, para Yes solo había sido uno de sus juegos, un esfuerzo para ponerme celosos y sacar a ese animal en mí, pero para mí, había sido despertar ese monstruo oculto que creía haber superado, la idea de saber que mi esposa pudiera tener sexo con otra persona me empezó a abordar la cabeza y esa idea me causo excitación. Pese a encontrarme con ese deseo nuevamente, esta ocasión fui precavido, decidí no tocar el tema, en este caso Yes era mi esposa, no es que decirle algo como eso fuera fácil, pese a lo atrevida y coqueta que era, no me aseguraba que en realidad pudiera aceptar algo así, una propuesta de esa magnitud puede terminar con un matrimonio.

    Pasamos el tiempo con normalidad, por algunas situaciones Yes tuvo que cambiar de trabajo, por lo que nuestros horarios ya no coincidían en la mañana, ella salía un poco más tarde, por lo que se tendría que ir sola, fue poco tiempo hasta que me contó sobre un señor que la había estado acercando a su trabajo.

    Y: ¿conoces a un tal José?

    K: ni idea, de donde lo conoces

    Y: es un vecino, tiene una camioneta blanca

    K: oh ya, un moreno cincuentón

    Y: si, supongo que en esas anda

    K: si lo conozco, es uno de los más grandes que se juntan en la calle a beber y ese tipo de cosas

    Y: si se ve de cuidado

    K: ¿por qué?, ¿te ha dicho algo malo?

    Y: no, solo es que…

    K: ¿qué?

    Y: Me ha estado llevando durante las mañanas

    K: ¿hasta tu trabajo?

    Y: bueno no, solo me acerca

    K: ¿todas las mañanas?

    Y: al principio no, pero últimamente sí

    El tema quedó ahí, solo lo vi como una curiosidad, más no pensé que fuera a escalar, la confianza que tenemos es mucha y la comunicación también, cada tanto me platicaba sobre lo que conversaba con don José, cosas inocentes, trabajo, familia, él le platicaba sobre su juventud y ella sobre su vida y nuestro reciente matrimonio, don José le menciono que me conocía desde niño, pues yo me juntaba con sus hijos a jugar futbol, también le mencionó sobre las parejas que había tenido y que ellos habían visto entrar a mi departamento.

    Nada de eso era nuevo para Yes, ya conocía mi pasado y a las personas con las que había salido en el trabajo, pues había coincido en su estancia con Lau y Ani, aunque no se lo mencione a ella, las intenciones de don José me eran evidentes, clavar una aguja de duda en Yes, con esto en mente y mis experiencias previas, lo lógico era no darle oportunidad a don José de continuar con su plan, pero por algo estos relatos tratan de mis cuernos, así que como en todas las anteriores ocasiones, don José entró a las fantasías de pareja en la cama.

    Si bien, Yes era muy caliente y le gustaban este tipo de juegos, debo reconocer que en esta ocasión sus reacciones eran muy intensas, talvez por que tenia guardadas esas ganas por todas las mañanas en que estuvo en la camioneta con él o porque era una persona relativamente cercana, el asunto es que sus orgasmos eran muy intensos al terminar, de alguna manera esto me perturbaba, pero me excitaba a la vez.

    El juego siguió por la mañana, yo mismo la incite a que saliera en una hora diferente, para ver si don José realmente la esperaba para salir o solo era una coincidencia, cuando al fin salió, una hora después, en efecto, la camioneta de don José se arrancó detrás de ella y la alcanzó, desde la ventana solo pude ver como se acerco a Yes, se dirigieron unas palabras y ella terminó subiendo, tomaron el camino y desaparecieron de mi vista.

    Yo me dirigí a mi trabajo intentando seguir mi rutina normal, sin embargo, tenía la mente llena de pensamientos que no me dejaban concentrarme, me inquietaba un poco la situación, no solo era que tuviéramos un juego entre ella y yo, donde le permitía coquetear con otros, también reconocía como hombre, que las intenciones de don José eran claras, llevarse a la cama a Yes. Por si no fuera poco, él no era como los amigos de ella, le conocía desde que era pequeño y sabía perfectamente el tipo de hombre que era, sobre todo en su juventud, mi esposa era una niña inocente ante un lobo voraz.

    El día se me hizo eterno, pero al fin llegó la noche y la hora de reencontrarnos, nos saludamos normal, compramos algunas cosas y nos dirigimos a casa, cocinamos como todas las noches y cenamos juntos, en la conversación solo hubo cosas habituales de la rutina y el trabajo, como si lo demás no interesara, cuando llegó la hora de acostarse parecía que todo terminaría así, pero no, Yes se desnudo y me mostro su cuerpo cubierto por un conjunto verde agua, el cual estoy seguro no se puso esa misma noche, “lo tendría desde la mañana” pensé, la acaricie y al llegara a su vagina lo note, estaba super húmeda, todo el día había estado aguantándose las ganas, ¿o había algo más?, la duda me pudo y tuve que preguntar, a la vez que la masturbaba para estimularla.

    K: ¿Qué ocurrió hoy?

    Y: tenías razón, me espera a propósito

    K: claro, es obvio, pero cuéntame, ¿pasó algo?

    Y: si y no

    K: vamos, no me hagas sufrir

    Y: se me acercó como de costumbre y me invitó a subir, yo acepté con normalidad. En el camino me platico que tenia que ir a hacer un trabajo, pero que le daba pereza y me pregunto si yo me había ido de pinta cuando era joven

    K: vaya ¿y si lo hiciste en tu juventud?

    Y: no, nunca

    K: y se lo dijiste

    Y: si, por qué habría de mentirle

    K: para que no parezcas tan inocente, ¿y después?

    Y: ¡ya sabes!

    1. ¿te dijo que se fueran de pinta?

    Aquí tuvo un orgasmo

    Y: Siii

    K: ¿te fuiste con él?

    Y: le pregunté a dónde iríamos, me dijo que a un lugar tranquilo, donde pudiéramos conversar

    K: claro, conversar

    Y: yo le dije, “¿algo así como un parque o una plaza?”

    K: ¿y que contestó?

    Y: me dijo que no, algo más tranquilo y silencioso

    K: ¿A dónde?

    Y: me dijo que… a un motel

    Llego otro orgasmo más intenso, no me permitió preguntar más, me retiro y se montó encima, sacó mi miembro y se lo introdujo, se movía con ansias, era evidente la calentura que traía, pero yo no pensaba dejar pasara el momento

    K: ¿te fuiste al motel con él?

    Y: lo pensé, pero al final no lo hice, me dio miedo

    K: era una muy buena oportunidad

    Y: no lo sé, una cosa es la fantasía, pero que tal si te enojas conmigo si lo hago

    K: te aseguro que no me molestaría contigo

    Y: aun así, no me sentí segura

    K: ¿y ya no insistió?

    Y: no, ya estábamos donde siempre me deja, pero antes de salir me dijo algo

    K: ¿Qué cosa?

    Y: me pregunto que no le dijera nada de lo que hablamos a una tal Guadalupe, que no quería problemas

    K: Oh ya

    Y: ¿quién es esa?

    K: una tía mía

    Y: ¿y que, es su novia o algo?

    K: no, es su hermana

    Yes se sacó de onda por un momento, pero después intensifico sus movimientos, había caído en cuenta, entonces, don José era de la familia, “mi tío”, eso la prendió y la hizo terminar en un gran orgasmo, al finalizar, me pidió que le aclarar quién era don José, y así lo hice.

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  • Filmo a mi esposa masturbándose para su amigo y su amiga

    Filmo a mi esposa masturbándose para su amigo y su amiga

    Era ya de madrugada cuando mi mujer volvió de fiesta.

    -¿Qué tal con Cristina?

    -¡Ufff! Genial. Nos hemos puesto al día de nuestras cosas, me ha hablado de sus hijos y de su marido, al que ya no aguanta. Y luego hemos follado como nunca. ¿Sabes? Me encanta comerle las tetas con esa medallita de la virgen que cuelga entre ellas.

    Imaginé la escena y me volví a empalmar.

    -¿Y tú, cariño?

    -Nada comparable a lo tuyo. Les he ofrecido un pequeño espectáculo a los vecinos. Mira, disimula, que aún siguen allí. No duermen nunca jajaja…

    Nos besamos riendo. En su piel aún permanecía el olor de un perfume que no era el suyo.

    Para no ser menos que yo, se fue desnudando en el salón. Previamente había encendido las luces que yo había apagado. Otro cigarrillo prendió en la ventana de enfrente pero me dio la sensación de que ahora la mujer estaba sola. Tendría insomnio.

    -¡Oye, tú! Que no llevas bragas…

    -Pues no, se las regalé a mi amiga. Le hacía gracia ponérselas.

    -Guarrillas…

    En ese momento sonó un mensaje entrante en su móvil.

    -¿Es de Cristina?

    -A ver…. No, es de mi compañero. Me ha enviado una foto para desearme buenas noches-me dijo mostrándomela.

    Y allí estaba él, exhibiéndose.

    -Ha sido bastante discreto. ¿Qué tal si le envías una tuya, pero más…? ya sabes… Ven, túmbate en el sofá, que aún tenemos una espectadora.

    -Eres lo que no hay. Vale… ¿Y qué hacemos?

    -No, no. Te lo vas a hacer tú sola… Yo me encargo de las fotos.

    -Tócate como si él te estuviera mirando.

    Alicia suspiró y, de cara la ventana, tumbada en el sofá con las piernas separadas, empezó a tocarse los pechos con la vista puesta en el objetivo del móvil. Enfoqué bien y fui captando sus movimientos.

    Primero unas fotos, luego activé el vídeo. Antes de empezar le había pedido que, cuando se estuviera masturbando, dijera bien claro el nombre de su amigo. Y así lo hizo cuando, ya muy mojada, se acariciaba el clítoris. La humedad ya era evidente en la tela del sofá. Cuando se arqueaba, sus nalgas se hacían visibles. Entre gemidos, pronunciaba su nombre y también palabras obscenas. Con la mano libre, se retorcía los pezones y apretaba sus pechos como si una lengua que no fuera la mía los estuviera lamiendo.

    Antes de grabarla, yo ya le había enviado algunas fotos a su compañero y él había respondido con otras suyas. Estaba cachondo, obviamente.

    Pero Alicia improvisó y, con un gesto de la mano, me invitó a acercarme.

    Filmé en primer plano el momento en que empezaba a hacerme una felación y cómo seguidamente recorría y engullía mi miembro.

    Era consciente de que la vecina permanecía en su ventana y la imaginé dándose placer.

    Mi mujer ya había experimentado algunos orgasmos cuando yo no pude aguantar más y me corrí en su cara.

    Tras ello, se derrumbó derrotada y feliz, momento que aproveché para enviar el vídeo.

    -Déjamelo ver, cariño -me pidió.

    ‐¿Te gusta? ¿Qué haces?

    -Lo estoy editando. Borro los momentos en que digo su nombre.

    -¿Y por qué?

    -Porque se lo voy a pasar a Cristina -respondió con un guiño.

    Me lamí los labios, le di la vuelta y, con su cabeza apoyada en el respaldo, me la follé.

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  • Un viejo verde y yo sola en la piscina (6)

    Un viejo verde y yo sola en la piscina (6)

    Me despierto al lado de mi vecino. Otra vez los ronquidos naciendo de su prominente barriga y llenando el espacio. Me sorprende que me haya quedado dormida… bueno, tantas emociones, es normal…

    Pienso en Pablo. Mucho más atractivo, educado, atento… Y sin embargo, ayer dejé que este hombre se corriera dentro de mí mientras hablaba por teléfono con él… ¿cómo pude hacerlo?

    Comienzo a rememorar lo ocurrido la noche anterior y, en realidad, me cuesta poco entenderlo. Llevo encadenando un orgasmo brutal tras otro con esta aproximación a ser humano que tengo como vecino. Vivo en un estado de deliciosa excitación permanente en el que me siento plena. Feliz. Tengo que pensar en esto, tengo que discernir cómo afecta esto a mi vida, a mi matrimonio.

    Justo en ese momento se despierta mi amante y tengo que dejar de pensar. Trato de aprovechar los pocos momentos que me regala totalmente sobrio.

    En cuanto abre los ojos le doy un beso.

    -Buenos días, vecino.

    -Mmm, buenos días. Joder, niña, me tienes agotado. No hacía tanto ejercicio desde… jajaja. Creo que no he hecho tanto ejercicio en mi puta vida.

    Le sonrío.

    -A cambio, yo tengo el coño irritado. Así que estamos los dos para el arrastre.

    -¿Ah sí? Vamos a ver.

    Y lleva su mano a mi sexo y comienza a acariciarlo.

    Cuarto de hora después mi vecino se levanta con los dedos empapados después de lograr que me deshiciera de nuevo entre ellos. Tengo aún su saliva en mis pechos y los pezones irritados.

    -Joder vecina, así da gusto despertarse, jajaja. Venga levanta y prepárame el desayuno.

    Por supuesto no solo sirvo el desayuno, sino que además me siento sobre él para que me pueda meter mano mientras se alimenta. Nunca pensé que pudiera acabar un desayuno con un copazo, pero le acompaño con el primero de los dos que se toma él para ponerse a tono. Cuando termina me dice.

    -Ahora después de desayunar follaremos, comeremos, follaremos y dormiremos la siesta. Esta tarde vienen mis amigos a jugar a las cartas y tenemos que estar descansados.

    Y todo fue según el guion que me dijo en un par de frases. Con algún cambio, porque yo, para recibirlos, además me di una ducha.

    Escondida en la cocina oigo las voces de los amigos al pasar. Comienzan a intercambiar saludos soeces y pronto los oigo pasar al salón. Entonces mi vecino toma la palabra.

    -Bueno, Rubén, espero que hayas traído hoy pasta fresca que voy a desplumarte. Pero, ¿qué coño haces mirando por la ventana?

    -Pues lo del mes pasado, ¿no te jode? A ver si está tu vecina la flaca tomando el sol en bikini.

    -Jajaja. Pero si no está tan buena, hombre, apenas tiene tetas, jajaja. -Responde mi vecino.

    Oigo al muy cabrón hablar así de mí y… aflora una sonrisa a mi rostro.

    -Ya, pero tiene un culillo y unas patas que vamos… ¿cómo se llamaba la jodía?

    -Silvia, se llama Silvia. Siento decirte que no está en la piscina.

    -¿Está de vacaciones?

    -No, qué va. Está en casa. Le pedí que me ayudara hoy a organizar la partida de hoy.

    -No jodas, cabrón… ¿va a venir aquí?

    -Sí, claro, ya te he dicho que le comenté que teníamos partida y, como no tengo mujer, se ofreció a servirnos las bebidas y a prepararnos algo.

    Se crea un largo silencio. El comentario machista me mata, pero no puedo dejar de sonreír.

    -Venga tío, estás de coña… ¿que va a venir esa jamelga a ponernos las birras? ¡venga!

    -¿Qué? jajaja ¿Te gustaría no? Jajaja. -Contesta mi vecino.

    -Qué cabrón, -dice su amigo-por un momento pensé que iba a tener su culo aquí meneándose mientras le pedía otra cerveza.

    -Jajaja. Lo imagino, lo imagino. ¡Silvia! -grita de pronto-tráenos ya las cervezas, guapa.

    En ese momento aparezco con mi microvestido ajustado y mis tacones llevando la bandeja llena de latas de cerveza. El momento es bestial. Todos se me quedan mirando abobados con la boca abierta. Yo dejo de mirar sus caras de pura vergüenza y excitación.

    -Buenas tardes, señores.

    Y dejo las latas en la mesa. Después voy de nuevo a la cocina roja de vergüenza.

    Ahora hablan en voz baja, aunque los oigo de todas maneras.

    -¿Pero qué coño has hecho cabronazo? ¿Cómo es posible que…?

    -Jajaja. -Oigo reír a mi vecino. -Teníais que haber visto vuestra cara cuando ha aparecido, jajaja. Nada, ya te he dicho que se ofreció a servirnos mientras jugábamos la partida.

    -Pero… joder, si iba medio en pelotas. Que no llevaba sujetador, que se le notaban los pezones…

    Me miro el pecho y, efectivamente, los pezones están marcadísimos por la excitación.

    -Sí, bueno, eso se lo pedí yo. Le dije que mis amigos pensaban que era muy atractiva y le pedí que se pusiera algo sexy para servirnos. O ¿cómo le dije?, ¡Silvia!

    Vuelvo a salir al salón y me quedo mirándole.

    -Silvia, cuéntame que no me acuerdo. ¿Qué te dije que te pusieras para servir a mis amigos?

    -Me dijo que a sus amigos les gustaría que me vistiera de putilla, vecino.

    -Eso es, jajaja. Te dije de putilla, eso es…

    -¿No está bien así vecino? ¿Debo ponerme algo diferente?

    -De momento no, preciosa. Sólo una duda. El amigo Pedro piensa que no llevas sujetador y que se te marcan demasiado los pezones, ¿es eso cierto? ¿no llevas?

    Yo miro hacia el suelo.

    -Vecino, como usted dijo “de putilla”, pensé que… Pero no quiero incomodarlos…

    Mi vecino se ríe sonoramente.

    -A ver Pedro, fíjate bien, ¿tú prefieres que se ponga un sujetador o que siga marcando pezones?

    -Joder, por mí así está bien, jajaja. Y mejor aún si se quiere poner en tetas, jajaja

    Mi vecino me mira seriamente. Bueno, eso podemos arreglarlo…

    Se levanta y se acerca a mí, seriamente. No admite réplica. Yo permanezco quieta mientras él comienza a deslizar los tirantes hacia mis codos. Ni siquiera protesto. En realidad, me estoy excitando solo de pensar que va a mostrarme en tetas a sus amigos.

    Siento la tela del vestido avanzar perezosamente, escalando mis pequeños montes por la ladera menos escarpada. Al llegar a la cima, veo aparecer el pezón rosado e, inmediatamente, miro a Pedro que observa hipnotizado mi pezón. Mi vestido sigue bajando hasta que mis dos pechos quedan completamente al descubierto.

    ¿Veis? Ya os lo dije. Apenas tiene tetas, jajaja.

    Nos quedamos todos en silencio durante un minuto. Sus amigos mirando fijamente mis pechos desnudos, yo avergonzada y excitada a partes iguales. Y mi vecino, supongo, disfrutando del status adquirido entre sus amigos y satisfecho de comprobar que mi sumisión era total. De nuevo es él quien rompe el silencio, señalándome a uno de sus compadres.

    -Silvia, mi amigo Rubén piensa que tienes un culo muy interesante.

    Yo miro a su amigo.

    -Muchas gracias, señor.

    De nuevo un silencio. Mi vecino, esta vez no tiene que decirme nada.

    Desabrocho la cremallera y bajo completamente mi vestido hasta quedar en tanga y tacones frente a los tres extraños. Me doy media vuelta para que Rubén pueda ver mi culo con tranquilidad.

    Mi vecino se levanta y de un empujón, me coloca con las tetas apoyadas en la mesa en la que están jugando. Sin mediar palabra, pega un tirón y rompe el tanga dejándome completamente en cueros y allí, delante de sus tres amigos comienza a follarme.

    Nadie habla. Sus amigos observan atónitos, mi vecino bombea sin cesar y yo… yo me limito a gemir en cuanto su ritmo agita mi interior. Así seguimos por unos minutos, quién sabe cuántos, hasta que se cansa de la postura y me hace tumbarme en la mesa boca arriba, con mi trasero justo en el límite, y vuelve a atravesarme sin piedad, sólo que ahora agarrando mis pechos para ayudarse a empujar.

    Yo siento su rabo deslizarse por mi interior y las miradas de sus vecinos por mi cuerpo. Y llega el orgasmo. Ahí, sin intimidad alguna, rodeada de extraños. Llega el orgasmo a tiempo, antes de que mi vecino explote, para que quede constancia frente a su parroquia de que él cumple con las mujeres, que las hace gozar. Y una vez logrado su objetivo, se vacía dentro de mí.

    Sus amigotes lo miran con veneración mientras lanza sus últimos gruñidos. Se queda un rato dentro de mí. Mira a sus amigos sonriendo. Finalmente sentencia.

    -Creo que tengo que ir a cagar.

    Y sale de mí. Dejándome tirada en la mesa con sus amigos. Chorreando semen de mi sexo. Yo trato de respirar, de recomponerme. Quieta sobre la mesa. Pero pasa lo que tiene que pasar. Lo que mi vecino sabe que pasaría: Pedro, tímidamente comienza a acariciar mi brazo. Yo sé que es lo que él quiere, así que no hago nada mientras él, viendo mi permisividad, avanza su mano por mi brazo hasta la parte superior de mi pecho. Sigo quieta y él interpreta que tiene vía libre, de modo que el viejo rufián abarca mi seno con su manaza y lo aprieta para después jugar con mi pezón.

    Otro de sus amigos, el que ni siquiera me presentó, ocupa el otro pecho. Yo los miro mientras me tocan… y me encanta. El que queda, Rubén, se levanta y comienza a bajarse la cremallera.

    -Compadre.

    Oigo una voz en el pasillo. Mi vecino avanza sonriendo.

    -Se puede tocar, pero no te pases.

    No sé cuánto durarán habitualmente sus partidas de cartas, pero no creo que fueran más largas que el rato que continúan magreándome. Al menos yo pierdo la noción del tiempo. Tres bocas y seis manos en mi cuerpo son las culpables. La excitación que apareció cuando mi vecino me puso en tetas para ellos se quedó corta comparado con lo siento cuando dos de ellos chupan a la vez mis pezones mientras me acarician. No creo que pueda describir el torbellino de sensaciones que me invade.

    Finalmente mi vecino, excitado tanto o más que yo, vuelve a follarme mientras sus amigos se resisten a dejar de abusar de mi cuerpo. Sentir su aparato deslizándose dentro de mí, mientras el resto del geriátrico me toca y me come es brutal. Y el resultado es el orgasmo más salvaje que he sentido hasta el momento. Esta vez, tras eyacular, se queda en mi interior y les dice a sus amigos que se larguen.

    Nos quedamos los dos solos. Él aún dentro de mí.

    -Has estado excepcional, Silvia.

    Yo no soy capaz ni de hablar.

    -Buuuf, tenía mis dudas de que fueras capaz de hacerlo. Ya sabes que a los hombres, de nada nos vale tirarnos a una tía si no podemos contarlo a los amigos. Y si lo contara, no creo que lo hubieran creído, jajaja.

    Yo sigo callada.

    -Joder, si hasta cuando Rubén se bajo la cremallera te quedaste quieta… ¿querías follártelo o qué? jajaja

    -Vecino, no sabía qué hacer, la situación me superó… ha sido… desbordante… no podía ni pensar.

    Él sale finalmente de mi interior y me da un beso.

    -En determinados momentos, querida, pensar no es lo que hay que hacer.

    Se bebe la cerveza y se va de nuevo al baño. Como la vez anterior, yo me quedo quieta. Tratando de entender qué pasa conmigo. Me doy cuenta de que, pese a su apariencia, sus palabras siempre dan en el clavo “En determinados momentos, querida, pensar no es lo que hay que hacer”. Qué demonios. Lleva razón. Para cuando sale del baño ya estoy convencida de que la tarde ha sido maravillosa. Que los orgasmos vividos han sido demoledores y que, lejos de ser humillante lo vivido, ha sido, sobre todo excitante. Mi vecino se da cuenta de mi ánimo y abre una botella de whisky mientras me dice que vamos a cenar. Yo, por supuesto, en pelotas.

    No bebo mucho, de modo que a la segunda copa estoy mareada y cuando acabamos de cenar, me quedo dormida en el sofá sintiendo sus manos en mis pechos. La luz machaca mi cabeza. Se clava como agujas en mi cerebro embotado. Me duele la espalda y estoy agobiada. Con esfuerzo abro los ojos. Estoy desnuda en el sofá del salón y tengo a mi vecino, dormido, apoyando su pesado cuerpo sobre mí. Apestando a whisky…joder supongo que yo también… ¿en qué me estoy convirtiendo?

    De nuevo sus palabras: “En determinados momentos, querida, pensar no es lo que hay que hacer”. Inmediatamente sonrío recordando la fiesta de la tarde anterior. Estoy viviendo el sexo de una manera maravillosa. Brutal. Exagerada tal vez, pero intensa. Creo que se merece que lo despierte con una mamada…

    Durante los siguientes días apenas salimos de casa. Mi vecino quiere que beba con él. Y bebemos. Mucho más de lo que estoy acostumbrada. Y follamos. Descubro lo delicioso que es abrir mis piernas cada vez que él me lo dice. Tener mi cuerpo siempre a su disposición… Es maravilloso.

    Finalmente llega el día en que mi marido va a volver a casa. Mi vecino me dice que no queda ginebra. Que va a comprar más. Mientras tanto, vuelve a esa infinita bolsa de cosas que compró el primer día y saca un microshort vaquero, una camisa de cuadros, un sujetador negro y unas botas de cowboy.

    -Dúchate y ponte eso. Siempre he querido follarme a una vaquera, jajaja. Ah, y no se te ocurra abrocharte el escote. Uf, con este modelito te vas a enterar lo que te voy a hacer.

    Miro la ropa y pienso “más que una vaquera, voy a parecer una autentica puta del oeste americano”. Pero sonrío, porque en realidad estoy deseando vestirme para él. Me ducho, me maquillo, me perfumo tratando de alejar de mi cabeza que hoy llegará mi marido. Que todo volverá a ser como antes… Pasan por mi cabeza todos los polvos que hemos echado, todas las cosas vividas y no me puedo creer que haya sido capaz de hacer todo lo que he hecho… y más aún, lo que he disfrutado haciéndolo.

    Espero a oír la puerta y entonces me acerco despacito por el pasillo. Su boca se abre cuando aparezco en su campo de visión.

    -¡Joder!, ¡estás impresionante! -Dice justo antes de dar un trago a morro la botella.

    -¿Esto era lo que querías no?-Respondo acercándome a él y, tras agarrar la botella, doy un trago también.

    -Sí, esto era.

    Siento un intenso cachete en el culo y luego lo aprieta bien fuerte. Después me quieta la botella. Da otro trago y después vierte lo que queda sobre mi escote para lamerlo. Desde el cuello a mis tetas.

    -te voy a destrozar como nadie te ha follado zorra.

    -si vecino, fóllame, fóllame, lo estoy deseando. -Contesto casi con tristeza, sabiendo que se está agotando el tiempo.

    Eso es lo que mi vecino quería oír. Me empuja contra el sofá y, de un tirón rasga la camisa y luego el sujetador. Yo me voy quitando el pantalón y las bragas, pero no me deja quitarme las botas.

    Poco después tengo su cabeza entre mis piernas y yo gimiendo ante sus lamidas, pensando lo que voy a echar de menos esto. Y también echaré de menos ver cómo se incorpora y me la mete. Y me taladra fuertemente. Echaré de menos ver su cuerpo gordo y viejo moverse para bombearme una y otra vez. Ver sus manos agarrar mis muslos, ver su cara acercarse con la boca abierta para meter su lengua entre mis labios.

    Así que trato de disfrutarlo y guardarlo en mi memoria.

    -Ahora me vas a cabalgar como una cowboy.

    De modo que esa era su fantasía. Mi vecino se sienta en el sofá, yo me pongo a horcajadas sobre él y me la meto fácilmente. Comienzo a cabalgar como me ordenó.

    -Vamos, zorra, solo sabes hacer esto. -Me grita. -Al galope yegua, que quiero llegar a mi destino ya.

    Sólo sé hacer eso, me dice el muy cabrón…Yo sonrío y continúo. Subiendo y bajando. Se ve que le excita cómo se mueven mis tetas mientras le monto porque su boca se lanza a por ellas y, mientras sigo mi cabalgada, él las chupa y muerde los pezones.

    Mi móvil comienza a sonar. Mi vecino se separa de mis tetas y lo mira.

    -Pablo dice que te quería dar una sorpresa y que está en casa, jajaja, o sea que detrás de mi pared está el cornudo de tu marido. Y casi gritando suelta “ohhh como follas zorra”.

    Saber que Pablo está a unos metros me mata. Aumento el ritmo. Gimo fuerte, jadeo.

    Otro whatsapp.

    -Éste sí que es bueno, jajaja. “joder cariño el asqueroso de nuestro vecino está follándose a alguien, será una puta desesperada que ha contratado”. Jajaja.

    Eso es demasiado para mí y, entre gritos, termino de correrme. Sin preocuparme porque Pablo me reconozca porque, con él, nunca he gritado así. Mi vecino se ríe con el whatsapp, supongo que imaginando a Pablo viendo la tele mientras él se folla a su mujer. Una sonora carcajada que pronto muere porque la situación también es excitante para él. Tanto como para lograr que termine muy pronto y se vacíe sobre mí.

    Terminamos agotados y voy tomando conciencia del peligro de lo que está ocurriendo. Me levanto, me doy una ducha rápida, me lavo los dientes y me visto.

    “Vaya, qué sorpresa, he ido a comprar el pan y estaba aquí de charla con una vecina” escribo en el whatsapp.

    Antes de salir lo miro.

    -Esto se ha acabado a partir de ahora se vuelve a la rutina. -le digo.

    -De acuerdo puta. -Contesta riendo, -pero ya sabes… si necesitas lo que no te da tu marido, ya sabes dónde estoy jajaja.

    Pero a pesar de lo dicho sé que no se ha acabado… sé que no podré dejar de tener esos polvazos. Sobre todo cuando, tras despedirnos, tomo sus manos y las pongo en mis pechos, que agarra con fuerza. Abro la puerta sin hacer ruido y rápido voy a las escaleras a comprar el pan. Cinco minutos después estoy en casa con mi marido. Hago como que me hace ilusión verlo medio día antes, cuando, en realidad, maldigo su “sorpresa”.

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  • Mi inicio

    Mi inicio

    Hola, me presento mi nombre de chica es Gina, desde pequeña me identifique con lo femenino, en mis gustos, pero siempre en secreto por mi educación tradicionalista, a los 11 empecé a probarme ropa de chica, de mis hermanas, siempre con mucho cuidado de que no me descubrieran, así llegue y pase por la secundaria y la preparatoria, nunca mis modales delataron mis gustos.

    Cuando iba a ingresar a la universidad, tuve que marcharme de mi pueblito, un tío me había facilitado una pequeña casa que no usaba a cambio de que mantuviera limpio y pagara los recibos de los servicios, partí con mis pertenencias y un montón de ilusiones, en una de mis maletas llevaba uno de mis más grandes tesoros, mi ropita de nena, zapatilla y lencería, llegue haciendo limpieza.

    Quince días antes de entrar a clase para instalarme bien, lo primero, me pinte las uñas de mis piecitos, me depile todita y empecé a ordenar todo a pintar la casa por dentro, acordar muebles, lavar las sábanas y cortinas, así empezó mi rutina me levantaba temprano, salía a correr, y llegando me bañaba y desayunaba para empezar con los quehaceres de la casa.

    Desde el primer día que salí a correr, vi que un vecino, también salía a hacer ejercicio a esa hora y como no conocía la colonia decidí, seguirlo para no perderme, al segundo día al llegar a donde nos regresábamos se detuvo me saludo y se presentó, se llamaba Daniel, tenía 45 años, y salía a correr a diario, me dijo que ya tenía entonces con quien salir a correr, así paso una semana y ese día me levante, y me di cuenta que por estar haciendo las reparaciones de la casa no había lavado ropa y ya no tenía ropa limpia para salir a correr.

    Decidí no salir ese día para lavar lo pendiente, de rato se oye que tocan la puerta y salí a ver quien era, mi vecino que se le hizo raro que no saliera y llegó para ver si todo estaba bien, le digo si solo que no tengo ropa limpia, y me dijo pero absolutamente toda tu ropa esta sucia, no tendrás ahí algún short o algo así para salir, le dije no, todo está sucio, y me vino a la mente un short de nena que tenía algo cortito y ajustado, pensé y mi cara se puso caliente el pensar que un hombre me viera con ropita de nena, le dije entre mi ropa se vino un short qué es de mi hermana, deja ver como me queda si no pues hasta mañana que se seque la ropa, dijo anda ve pontelo, se te verá bien.

    Fui y me lo puse de sobra sabía como me quedaba, ajustado y corto que hacia que mis nalgas se levantarán más de lo que ya estaban, unas calcetas cortas, tenis y una playera algo corta, que dejara ver como me quedaba el short.

    Salí y vi como se abrían sus ojos al verme, dude un poco y le dije sabes que mejor no se me hace que no se me ve bien, me veo raro, al instante me tomó del hombro y me dijo estas muy bien así ya vámonos antes de que se haga más tarde y salimos en tramos veía que se quedaba atrás y llegamos al punto del retorno sin cruzar palabra solo su mirada hacia mi había cambiado, al terminar y llegar a mi casa, descansamos un poco y me dijo ya tenemos una semana de conocernos y quiero invitarte a cenar a mi casa, que dices aceptas.

    Le acepte la invitación y ya para despedirse me dice por pura curiosidad de que número calzas, me quede extrañado y le dije el 5 porque, simple curiosidad, se despidió y quedamos a las 8 pm en su casa, ese día se paso muy rápido entre lavar la ropa y terminar algunos arreglos a la casa, se llego la hora y me vi tocando la puerta de su casa.

    Entre y me pidió que tomara asiento en la sala, me sirvió una copa de vino y empezamos a platicar, me contó que era viudo de hacía 3 años y que tenía dos hijos que vivían en otra ciudad, viva solo y trabajaba en unas oficinas de gobierno, al terminar su charla me dice y tu que me cuentas de tu vida, le dije pues no hay mucho que contar, vengo de un pueblito a 3 horas de aquí, termine mi preparatoria y llegué aquí a estudiar la universidad, la casa es de un tío que me la prestó a condición de que la arreglara y pagara los servicios y es todo de mi.

    Se me quedo viendo a los ojos y me dice en verdad es todo, estamos en confianza, algún secretillo por ahí que me quieras contar, me imagino que al decirme eso, el color me subió a mi cara, sentí un calor en mis orejas y me hice el desentendido.

    No nada solo eso que te dije, a ok me contestó, es que se me hace que eso del short era de tu hermana no me parece, en verdad le dije se vino revuelto entre mis ropas, bueno te lo hubiera creído si no hubiera visto en la mañana que llevas las uñas de tus pies pintadas de rojo, sentí que se me caía la cara de vergüenza, empecé a tartamudear y le confesé que desde chico me gustaba vestir de nena en la intimidad, pero que solo lo hacía a escondidas y que mi familia ni nadie se debía de enterar porque eso me traería muchos problemas.

    Me miró a los ojos y me dijo que no me preocupara por eso que mi secreto estaba bien guardado con el, no diría nada, solo te voy a pedir un favor, que te vistas de nena para mi esta noche y así me acompañes a cenar, pero solo si tu quieres, no te voy a obligar a nada y si decides no hacerlo aun así tu secreto seguirá bien guardado conmigo, las cosas seguirán igual entre nosotros.

    Entre en pánico nunca nadie me había visto vestida y menos un hombre, nunca había imaginado que le interesara a un hombre como mujer es más nunca había imaginado nada con un hombre solo me vestía porque me gustaba verme femenina, no niego que me excitaba mucho verme así, pero de eso a hacerlo para un hombre nunca me había pasado por la mente, en ese momento muchas cosas pasaban por mi cabeza y empecé a sentir una agitación extraña para mi, hasta ese momento lo vi como ve una mujer a un hombre, el era alto moreno, alrededor de 1.90, atlético con algo de canas, sus manos grandes, se me hizo atractivo cosa que antes no me habia pasado, con un montón de nervios.

    No encontraba qué hacer, me decidí a darle gusto, y le dije si me permites ir a mi casa por algunas cosas porque no traigo aquí nada para vestirme.

    Me dijo ve a la recamara ahí encontrarás una sorpresa, me tomo de la mano y me guio a ala recamara y al entrar vi en la cama un vestido, lencería, y unas zapatillas altas divinas, y una peluca larga de color negro lisa con un flequillo al frente, me dijo te dejo para que te arregles mientras termino la cena, ahí encontraras también algo de maquillaje, por si gustas, salió y procedí a desnudarme, no sabía por donde empezar de los nervios, me puse la tanga primero, una tanga negra, con una coqueta mariposa en la parte de atrás donde unen los tres hilos que la componen, después unas medias negras con portaligas integrados.

    El vestido me quedo como guante negro con pedrería divino, justo me cubría las nalgas, me acomode la peluca me llegaba a la cintura negra, sedosa de pelo muy lacio, y por último las zapatillas negras también con adornos plateados, ahí caí en cuenta porque me había pedido mi número de calzado, como no me se maquillar solo aplique un poco de rubor y pinte mis labios de un rojo intenso, el tenía en su recamara un espejo de cuerpo completo, me acerque y pude verme en todo mi esplendor.

    Una morenita caderona con unas nalgas bien paraditas, y una cinturita aceptable, algo plana de arriba pero lo de abajo compensaba eso, me quede pensativa como es que había llegado a eso, y ahora mi preocupación era si le gustaría a el, si no me le haría muy sin chiste, estaba en eso cuando tocó la puerta y me dice estas lista para salir, le respondo si ya casi, ahí voy, y con todos los nervios del mundo, me dirijo a la puerta, respire profundo, tome valor y salí.

    Al verme casi se le salen los ojos de la impresión, le dije que pasa, me veo mal, quieres que me vaya, y me dice, no al contrario te ves divina, se acercó a mi y me tomo de la mano me hizo dar un giro y soltó un silbido, si con el short de tu hermana me dice con algo de sarcasmo, te veías muy bien así te ves divina, ven ya casi esta la cena, me condujo a la sala, me senté en un sillón y me sirvió otra copa de vino, no dejaba de mirarme y de decir lo bien que me veía así, puso algo de música y me dijo que si le concedia ese baile, yo toda nerviosa acepte y ahí estaba yo la travesti de closet, morenita caderona, nalgona, de 1.60, bailando pegada al cuerpo de ese hombron de 1.90, musculoso sentía su mano en mi cintura y un calor rico recorría de mi estómago a mi cara.

    Termino esa pieza y otras dos más, ya más románticas y se me queda viendo a los ojos me toma de la barbilla y me da un beso muy tierno en mis labios, sentí que ardía mi cara, mi respiración se agitó, sentí como me empezaba a excitar, mi pequeño penecito quería reaccionar pero yo mentalmente no lo dejaba, en cambio en mi estómago sentía la tremenda erección de el, sentía como palpitaba su miembro bajo su ropa y empecé a imaginarlo, algo que nunca antes me había pasado pensar y desear un pené, la diferencia de tamaños era notoria aun sin haberlo visto, me apreté más a el para sentirlo más, sentía como crecía como latía.

    Y tomando la iniciativa le plante tremendo beso, mi lengua se deslizó hacia su boca jugando con la de el, sentí como me apretó mis nalgas con ambas manos y me dijo me encantas desde que vi esas nalgotas en short me fascinaron, pero ahora veo que son más grandes de lo que pensé, no las abarcó con mis manos.

    Sentía que me derretia con cada palabra suya, lo empecé a besar como loca desesperada, le acaricie el pecho fuerte, musculoso, sus brazos gruesos y fuertes, el me levanto el vestido y me empezó a acariciar mis nalgas denudas, yo ya muy excitada, le acaricie su miembro sobre el pantalón que ya estaba muy duro y en su maxima expresión, me fue llevando hacia la recamara, y antes de entrar me dijo, preciosa estas segura de lo que vas a hacer todavía estas a tiempo de arrepentirte, nunca había estado tan segura de algo en mi vida quiero ser tuya.

    Abrió la puerta enteramos y al cerrarse caí en cuenta que ya no había vuelta atrás iba a ser su nenita, me iba a quitar mi virginidad, pero eso ya no me importaba yo lo deseaba y no había vuelta atrás, nos seguimos besando un buen rato, le desabrocha el pantalón y cayó al suelo el se quitó los zapatos y quedo en bóxer, le desabotone la camisa y fui besando su pecho, su abdomen marcado, el tomo una almohada y la puso en el piso para que yo pusiera mis rodillas, ahí estaba yo de rodillas ante aquel macho maduro, frente a mi primer pene.

    Lo único que me separaba de el era el bóxer qué aun tenía puesto en el se veía ya una mancha de humedad, seña de que estaba muy excitado, metí mis dedos índice en el elástico del bóxer y tire hacia abajo y aquel miembro salto como con un resorte golpeandome en la barbilla.

    Se veía enorme, grande, grueso y jugoso, rematado con un glande gordo en forma de hongo, brilloso por los jugos derramado, no sabía que hacer lo tome con mi manita y no lo abarcaba en su totalidad, lo empecé a pajear, lo olí, ese olor a macho que desconocía y me embriagaba, empecé a darle besitos en la cabeza, luego a todo lo largo hasta el tronco, después le pase la lengua desde sus bolas hasta la punta, así varias veces, sentí como ese par de bolas depilada se ponían duras y arrugadas, y por primera vez, me metí esa cabezota en la boca, mientras la tenía adentro, movía mi lengua acariciando con ella el frenillo el bufaba de placer, mi primera mamada y estaba saliendo bien.

    después de un rato chupando, le lami las bolas, esas bolas morenas y grandes, pesadas de verdadero macho, llenas de leche, que ahora eran para mi, las lami, las chupe, me las metí en la boca, mientras con mi mano no dejaba de darle placer en su pené, empecé a sentir como se hinchaba más y se hacía un poco más grande.

    El me separó de su miembro y me dice espera preciosa, me vas a hacer venir y todavía falta lo mejor, ven, me levanto y me quito el vestido quede en lencería y el me abrazó por detrás sentí como su pené, se pegaba en mis nalgas desnudas, me las humedecio con sus jugos y con mi saliva que había quedado en el, mientras me besaba el cuello, eso me derretia y me excitaba, mi pollita estaba dura pero ridículamente más pequeña que su verdadera polla de macho, me fue besando el cuello la espalda hasta llegar a mis nalgas, me sube de rodillas a él borde de la cama y me hace ponerme en cuatro, pegando mi pecho en la cama y mi culito en pompa a su disposición.

    Sigue besando mis nalgas y recorre mi tanga a un lado, cuando me da el primer lengüetazo en mi anito sentí una corriente eléctrica que me recorrió mi cuerpo, mi espalda se arqueo más y mis nalgas quedaron más levantadas, me dio lengua a llenar, me lamia, me pasaba la lengua en círculos, sentía como rozaba su lengua cada pliegue de mi culto haciendome desfallecer de placer, para cuando acordé ya tenía dos de sus dedos dentro de mi y movía mis caderas suavemente, sintiendo un placer desconocido para mi, mi pollita dura se había salido de mi tanga, y de ella colgaba un hilo de precum, desde la punta hasta la cama, cada que el desliza a sus dedos hacia afuera los doblaba un poco.

    Dándome un placer indescriptible para mi cuando sentía eso, mi pollita daba un brinco y sentía unas ganas de orinar muy fuertes, ya tenía rato que había empezado a venirme como una nena y no me había dado cuenta.

    Hasta que saco sus dedos e hice silencio, escuche su voz cuando me dijo estas lista y segura, adelante le dije hazme tuya, sentí como aquel duro y gordo miembro, se posaba en la entrada de mi huequito, y empezó a hacer presión, sentí cuando entro la cabezota con algo de ardor pero soportable, solo tratame con cuidado, es mi primera vez, nunca nada me ha entrado en mi colita, ni penes, ni consoladores ni nada, era completamente virgen, no te preocupes amor lo haré despacio, y así de apoco, fue entrando hasta que lo sentí pegado a mi, ya esta toda adentro linda, estas super apretada, yo con unas ganas inmensas de orinar, me preocupaba mojarle la cama, estas lista me dijo.

    Si papi despacio, y empezó a sacar de a poco y volver a meter, así me fue dando hasta que solo dejaba adentro la cabeza y me la dejaba ir de nuevo toda, empezó a acelerar el ritmos y yo a gemir y a poner los ojos en blanco en mi vida había recibido tanto placer, te gusta me decía y yo, si papito así dame más, más por favor, dame más duro amor, y más duro me daba me tomo de las caderas y me empezó a dar durisimo, sentía que a cada metida me salía un chorro de orina, pero no, era precum, porque estaba muy espeso, me tenía ya gritando así papito, duro más duro que rico mi amor, no pare dame más, dame mas.

    Después de 3 minutos dándome de lo más duro tuve mi primer orgasmo anal, fue algo realmente maravilloso, empecé a temblar y a gritar, me vengo mi amor, me vengo, así no pares que rico, métemela toda, así así, mas, fue como una corriente eléctrica que empezó en mi culito, subió por el perineo, paso por mis bolitas, recorrió mi pollita y salió en forma de lechita, me vine muy abundante, nunca cuando me masturbe había botado tanta leche.

    Aparte el orgasmo anal es más intenso, porque cuando me masturbaba solo al salir el esperma era la parte cumbre de el orgasmo y ahora no desde antes de salir la leche ya estaba disfrutando, acabe de eyacular y el placer siguió por varios minutos o así lo sentí yo, recorriendo mi cuerpo, seguí convulsionando de placer, mi culito se abría y se cerraba como loco, todavía el terminar sentía corrientes de placer en mi cuerpo que me hacían estremecer, y el entrando y saliendo en mi sin venirse, cuando ya pasó todo, caí en la cama, suelta, todavía gimiendo, y gritando, que rico, que rico papi, me llevaste al cielo.

    El me volteo boca arriba y me empezó a besar y acariciarme, mi piel se erizaba con sus caricias, y en lugar de que se me quitaran las ganas como cuando me masturbaba me empecé a excitar más, y el me tomo de los tobillos poniendo mis piecitos en sus hombros con su mano guio su pené a mi colita y me la metió toda ahora si no hubo resistencia, ni dolor, ni ardor, solo placer, sentía en cada metida como aumentaban mis ganas de orinar, se inclino y empezó a besarme y mordisquear mis pezoncitos, que estaban duros como piedras, así chupaba, mordía y lamia mis pezones sin dejar de moverse.

    Me dobló toda dejando mis rodillas, a un lado de mi cara, completamente abiertas mis piernas y en esa posición podía ver como me enterraba todo su miembro, como desaparecía aquella barra de carne en mis entrañas haciéndome, gemir y gritar como loca pidiéndoles más y más, así papito, dame duro, dame más, mas, por favor no dejes de cogerme.

    Ahora la difencia era que mis bolitas casi habían desaparecido dentro de mi cuerpo, mi pollita no estaba dura, se había perdido dentro de mi y era solo un botoncito, apenas perceptible, el en ocasiones me sacaba su miembro y con el golpeaba mis bolitas y mi botoncito como diciendo que el era el macho, con su enorme miembro y yo su nenita, el mostraba así su dominio y eso a mi me excitaba más, en una de esas me la clavo duro y de golpe hasta el fondo y un chorro de precum salto de ella, y empecé a sentir el inicio de un nuevo orgasmo, le exigí que me diera, duro, durisimo, sin piedad y me tomo fuerte de mis piernas y empezó a entrar y salir como loco de mi.

    Yo voltee los ojos en blanco y empecé a sentir de nuevo esa corriente eléctrica qué recorría mi cuerpo, esta vez no hubo ereccion, de mi parte, solo me empezó a brotar mi lechita despacio sin fuerza, pero mi orgasmo fue intenso, arquee mi espalda al máximo, y gritaba como loca me vengo, mi vida, me vengo otra vez, así me tuvo convulsionando tomada fuerte de mis tobillos, tarde en reponerme, no podía dejar de temblar y sentía esos corrientasos de placer que me hacían tener espasmos, mientras el trataba de calmarme con besos y caricias, ya estaba yo más que rendida.

    Cuando el se gira y quedo yo arriba, con todo su miembro dentro de mi, me dice te toca cabalgarme, empecé a moverme despacio de atrás hacia adelante, era yo un desastre, mi tanga torcida y bien mojada con mi lechita y mis jugos, el cabello revuelto, el maquillaje corrido y sintiendo espasmos de placer de mi anterior corrida, me toma de la cintura y empieza a moverme de arriba a abajo haciendo que parte de su miembro, saliera y entrará en mi, cada vez más arriba, cada vez mas fuerte, cada vez salía más pedazo de su miembro y volvía a clavarse violentamente en mi, cada metida más violenta que la otra.

    Nos besabamos nuestras lenguas jugaban en nuestras bocas, no podía parar de darme sentones en ese rico palo, empecé a sentir como se agita a su respiración, su pollon se sentía más duro y más grueso en una de esas me levanta más alto solo dejando su glande adentro y muy violentamente me deja caer en su pene.

    Tocando algo adentro de mi que me hace explotar en un nuevo orgasmo, empecé a ver lucecitas brillantes a mi alrededor, mi pollita se desapareció solo quedo afuera el cuerito qué la recubre, pensé que lo iba a manchar al venirme, en su abdomen, sentí como palpitaba su miembro, y un bufido como de toro, se estaba viniendo dentro de mi y yo me estaba viniendo en su polla, gritamos arañamos, nos abrazamos fuerte, así fue la culminación de nuestro acto, al terminar le dije, te manche, no importa me dijo, yo te llene tu culito de leche, era lo que quería corazon, y nos besamos, su pene fue perdiendo firmeza y salió de mi, seguido de un chorro de leche, espesa y caliente.

    Al ver su abdomen me di cuenta que no habia eyaculado nada, solo fue el orgasmo anal, como toda una nenita me vine sin eyacular, y con mi pollita a su más mínima expresión, me quede recostada en su pecho sintiendo como un río de leche, escurra de mi culito, y me humedecio mis muslos, así estuvimos un rato hasta que nos acordamos de la cena.

    El me dice, si quieres darte un baño mientras, caliento la cena, le dije que si nos levantamos y el saca una bolsa de el guardarropa, me la entrega y me dice, para que te pongas después de bañarte y duermas sexy, era un baby doll, rosa con su portaligas y medias todo en color rosa, el agua tibia me reconforta un poco mi colita que me empezó a arder un poco.

    Cenamos y dormimos abrazaditos de cucharita toda la noche al día siguiente, no salimos a correr, me quede dormida hasta el mediodía, muy satisfecha, espero les guste mi primer relato si es así háganmelo sabes en sus comentarios, porque hay muchas que contar, pero ustedes tienen la última palabra.

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  • Consejos de una prostituta

    Consejos de una prostituta

    Se dice que el cerebro es el más importante órgano sexual.

    Yo diría que el hombre cuando aplaca un poco su carne, generalmente luego de los 50 años, con suerte logra entenderlo. Yo Claudia, con 32 años, tengo un cliente que pidió aprender aquello que no logra la lengua y menos un gran y orgulloso pene erecto. Estos alumnos vienen casi a cero, creyendo que todas los abundantes encuentros, como embestidas de toros fue lo mejor para su acompañante a la que pagaron y les fingió con destreza un orgasmo.

    Vendedoras de efímero placer. Maduramos en la carrera y mejoramos luego de los 30. Solemos ser psicólogas del hombre, que no logra abrirse con su mujer. Si se deja, lo educamos.

    Le damos eso a riesgo de perder el cliente, la sutileza sexual para conquistar a su mujer que creen frígida. No es culpa de ninguno, pero si el entiende los detalles simples y perfectos, por una actitud de control y admiración, a la imperfecta belleza de ella. Esa belleza a veces se desperdicia.

    El buen alumno aprende a mejorar en estos factores:

    • A) Darle la seguridad de que es muy bella. En general lo son pero ahí el no logra trasmitirlo.
    • B) Dejarla ser, no creas que siempre es la moral mamá. Seguro la más estructurada del día a día puede soñar las fantasías qué tu no te atreves a proponerle.
    • C) Hazla tuya, necesita sentir tu poder.
    • D) Tu placer viene cuando arranca el de ella. Motivada recorrerá tu cuerpo como una montaña con altura y llanura de espasmos regalados con su lengua con misteriosos huecos que descubrirá con pasión. Si no pides ni presionas, una mujer necesitará tu fuerza para excitarse.
    • E) Todas mayoritariamente quieren su macho alfa y allí servil y vulnerable (el acting esperado) no habrá poro que no explote.
    • F) Recuerda, un poco de adulación y dejarla ser centro. Ahí ella se pondrá a tus pies y entrará a todos los terrenos vírgenes que no conociste, aunque hayas conocido mil.
    • G) Se inteligente y verás que la mejor puta duerme en tu cama todos los días.

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  • Ari: Prisionero de mi piel (2)

    Ari: Prisionero de mi piel (2)

    Desde aquel día, mi vida dejó de ser la misma. Jordan comenzó a aparecer con frecuencia cerca de mi casa, como si el barrio entero se hubiera convertido en su terreno de cacería y yo en su presa favorita.

    Cada vez que yo salía, ahí estaba él. Apoyado en una pared, con los brazos cruzados, mostrando sus músculos como si lo hiciera sin darse cuenta. Su voz grave se imponía en el aire apenas me veía pasar:

    —Hola, preciosa… ¿a dónde tan solita?

    Yo bajaba la mirada al suelo, con el rostro encendido, murmurando un tímido “buenas tardes”, apenas audible. El corazón me latía con fuerza, y aunque quería escapar de esa presencia tan intimidante, algo dentro de mí me mantenía cerca, atrapado en el magnetismo de sus palabras.

    Cuando iba a la tienda por pan o por alguna golosina, él siempre encontraba la manera de interceptarme. Se inclinaba hacia mí, su sombra enorme cubriéndome, y con una sonrisa burlona me lanzaba un piropo que me dejaba sin aliento.

    —Con esas piernotas y ese culaso, cualquiera se vuelve loco, Ari. Estas bien rica chiquita.

    —No te escondas, Ari… que no te voy hacer nada que tu no quieras.

    Yo temblaba, apretando las bolsas en mis manos, sin atreverme a responder. Me decía a mí mismo que estaba equivocado, que él pensaba que yo era una mujer, que todo era un error. Pero en el fondo, algo en su insistencia me hacía sentir viva, deseada de una forma que jamás había imaginado.

    Jordan jugaba con mi timidez. Si me veía sonrojar, reía satisfecho, como si disfrutara mi vergüenza. Si intentaba alejarme rápido, aceleraba el paso y me bloqueaba el camino, obligándome a mirarlo, aunque fuera unos segundos.

    —Mírame, princesa… ¿qué te cuesta regalarme una sonrisa? —decía con esa voz gruesa que hacía vibrar mi pecho.

    Y yo… obedecía. Sonreía nerviosa, bajando los ojos al instante, sintiéndome diminuta frente a él.

    Con el tiempo, esa rutina se volvió inevitable. Cada salida era un encuentro con Jordan, cada compra en la tienda, un momento en que mis secretos temblaban de salir a la luz. Y aunque mi razón me gritaba que debía alejarme, mi cuerpo, mi alma entera, empezaban a rendirse ante la intensidad de su presencia.

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  • Como nació mí deseo de ser un cornudo

    Como nació mí deseo de ser un cornudo

    Tengo una esposa maravillosa, tenemos aproximadamente 15 años juntos y hace 7 años pasamos momentos difíciles en nuestra relación. Estábamos envueltos en la monotonía del trabajo y la crianza de los niños, nuestras relaciones íntimas eran muy rutinarias y no dedicábamos el tiempo suficiente a nuestra vida de pareja, siempre era por trabajo o por no tener quien se quedara con los niños.

    Hasta que un día estábamos viendo una serie de televisión y boom… salió una escena donde el esposo se sentó en un sillón y le dijo a su esposa cierra los ojos qué te tengo un regalo, ahí se partió mi vida con esa escena, comencé a investigar, a indagar en las redes que era eso que había visto, que era algo nuevo y que me había quedado dando vueltas en mi cabeza, y que me había generado mucha excitación imaginarme en una escena así con mi bella esposa.

    Lo mas complicado en ese momento era como le mencionaba a ella lo que estaba pasando por mi cabeza, aunque ella estaba viendo la tele conmigo cuando salió esa escena, ella también se sorprendió, pero su reacción fue que este mundo estaba bien loco y sin valores. Esto último era lo que mas me llenaba de temor en decirle algo en relación a la escena que habíamos visto.

    Hasta que un día estábamos haciendo el amor y en la calentura del momento solté la bomba “te gustaría que otra persona participe con nosotros haciendo el amor” y para tan mala suerte que su reacción fue parar y preguntar que si yo quería estar con otra mujer y salió de esa habitación muy rabiosa, ¡pensé que hay se había acabado nuestra relación para siempre!…

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  • Mejores amigos

    Mejores amigos

    Geo y Fabricio habían conocido a Larissa y Edy a través de una aplicación para parejas. El interés fue inmediato para todos, tal vez no supieron explicarlo, pero había algo entre ellos que despertaba un sentimiento recíproco y una identificación muy íntima. Mismas edades, hijos, deseos, todo los hacía muy unidos. No tardaron en hablar en grupo sobre sus deseos, fantasías y placeres. Pasó el tiempo y la amistad creció. Separados por muchos kilómetros, un día finalmente decidieron encontrarse cara a cara, para poder abrazarse, besarse, abrazarse y hablar de tantas cosas que seguramente no sabrían dónde parar.

    Planeaban hacer un viaje corto de fin de semana y acampar juntos les parecía una gran idea. Buscaron un lugar tranquilo. Eligieron el Parque Nacional a mitad de camino. El mayor desafío entonces fue poder dejar a los niños con sus familiares o amigos. Fue difícil, pero una vez logrado, comenzó la verdadera planificación. Los novios dejaron su coche a primera hora de la mañana, con todo listo para encontrarse en el camping sobre el mediodía, aprovechando su primera cita para quizás encender un fuego, hacer una barbacoa y brindar para celebrar el momento.

    Fue espectacular y pronto se rompió el hielo, estaban preparando bebidas y estaban preparando la carne, y todos compartieron un momento especial. Al final de la tarde caminaron juntos, visitaron una cascada cercana al parque y decidieron regresar al campamento antes del atardecer y el frío de la noche. Pero ahora Geo y Edy, que habían entrado al agua y estaban mojados y fríos, siguieron adelante solos. Lari y Fabri se quedaron hablando un poco más antes de regresar. Una vez en el campamento y tiritando de frío, la negra se dirigió directamente a uno de los baños donde se entregó al confort de la ducha caliente.

    Se dio cuenta de que había olvidado la toalla, el champú, el jabón y la ropa seca, pero como tenía su celular consigo, llamó a Edy para pedirle algunas cosas. Rápidamente arregló todo y fue al baño donde ella lo esperaba bajo la lluvia que corría por su cuerpo de ébano. Tocó la puerta, la abrió lentamente, lo miró que aún estaba sin camisa, lo tomó del brazo y lo arrastró hacia adentro con ella y bajo el agua. Con sus cuerpos apretados, se besaron desesperadamente al mismo tiempo que ella le arrancaba la ropa al marido de su amiga. Apoyándola contra la pared, Edy se arrodilló y besó el cuerpo de Geo, deteniéndose justo entre sus piernas para disfrutar chupando su rosado y delicioso coño.

    Les encantaba todo, y Ge estaba loca de lujuria, besando la boca de ese hombre que tanto alimentaba sus fantasías. Pensó que a Fabri le encantaría verla entregarse a su amigo, pero no estaría dispuesto a esperar a que él llegara. Ella quería que la llevaran en ese mismo momento. Edy se imaginó a Larissa, hablándole al oído, diciéndole: “Cariño, fóllate muy bien a esta negra para que siempre recuerde cada centímetro que la penetraste”. Él la levantó sobre su regazo con los brazos y ella sostuvo su polla y la guio dentro de ella. Pronto Edy ya estaba completamente dentro de Negra.

    Dentro y fuera una y otra vez. Podía sentir todo su eje llenándola. Sin duda fue maravilloso ver estos cuerpos mojados poseyéndose unos a otros con tanto deseo. Ge no tardó mucho en empezar a correrse en su polla. Sosteniendo su cabeza a los lados y llevándola a su boca, se arrodilló frente a esa polla que tanto placer le había dado. Lo sostuvo fuerte y lo lamió desde las pelotas hasta la cabeza. Levantó la mirada, miró directamente a los ojos de Edy y dijo que era hora de que se corriera. Ni siquiera le tomó 1 minuto explotar de placer en la boca de Ge en innumerables chorros de semen cálido y espeso.

    Amaba cada segundo, amaba la situación, el calor del cuerpo, el beso, la penetración, y amaba el sabor de la alegría que ya era parte de ella.

    Al mismo tiempo… Larissa y Fabricio los vieron irse y pensaron en lo hermosos que se veían juntos. Lari rápidamente comenzó a tomarles fotos desde la distancia, pero también fotos de Fabri observando.

    Él no pensó que merecía estos destellos y le pidió que aterrizara porque quería inmortalizar su imagen en el paisaje. Ella pensaba que era preciosa, pensaba que era el tipo de persona que luce hermosa desde cualquier ángulo, con ese magnetismo único para ser retratada. No podía dejar de hacer clic, a través de las fotos pudo ver a detalle cada parte del cuerpo de esta musa. Las fotos eran cada vez más íntimas y cada vez más cercanas. La atmósfera se volvió mínima. En algún momento entre una foto y otra, sus bocas estaban pegadas y los besos eran intensos. Sus lenguas continuaron calentando sus cuerpos y ya no les importaba el frío.

    Fabricio ayudó a Lari a levantarse, levantándola sobre una gran roca horizontal. La musa estaba ligeramente encima de él, pero continuaron besándose con deseo, hasta el momento en que las manos de Fabri comenzaron a recorrer el cuerpo de la rubia, desde su vientre hasta su torso. Pronto él ya le había arrancado la blusa y su boca se perdió en sus perfectos senos y pezones. La recostó entera sobre la fría superficie de la piedra, y la excitación recorrió su cuerpo junto con la percusión de sus manos. en algún momento entre besos y caricias, quedaron desnudos.

    ¡La imagen de ellos entrelazados sobre la piedra era ciertamente hermosa!, y lamentaron que Ge y Edy no estuvieran allí para grabarla, pero definitivamente la arreglarían más tarde en la tienda. Fabri la puso a cuatro patas, le separó un poco las piernas y por detrás entrelazó sus brazos levantando su cuerpo y llevándose su coño a su boca. Le encantaba todo esto, su sabor a miel, llenando la boca de Fabri desde el coño hasta el ano. Larissa temblaba con cada succión. Su lengua logró capturar cada vibración que emitía su cuerpo. No se detuvo hasta que sintió su semen invadir su boca. Pero tampoco paró cuando continuaron devorándose mutuamente durante un 69.

    Ya era de noche, pero no les importó, ella quería sentirlo, quería sentir su semen en sus entrañas, y se sentó en su regazo para montar esa aventura. De frente y con los pechos en la cara.

    Saltó una y otra vez sobre el sexo de su nuevo amante. El fuego estaba en el aire, y los jadeos cada vez más intensos anticipaban un orgasmo explosivo que pronto inundó a Larissa con la abundante leche de Fabri. Estuvieron pegados (literalmente) a esa roca durante varios minutos. Se miraron, rieron, pensaron una vez más en cómo sería esa noche juntos en la tienda. Unos minutos después, tomaron el mismo camino que un rato antes habían tomado sus amores. Se veían hermosos.

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  • Compadre que no le agarra a la comadre las caderas

    Compadre que no le agarra a la comadre las caderas

    Mi esposo tiene un amigo que es un patan, simpático, servicial, espléndido…. pero un patan.

    Lo conoció en el club de chopoers, es como 10 años más grande que el, desde que éramos novios su amigo ya estaba casado y tenía un hijo.

    Este tipo me veía de pies a cabeza y le decía a mí entonces novio, “presta para un domingo en la tarde” y se reía.

    Me veía con un vestido ajustado y enfrente de mi novio y el resto de amigos me decía cosas como “unos brinquitos para los cuates”, es un tipo simpático y hasta me sacaba una risa.

    Para nuestra boda, nos regaló el viaje de luna de miel, en la comida que nos anunció el regalo, me dio un abrazo y me dijo al oído, “yo quiero ser padrino de claveles”.

    En la fiesta de la boda, fue él y su esposa a tomarse una foto con nosotros y cuando estábamos posando bajo la mano y me agarró las 2 nalgas, no una tentadita ni rose, con toda la mano agarro y apretó cada una de mis nalgas.

    Nos pidió ser padrinos de la primera comunión de su hijo de 12 años, en la fiesta, andaba ya con la novedad diciéndome comadre y abrazándome mucho, el “compadre“ ya con un par de copas empezó a acariciar mis piernas y en un momento tuve que apretarlas por que ya casi me alcanzaba mi panochita.

    Y así pasaron 10 años, con muchas situaciones similares en reuniones y fiestas familiares.

    Pero no van a creer lo sucedido este fin de semana pasado.

    El sábado yo tuve una despedida de soltera, mi esposo estaba de viaje de trabajo e iba a llegar a tiempo para ir por mí a la despedida, como yo iba a terminar tarde no me quería ir en coche por qué no manejo de noche.

    Por la temática de la despedida iba muy provocativa, con tacones altos, falda corta y escote, por lo que no quería tomar Uber tampoco y como él iba a llegar en avión como a las 10:00 de la noche, se acomodaba perfectamente para irme con una amiga que vivía por mi rumbo y como ella tenía otro evento, no me podía regresar con ella, pero el iría por mí como a las 2 de la mañana.

    Como a las 11 de la noche me llama mi esposo y me dice que ya habían abordado pero el avión no salió por mal tiempo, pero que ya había hablado con el compadre para que le hiciera el favor de ir por mi.

    No me encantó por lo que ya les platiqué y además iba con ropa que seguramente le iba a excitar y me iba a estar diciendo cosas.

    Dicho y hecho, llegó a las 2 de la mañana y me vio y dijo “que hermosas piernas, a qué hora abren”.

    Había sido una fiesta muy divertida y tomé un poco, por lo que andaba de muy buen humor, no vi tan mal el comentario y me reí.

    Cuando llegamos al carro me topé con 2 sorpresas.

    Venía su hijo que es mi ahijado, muy arreglado, ya es un hombre de 22 años, pero siempre anda en ropa de ejercicio porque es muy deportista y está becado en la universidad y verlo así me sorprendió, porque nunca se viste así y nunca sale a fiestas, lo saludé de beso y le dije, “que guapo, que rico hueles”, me abrazó de la cintura y me pego mucho a su cuerpo, hasta me sonroje.

    La segunda sorpresa fue que venían en una camioneta pick up de cabina sencilla, teniendo otros vehículos, por que escoger una donde iríamos los 3 apretados, claro, el compadre quería aprovechar y tenerme pegada.

    Peor aún, la camioneta era estándar y cada que hacía cambios tocaba mi pierna.

    Pero además mi ahijado, desde que se subió, me puso una mano en el muslo y no la quitó en todo el viaje, solo la movía a lo largo del muslo y subía la falda hasta casi verse mi tanga.

    Llegamos a mi casa y me dijo el compadre, te acompaño a la puerta, le dije, no es necesario, pero no le importo y me siguió, me despedí y abrí la puerta, intenté entrar rápido y se metió el compadre diciendo, necesito hablar contigo.

    Cerró la puerta y le dije, no compadre, no hay nadie, el contestó, mejor.

    Me abrazó fuerte y comenzó a besarme el cuello y manosearme, le dije, por favor suéltame, me dijo, ándale, estoy loco por ti solo quiero un ratito de ti.

    Me insistió diciendo, solo dejarme lamer tu clítoris, dame unos minutos y si quieres que me vaya me voy.

    Habían sido tantos años de su parte deseándome y yo venía tan enfiestada que pensé, un sexo oral no está mal.

    Por lo que le dije, ok, te dejo lamerla un poco y te vas.

    Inmediatamente me sacó la tanga, abrió mis piernas y comenzó a comerme la panochita, con un gozo enorme de su parte.

    Yo me relajé y comencé a disfrutar, sus manos alcanzaron mis pechos y los sacó de la blusa y sosten, al tiempo que su lengua daba vueltas en mi clítoris, sus manos acariciaban mis 2 pezones.

    Mi panochita estaba toda dilatada, me cabía cualquier cosa en ella, estaba camino a tener un orgasmo y de pronto se levanta y tenía la verga de fuera, estaba enorme y firmemente erecta, y me dice, ¿crees que te quepa esta?

    Para lo patan que era, pensé que estaba siendo muy decente al preguntar, yo hubiera pensado que solo me la hubiera metido.

    Me quede viendo la verga y mi panocha la estaba deseando, por lo que le contesté, móntame de una vez.

    Se subió en mí y me penetró, estuvo bombeando y yo ya estaba suelta gozando el momento, cuando me dice al oído.

    Tu ahijado ya tiene 22 años y no ha cogido, se la pasa en el deporte y no ha tenido novia, hace días me confesó que se masturba pensando en ti.

    Te quiero pedir que seas su madrina de primera vez y se meta a cogerte, está allá fuera oyendo tus gemidos, seguro está más que listo.

    Me sorprendió mucho, pero estaba tan cachonda que le dije que si.

    Se paró, abrió la puerta y entró mi ahijado con muchos bríos, se quitó de inmediato la ropa y se subió en mi, me penetró y bombeaba como todo un atleta, como a los 5 minutos sentí que se vino, sentí toda su leche caliente dentro de mi, pero no sacó la verga y seguía entrando y saliendo.

    De repente me puso en cuatro y siguió, tuve un orgasmo pero estaba eso tan intenso que lo dejé seguir, con mucha desesperación se sentó y me puso encima de él, uno frente al otro cogiendo.

    El eyaculaba una y otra vez y no se detenía, mis orgasmos llegaban pero yo continuaba, por lo menos ya llevábamos 5 palos sin que me sacara la verga.

    De pronto recordé al compadre y estaba sentado en una silla grabando todo con su celular.

    La verdad poco me importó y seguí ordeñando a mi ahijado.

    Fueron horas deliciosas, llegó el amanecer y mi ahijado me subió en brazos a mi cuarto.

    Mi compadre me envió el vídeo, el cual lo he estado viendo toda la semana.

    Ahora que vea a mi ahijado le diré que no se distraiga con novias y que siga con el deporte, que si un día necesita un desahogo, nos ponemos de acuerdo.

    Y cuando vea a mi compadre le diré:

    “Compadre que no le agarra a la comadre las caderas, no es compadre de adeveras”

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